Pages

jueves, 29 de diciembre de 2016

LAS PRACTICAS DE USAR BARBAS FUERON CONDENADAS COMO AFEMINADAS POR LOS ROMANOS



¿Está tradicionalmente permitido?
¿ que los servidores del altar usen barbas en el altar?

moldeado oriental prisionero

Los romanos condenaron a las barbas como práctica efeminada del Oriente Tradicionalmente se prohíbe a los sacerdotes romanos usar barba Siguiendo a San Pedro, quien se afeitó la barba cuando se hizo cristiano. Como se considera orgulloso  en un sacerdote para llamar la atención de sí mismo. La misma práctica debe ser seguida, en la medida de lo posible
Por los laicos que sirven en el altar, especialmente los jóvenes laicos

 Esta práctica parece ser cada vez más común en las iglesias Novus Ordo. pero como esa no es iglesia verdadera, veamos como es eso de la chiva en los "sacerdotes" 
  1. El Tercer Concilio de Cartago (397) prohibía a los clérigos el  uso de pelo largo o barba (" nec comam nutriat, nec barbam )" porque un rostro afeitado es uno de los signos externos aceptados del estado clerical y forma parte del habitus ecclesiasticus de clérigos En la Iglesia romana, además de ser la costumbre romana desde la antigüedad hasta la época cristiana: " capullos no nutriendi nec en genis nec en mento " .

  2. Para los sacerdotes romanos tradicionalmente les está prohibido de usar barba, ya que se considera un sacerdote orgulloso, que es, por lo tanto, el llamar la atención sobre sí mismo, mientras que la atención debe ser solo a Nuestro Señor. Los romanos fueron meticulosamente limpios afeitados hasta el tiempo del emperador homosexual Adriano (117-138), que adoptó prácticas no romanas. Los romanos consideraban que el pelo facial era afeminado y un rasgo del Oriente.

  3. Los judíos que no se convirtieron al cristianismo conservaron sus barbas, como lo hacen los judíos ortodoxos hasta el día de hoy. El Concilio de Limoge (1031) sostuvo que San Pedro se afeitó la barba cuando se convirtió en cristiano, por lo que sus sucesores sacerdotes se espera que sigan su ejemplo.

  4. Las barbas en la práctica romana se consideran orgullosas; El hombre humilde se afeita. El principio es el mismo para las mujeres: el pelo descubierto de la mujer en la Iglesia se considera orgulloso y exhibicionista. Es por eso que San Pablo enuncia el principio cristiano: "Pero toda mujer que ora o profetiza con su cabeza no cubierta deshonra su cabeza" (1 Corintios 11: 5 / DRV). En el Islam, las barbas se ven como un "adorno", y los hombres mahometanos se les anima a usarlos para honrar al infiel Profeta Mahoma.

  5. Para los sacerdotes en particular, las barbas constituyen problemas prácticos de sacrilegio. Cuando Partículas del Santísimo Sacramento o de la Más Preciosa Sangre caen en barba o bigote, ¿cómo se limpia prácticamente las Partículas o Gotas? Si alguna vez se ha visto caer en el suelo la Hostia Sagrada por accidente y recuerda cuán vigorosamente el sacerdote intentó limpiar el Santísimo Sacramento, a veces cortando partes de la alfombra para quemar, se entiende por qué la Iglesia Católica Romana no permite barbas Sobre sus sacerdotes.

  6. Sólo se permitían excepciones limitadas a esta práctica romana tradicional, pero el principio básico sigue siendo la regla. Exceptio probat regulam . Se ven muchas violaciones de la tradición y práctica católica romana en la Nueva Iglesia del Nuevo Orden, hecho que no es sorprendente, ya que la nueva iglesia no es la Iglesia Católica Romana. La misma práctica tradicional romana debe ser seguida, en la medida de lo posible, por los laicos que sirven en el altar , sobre todo los jóvenes laicos                                       fuente traditio                                                               

sábado, 24 de diciembre de 2016

DELEITE DEL CIELO






¡HOLA, Lirio Blanco, de la Trinidad siempre pacífica y gloriosa!

¡Salve, Rosa Vermellón, el deleite del Cielo, de quien nació el Rey del Cielo y por cuya leche fue alimentado! Alimenta nuestras almas con las efusiones de tus influencias Divinas.
Oración de Santa Gertrudis la Grande


¡MI REINA! ¡MI MADRE!
Te doy todo yo mismo, y para mostrar mi devoción a ti, te consagro mis ojos, mis oídos, mi boca, mi corazón, todo mi ser.
Por tanto, oh Madre amorosa, como yo soy tuyo,  manténme, defiéndeme, como tu propiedad y posesión.


BAR

jueves, 22 de diciembre de 2016

PREPARANDO ALMA Y CUERPO PARA NAVIDAD





 
Hay un principio en la doctrina católica que nos enseña que, puesto que el hombre está constituido de alma y cuerpo, tanto las alegrías como las penas de un hombre bien ordenado deben ser mayores para su alma que para su cuerpo. La vida de un católico bien ordenado debe dar más importancia a lo que concierne a su alma que a su cuerpo.
La alegría fundamental de un católico
¿Cuáles son las alegrías de un católico?
El católico cuya conciencia está en orden sabe que es un hombre exitoso. Este es un punto fundamental. Cada uno de nosotros que vive en el estado de gracia, muere en el estado de gracia, y va al cielo tiene una vida completamente cumplida. Tuvo éxito cuando vivió, cuando murió, y por toda la eternidad.
L'ange au sourire, el sonriente ángel de Reims

El sonriente ángel de Reims expresa la alegría de un católico que vive en estado de gracia
No importa cuántas sorpresas, sufrimientos, decepciones y frustraciones que pueda tener, una alegría fundamental debe existir en ese hombre. Puede decir: "Yo estoy en la gracia de Dios; Por lo tanto estoy en el estado correcto. Cualquier otra cosa que me suceda es porque Dios lo permite, o porque no he tomado la postura correcta ante ciertos problemas ". Cuando llegue el momento de su juicio, puede pasar por el Purgatorio, pero al final irá al Cielo y, Por lo tanto, su vida es un éxito - es un hombre exitoso.

Esta alegría fundamental de tener una conciencia pacífica, de tener una vida que tiene éxito en lo esencial, es la alegría de un católico. Le da estabilidad y paz, y lo dispone para juzgar todo desde la perspectiva más alta. Ve las cosas que ocurren en la tierra desde un prisma más alto y translúcido, lo que le libera de las aflicciones, inquietudes y ansiedades características de la gente de nuestros días. Esto, pues, es la alegría fundamental del católico.

Preparando el alma para la Navidad

Las fiestas de la Iglesia nos brindan abundantes oportunidades de gozo. Entre ellos, la Navidad es la que brilla a este respecto.

En el ambiente que rodeaba a la Navidad había un gozo fundamental que provenía de todas las gracias que descendieron sobre la humanidad en el nacimiento de Nuestro Señor. Anne Catherine Emmerick y la Beata María de Agreda nos dicen que toda la naturaleza, incluyendo los reinos vegetal y mineral, brilló con un esplendor especial en la noche de Navidad en conmemoración de la venida del Salvador al mundo.

En la Liturgia Católica y tradiciones, encontramos muchas otras alegrías en la preparación y celebración de la Navidad. Algunos vestigios de este gozo aún permanecen en la estructura eclesiástica que vemos a nuestro alrededor - donde sólo vemos vestigios de la Iglesia Católica. 

Cuando considero esas gracias de la Navidad, la alegría que inspiran me penetra profundamente. Es la alegría de saber y sentir que Dios se reconcilió con el hombre, que la misericordia se hizo presente entre nosotros; Que Nuestro Señor, el Sol de todas las virtudes, se hizo pequeño, débil y accesible, y que vino a nosotros lleno de bondad.

Iluminación Medieval de Navidad: Adoración de los Reyes

La mayor alegría de la Navidad es espiritual - preparándose para recibir a Cristo
Porque tengo un Salvador, fui rescatado. Alguien pagó las deudas que no tenía que pagar; Alguien me amaba con un amor que yo no merecía. Hay un Dios que viene a mí aun cuando yo no voy a Él, que se preocupa por mí aun cuando no pienso en Él, y que quiere salvarme aun cuando lo persigo.

Considerando esto, siento una especie de paz y alegría que participa en esa cascada sobrenatural de gracias que inundaron la naturaleza en la primera Navidad. Todo el universo del cual yo soy parte se hizo más noble por el hecho de que Dios se hizo carne y habitó entre nosotros.

Tengo un gozo especial cuando considero todas estas cosas al pie del Pesebre, arrodillado ante el Divino Infante, mi Salvador, mi Redentor y mi Dios, y al mismo tiempo mi Hermano, un Hijo de Nuestra Señora como yo.

Las gracias especiales acompañan normalmente las fiestas de la Iglesia, invitando a los católicos a tomar conciencia de la nobleza, la belleza y la excelencia de lo que se celebra. Por lo tanto, para mí lo más importante de la Noche de Navidad, el ápice de la Navidad, no es tener una fiesta pantagruélica o participar en las fiestas paganas de nuestras ciudades modernas. Es algo mucho más elevado que los placeres de la carne, incluso los licitos e inocentes, como una buena comida.

La doble alegría de la Navidad viene de estar en estado de gracia y tener a Dios morando entre nosotros. "La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" - hasta el último día del mundo cada vez que una persona pronuncia esta frase del Credo, las rodillas se doblarán. El Credo y el Ángelus se dirán hasta la campana final de los últimos peajes de la iglesia, y Nuestro Señor Jesucristo regresará en persona. Es decir, esta es una alegría que se repetirá hasta el fin del mundo.

Esta alegría viene de la primera noche de Navidad y continuará hasta el final. La alegría que tendré en esta Navidad de 2016 es una parte real del río de alegrías abierto por la venida de Nuestro Señor, que fluirá a través de la pradera conmovedora de este mundo hasta el fin de los tiempos.

Por lo tanto, para Navidad necesito preparar mi alma para experimentar esta alegría que viene de causas tan altas. Necesito meditar y ser recordado, y darse cuenta de que en la noche de Navidad es como si Nuestro Señor hubiera nacido de nuevo. Es como si estuviera presente en el Pesebre de Belén y estuviera allí con El. Esto debería ser mi delicia.

Cómo tratar el "cuerpo del hermano"

Ahora bien, sucede que el hombre es un conjunto de alma y cuerpo. San Francisco de Asís se refiere cariñosamente al cuerpo como "cuerpo hermano". El cuerpo del hermano pide ser tratado bien también durante los momentos de alegría. Es normal que en un tiempo de una gran alegría para el alma, debamos dar al cuerpo cierto contentamiento. Esta es la razón de la cena de Navidad. Es una extensión o eco de nuestra alegría espiritual interior.

Aunque es normal tener una bonita Cena de Navidad, es una aberración hacer de ella el centro de nuestras conmemoraciones navideñas. No mostrar preocupación por la preparación de su alma y el mayor cuidado en la organización de una comida magnífica es una Navidad al revés. Esta cena no debe ser una comida Pantagruelica como dije anteriormente, para hacernos sentir overstuffed. Debe ser una comida ligera que dé al cuerpo un placer proporcional que siga discretamente la alegría espiritual que estamos experimentando.

Por ejemplo, imagine que uno de nosotros asiste a un concierto de Mozart. Durante el intermedio va a un buffet y come una barbacoa enorme y se llena completamente. Al regresar a casa, alguien podría comentarle: "¡Qué maravilloso concierto!" Pero él está pensando: "¡Qué asombro!" Este hombre desperdició el beneficio del concierto. Debería haber apreciado la exquisita música de Mozart, pero en cambio se volvió incapaz de apreciar nada debido a la cantidad desproporcionada de alimentos que comía. Puso las cosas al revés.

Nochebuena celebrada en la alta sociedad

Imitar patrones mundanos debe ser evitado en la cena de Navidad
Peor que esto es alguien que ignora las gracias de la Navidad porque está pensando en la cena que tendrá con la familia o amigos.

La cena de Navidad debe ser distinguida, pero discreta, con ciertos buenos platos para satisfacer nuestro apetito y dar un placer moderado, pero no tiene por qué ser una comida estupenda.

En la práctica, no debe ser una ocasión para nosotros de comer muchas cosas inusuales y excepcionales que nos transportan a una especie de pequeño paraíso gastronómico: una ave exótica, un super-paté, un caviar asombroso seguido de un champaña espectacular. Por supuesto, no es el momento de tener un bistec con dos huevos fritos, pero también no es el lugar para sobre-saciar a nosotros mismos.

Tampoco es el lugar para que nos pongamos en los aires sociales. Supongamos que alguien oyó que estaba de moda entre nobles y millonarios comer un raro y exquisito caviar blanco que proviene del Mar Caspio. Así que él también quiere tener este singular plato en su cena de Navidad.

Incluso si salvara y pudiera comprar algo de ese caviar, no sería proporcional a su nivel social. No debemos hacer tales pretensiones, especialmente en la cena de Navidad. Tales cosas no conmemoran adecuadamente la Santa Navidad de Nuestro Señor Jesucristo. Transforma la celebración en una competencia mundana o una gran cena.

La Cena Católica debe ser buena y digna, pero algo templado para poder seguir la sublimidad de las alegrías espirituales de la Navidad.  Las alegrías del cuerpo de hermano nunca deben asfixiar a los más elevados de alma hermana.............................fuente: plinio correa con adaptaciones
 



   

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre

                    

                      La imagen de La Inmaculada Concepción es de Murillo, siglo XVII.


BAR
                  A lo largo, en el lejano horizonte, se alza, con una luz suave y radiante, la aurora del Sol que tanto tiempo ha deseado. La feliz Madre del Mesías iba a nacer antes que el Mesías; Y este es el día de la Concepción de María. La tierra ya posee un primer juramento de la Divina Misericordia; El Hijo del Hombre está cerca. Dos verdaderos israelitas, Joaquín y Ana, ramas nobles de la familia de David, encuentran su unión, después de la esterilidad, hecha fructífera por la Divina omnipotencia. ¡Gloria a Dios, que ha estado atento a sus promesas, y que se digna anunciar desde los altos cielos el fin del diluvio de la iniquidad, enviando sobre la tierra la dulce paloma blanca que lleva la noticia de la paz!
La fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen es la más solemne de todas aquellas que la Iglesia celebra en el tiempo sagrado del Adviento; Y si la primera parte del ciclo nos ofrecía la conmemoración de alguno de los misterios de María, no había nadie cuyo objeto pudiera armonizar mejor con el espíritu de la Iglesia en esta temporada mística de expectativa. Celebramos, pues, esta solemnidad con gozo; Pues la Concepción de María nos dice que el nacimiento de Jesús no está muy lejos.
                                          BAR



sábado, 3 de diciembre de 2016

LA CORONA DE ADVIENTO



La Corona de Adviento, como muchos pueden saber, es una corona de hoja perenne con cuatro velas que representan las cuatro semanas de Adviento. Se exhibe generalmente en hogares y escuelas a través de la estación del advenimiento y tradicionalmente exhibe tres velas púrpuras y una vela rosada.

Corona de Adviento - Católica 1 Una Corona de Adviento Católica
El color litúrgico para el Adviento es púrpura, y las velas púrpuras simbolizan la oración, la penitencia y las buenas obras emprendidas durante este tiempo en preparación para la Navidad. Una vela púrpura se enciende el primer domingo, otra se enciende el segundo domingo. La vela de rosa se enciende el tercer domingo de Gaudete, cuando el sacerdote lleva también vestidos de rosas en la misa. La cuarta vela púrpura se enciende el cuarto domingo de Adviento. La luz gradualmente creciente simboliza el acercamiento del Nacimiento de Cristo, la Luz del mundo.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Cubanos felices por la muerte de Castro



La noche del viernes 25 de noviembre de 2016, el dictador cubano Fidel Castro finalmente murió a los 90 años. Mientras la noticia de la muerte del líder comunista se extendía por el sur de Florida, la comunidad cubana de Miami salió a las calles para celebrar, , cantando y bailando. Las fiestas públicas continuaron durante el fin de semana.
Castro era el símbolo de la Revolución Comunista que había causado tal desastre en la vida de los cubanos de todas las clases, destruyendo su religión, sus familias, sus tradiciones, confiscando sus casas, propiedades y negocios, asesinando y torturando a los disidentes, encarcelando a sus seres queridos y osando resistir. Y así, a la noticia de su muerte, golpearon tambores, ollas y sartenes, gritaron y se regocijaron por la muerte del tirano que había convertido su país, una vez conocida como la Perla del Caribe, en una miserable prisión de la isla.
castro death
Los cubanos celebran la muerte de Fidel Castro ...
Y anticipar su juicio sin dolor
castro death
Son cubanos cuyas familias han sufrido bajo la tiranía de Fidel, y ahora de su hermano Raúl Castro, durante más de cinco décadas. Conocen de primera mano los pelotones de fusilamiento de Fidel que mataron a personas inocentes. Vieron a su religión criminalizada, sacerdotes y monjas deportados o encarcelados, sus bienes confiscados por el Estado comunista y sus amigos disidentes violentamente castigados. Y así se regocijan de la muerte del tirano que nunca pagó por sus crímenes atroces en esta tierra, pero ahora ha respondido ante el Dios que él injuriaba e indignaba.

Sin embargo, no todo el mundo se regocijaba. Compañeros de viaje en comunismo envían palabras de alabanza y condolencias. Naturalmente, el presidente ruso, Vladimir Putin, elogió al líder proletario como "distinguido crítico" y "amigo sincero y confiable de Rusia". El ex presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, se unió a los aplausos, honrando a Castro por " Llevando a su país al camino del desarrollo autosostenido e independiente ".

Palabras impensables, ya que fue la Unión Soviética la que mantuvo el régimen de Castro durante años, enviando miles de millones a sus arcas. Cuando se derrumbó, Cuba ha tenido que confiar en el dinero del petróleo venezolano y en lo que pudiera encontrar. Hoy, la economía de Cuba es un laberinto de ruinas y sus presumidos proyectos de bienestar social son claramente fraudulentos.

El presidente chino, Xi Jinping, alabó el papel de Castro en la difusión del comunismo en el mundo y lamentó la pérdida de ese "camarada cercano". El presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro, bajo amenaza de destitución por su corrupto régimen, apareció en TV para animar a la Revolución Comunista Cubana. "Seguiremos ganando y luchando", dijo, "Fidel Castro es un ejemplo de la lucha por todas las personas en el mundo".

Los presidentes comunistas de Ecuador, Bolivia y El Salvador también enviaron elogios y palabras de gratitud por el papel de Cuba en fomentar sus revoluciones.

Francisco cantando en el coro comunista

Los izquierdistas elogiando a Castro y lamentando su muerte - esto es de esperar.

Sin embargo, encontrar a Bergoglio entre los primeros en unirse a esta sombría lista de dolientes es más sorprendente. El sábado en la mañana después de que Castro murió, Francis públicamente expresó su "pesar" por la desaparición de la "dignatario" en un telegrama a Raúl. Sus palabras:

"Al recibir la triste noticia de la muerte de su querido hermano, Su Excelencia Señor Fidel Alejandro Castro Ruz, ex presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de la República de Cuba, expreso mis sentimientos de pesar a Vuestra Excelencia Y otros miembros de la familia del difunto dignatario, así como a la gente de esta nación amada. Al mismo tiempo, ofrezco oraciones al Señor por su descanso. "

jp2 castro Tres falsos Papas viajaron a Cuba para abrazar al tirano y reforzar el régimen comunista
benedicto castro

francis castro
Tradicionalmente, la Santa Sede sólo envía telegramas de condolencia por un líder que muere en el cargo, pero para el tirano Castro, Francisco hizo esta excepción honorífica.

Es irónico. Este campeón de los inmigrantes y el ideal masónico de la libertad y los derechos humanos, lamenta al hombre que violó la libertad y otros derechos básicos de todo un pueblo durante más de 50 años y ha causado que un millón de otros huyan de la Isla y busquen refugio en el extranjero. Una vez más, Francisco muestra sus colores rojos, descaradamente y vergonzosamente, en este caso.

Permítanme señalar, no es solo el francófilo progresista que ha apoyado la Cuba de Castro con sus dos visitas a la Isla. Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI fueron a Cuba para reforzar el prestigio del comunismo en momentos en que el régimen rojo se debatía. Tres falsos Papas abrazaron a Castro y lo trataron como un querido amigo, en lugar de castigarlo por sus errores y condenar a un régimen que viola abiertamente los Mandamientos y oprime la Fe Católica.

El acuerdo mediado por Francisco y Obama en enero de 2015 para suavizar el embargo contra Cuba puso a la Iglesia contaminada de protestantes y los EE.UU. en el lado equivocado de la historia. En vez de presionar por una auténtica libertad, los falsos Papas y los Estados Unidos han legitimado la dictadura comunista más larga del hemisferio occidental.

Alentados por este apoyo, el régimen ha producido niveles históricos de persecución política y religiosa en los últimos dos años. En 2015, hubo más de 8.616 arrestos políticos documentados en Cuba, y se espera que este número llegue a los 10.000 en 2016.

A pesar de Francisco, los fieles católicos se regocijan con los cubanos exiliados por la muerte de Fidel Castro. También somos conscientes de que Cuba permanece esclavizado bajo una tiranía comunista y nos preguntamos Virgen de la Caridad - Nuestra Señora de la Caridad del Cobre - para poner fin a la revolución que desgraciadamente ahora se basa en la asistencia de los falsos Papas postconciliares.

Un video gráfica de cómo Castro llegó al poder se puede ver aquí .
 
fuente  Margaret Galitzin

jueves, 1 de diciembre de 2016

LA ROSA DE PASION

Hermoso cuento de G. Bequer que nos habla del odio hacia Nuestro Señor por la raza judía , IMPERDIBLE :


[Cuento - Texto completo.]
Gustavo Adolfo Bécquer
Una tarde de verano y en un jardín de Toledo me refirió esta singular historia una muchacha muy buena y muy bonita.
Mientras me explicaba el misterio de su forma especial besaba las hojas y los pistilos que iba arrancando uno a uno de la flor que da su nombre a esta leyenda.
Si yo la pudiera referir con el suave encanto y la tierna sencillez que tenía en su boca os conmovería, como a mí me conmovió, la historia de la infeliz Sara.
Ya que esto no es posible, ahí va lo que de esa tradición se me acuerda en este instante.
– I –
En una de las callejas más obscuras y tortuosas de la ciudad imperial, empotrada y casi escondida entre la alta torre morisca de una antigua parroquia muzárabe y los sombríos y blasonados muros de una casa solariega, tenía, hace muchos años, su habitación, raquítica, tenebrosa y miserable como su dueño, un judío llamado Daniel Leví.
Era este judío rencoroso y vengativo, como todos los de su raza; pero más que ninguno, engañador e hipócrita.
Dueño, según los rumores del vulgo, de una inmensa fortuna, veíasele, no obstante, todo el día acurrucado en el sombrío portal de su vivienda componiendo y aderezando cadenillas de metal, cintos viejos y guarniciones rotas, con las que traía un gran tráfico entre los truhanes del Zocodover, las revendedoras del Postigo y los escuderos pobres.
Aborrecedor implacable de los cristianos y de cuanto a ellos pudiera pertenecer, jamás pasó junto a un caballero principal o un canónigo de la Primada sin quitarse una y hasta diez veces el mugriento bonetillo que cubría su cabeza, calva y amarillenta, ni acogió en su tenducho a uno de sus habituales parroquianos sin agobiarle a fuerza de humildes salutaciones acompañadas de aduladoras sonrisas.
La sonrisa de Daniel había llegado a hacerse proverbial en toda Toledo, y su mansedumbre, a prueba de las jugarretas más pesadas y las burlas y rechiflas de sus vecinos, no conocía límites.
Inútilmente los muchachos, para desesperarle, tiraban piedras a su tugurio; en vano los pajecillos, y hasta los hombres de armas del próximo palacio, pretendían aburrirle con los nombres más injuriosos, o las viejas devotas de la feligresía se santiguaban al pasar por el dintel de su puerta como si viesen al mismo Lucifer en persona. Daniel sonreía eternamente, con una sonrisa extraña e indescriptible. Sus labios, delgados y hundidos, se dilataban a la sombra de su nariz desmesurada y curva como el pico de un aguilucho, y aunque de sus ojos pequeños, verdes, redondos y casi ocultos entre las espesas cejas brotaba una chispa de mal reprimida cólera, seguía impasible golpeando con su martillito de hierro el yunque donde aderezaba las mil baratijas mohosas y, al parecer, sin aplicación alguna de que se componía su tráfico.
Sobre la puerta de la casucha del judío, y dentro de un marco de azulejos de vivos colores, se abría un ajimez árabe, resto de las antiguas construcciones de los moros toledanos. Alrededor de las caladas franjas del ajimez y enredándose por la columnilla de mármol que lo partía en dos huecos iguales subía desde el interior de la vivienda una de esas plantas trepadoras que se mecen verdes y llenas de savia y lozanía sobre los ennegrecidos muros de los edificios ruinosos.
En la parte de la casa que recibía una dudosa luz por los estrechos vanos de aquel ajimez, único abierto en el musgoso y agrietado paredón de la calleja, habitaba Sara, la hija predilecta de Daniel.
Cuando los vecinos del barrio pasaban por delante de la tienda del judío y veían por casualidad a Sara tras de las celosías de su ajimez morisco y a Daniel acurrucado junto a su yunque exclamaban en alta voz, admirados de las perfecciones de la hebrea:
-¡Parece mentira que tan ruin tronco haya dado de sí tan hermoso vástago!
Porque, en efecto, Sara era un prodigio de belleza. Tenía los ojos grandes y rodeados de un sombrío cerco de pestañas negras, en cuyo fondo brillaba el punto de luz de su ardiente pupila como una estrella en el cielo de una noche oscura. Sus labios, encendidos y rojos, parecían recortados hábilmente de un paño de púrpura por las invisibles manos de una hada. Su tez era blanca, pálida y transparente como el alabastro de la estatua de un sepulcro. Contaba apenas dieciséis años, y ya se veía grabada en su rostro esa dulce tristeza de las inteligencias precoces, y ya hinchaban su seno y se escapaban de su boca esos suspiros que anuncian el vago despertar del deseo.
Los judíos más poderosos de la ciudad, prendados de su maravillosa hermosura, la habían solicitado para esposa; pero la hebrea, insensible a los homenajes de sus adoradores y a los consejos de su padre, que la instaba para que eligiese un compañero antes de quedar sola en el mundo, se mantenía encerrada en un profundo silencio, sin dar más razón de su extraña conducta que el capricho de permanecer libre. Al fin, un día, cansado de sufrir los desdenes de Sara, y sospechando que su eterna tristeza era indicio cierto de que su corazón abrigaba algún secreto importante, uno de sus adoradores se acercó a Daniel y le dijo:
-¿Sabes, Daniel, que entre nuestros hermanos se murmura de tu hija?
El judío levantó un instante los ojos de su yunque, suspendió su continuo martilleo y, sin mostrar la menor emoción, preguntó a su interpelante:
-¿Y qué dicen de ella?
-Dicen -prosiguió su interlocutor-, dicen…, qué sé yo…, muchas cosas… Entre otras, que tu hija está enamorada de un cristiano…
Al llegar a este punto, el desdeñado amante de Sara se detuvo para ver el efecto que sus palabras hacían en Daniel.
Daniel levantó de nuevo sus ojos, le miró un rato fijamente, sin decir palabra, y bajando otra vez la vista para seguir su interrumpida tarea, exclamó:
-¿Y quien dice que eso no es una calumnia?
-Quien los ha visto conversar más de una vez en esta misma calle, mientras tú asistes al oculto sanedrín de nuestros rabinos -insistió el joven hebreo, admirado de que sus sospechas, primero, y después sus afirmaciones no hiciesen mella en el ánimo de Daniel.
Éste, sin abandonar su ocupación, fija la mirada en el yunque, sobre el que, después de dejar a un lado el martillo, se ocupaba en bruñir el broche de metal de una guarnición con una pequeña lima, comenzó a hablar en voz baja y entrecortada, como si maquinalmente fuesen repitiendo sus labios las ideas que cruzaban por su mente.
-¡Je!, ¡je!, ¡je! -decía, riéndose de una manera extraña y diabólica-. ¿Con que a mi Sara, al orgullo de la tribu, el báculo en que se apoya mi vejez, piensa arrebatármela un perro cristiano?… ¿Y vosotros creéis que lo hará? ¡Je!, ¡je! -continuaba, siempre hablando para sí y siempre riéndose, mientras la lima chirriaba cada vez con más fuerza, mordiendo el metal con sus dientes de acero-. ¡Je!, ¡Je! ¡Pobre Daniel!, dirán los míos, ¡ya chochea! ¿Para qué quiere ese viejo moribundo y decrépito esa hija tan hermosa y tan joven, si no sabe guardarla de los codiciosos ojos de nuestros enemigos?… ¡Je!, ¡je!, ¡je! ¿Crees tú, por ventura, que Daniel duerme? ¿Crees tú, por ventura, que si mi hija tiene un amante…, que bien puede ser, y ese amante es cristiano y procura seducirla y la seduce, que todo es posible, y proyecta huir con ella, que también es fácil, y huye mañana, por ejemplo, lo cual cabe dentro de lo humano, crees tú que Daniel se dejará así arrebatar su tesoro?, ¿crees tú que no sabrá vengarse?
-Pero -exclamó, interrumpiéndole, el joven-, ¿sabéis, acaso…?
-Sé -dijo Daniel, levantándose y dándole un golpecito en la espalda-, sé más que tú, que nada sabes, ni nada sabrías si no hubiese llegado la hora de decirlo todo… Adiós; avisa a nuestros hermanos para que cuanto antes se reúnan. Esta noche, dentro de una o dos horas, yo estaré con ellos. ¡Adiós!
Y esto diciendo, Daniel empujó suavemente a su interlocutor hacia la calle, recogió sus trebejos muy despacio y comenzó a cerrar con dobles cerrojos y aldabas la puerta de la tiendecilla.
El ruido que produjo la puerta al encajarse, rechinando sobre sus premiosos goznes, impidió al que se alejaba oír el rumor de las celosías del ajimez, que en aquel punto cayeron de golpe, como si la judía acabara de retirarse de su alféizar.
– II –
Era noche de Viernes Santo; los habitantes de Toledo, después de haber asistido a las tinieblas en su magnífica catedral, acababan de entregarse al sueño o referían al amor de la lumbre consejas parecidas a la del Cristo de la Luz, que robado por unos judíos, dejó un rastro de sangre por el cual se descubrió el crimen; o la historia del Santo Niño de la Guarda, en quien los implacables enemigos de nuestra fe renovaron la cruel pasión de Jesús. Reinaba en la ciudad un silencio profundo, interrumpido a intervalos, ya por las lejanas voces de los guardias nocturnos que en aquella época velaban en derredor del alcázar, ya por los gemidos del viento, que hacía girar las veletas de las torres o zumbaba entre las torcidas revueltas de las calles, cuando el dueño de un barquichuelo que se mecía amarrado a un poste cerca de los molinos, que parecen como incrustados al pie de las rocas que baña el Tajo y sobre las que se asienta la ciudad, vio aproximarse a la orilla, bajando trabajosamente por uno de los estrechos senderos que desde lo alto de los muros conducen al río, a una persona a quien, al parecer, aguardaba con impaciencia.
-¡Ella es! -murmuró entre dientes el barquero-. ¡No parece sino que esta noche anda revuelta toda esa endiablada raza de judíos!… ¿Dónde diantres se tendrán dada cita con Satanás, qué todos acuden a mi barca, teniendo tan cerca el puente?… No, no irán a nada bueno cuando así evitan toparse de manos a boca con los hombres de armas de San Servando… Pero, en fin, ello es que me dan buenos dineros a ganar, y a su alma su palma, que yo en nada entro ni salgo.
Esto diciendo el buen hombre, sentándose en su barca aparejó los remos, y cuando Sara, que no era otra la persona a quien al parecer había aguardado hasta entonces, hubo saltado al barquichuelo, soltó la amarra que lo sujetaba y comenzó a bogar en dirección a la orilla opuesta.
-¿Cuántos han pasado esta noche? -preguntó Sara al barquero apenas se hubieron alejado de los molinos, y como refiriéndose a algo de que ya habían tratado anteriormente.
-Ni los he podido contar -respondió el interpelado-; ¡un enjambre!… Parece que esta noche será la última que se reúnen.
-¿Y sabes de qué tratan y con qué objeto abandonan la ciudad a estas horas?
-Lo ignoro…; pero ello es que aguardan a alguien que debe llegar esta noche… Yo no sé para qué le aguardarán, aunque presumo que para nada bueno.
Después de este breve diálogo, Sara se mantuvo algunos instantes sumida en un profundo silencio y como tratando de coordinar sus ideas.
«No hay duda -pensaba entre sí-; mi padre ha sorprendido nuestro amor y prepara alguna venganza horrible. Es preciso que yo sepa adónde van, qué hacen, qué intentan. Un momento de vacilación podría perderle».
Cuando Sara se puso un instante de pie y, como para alejar las horribles dudas que la preocupaban, se pasó la mano por la frente, que la angustia había cubierto de un sudor glacial, la barca tocaba a la orilla opuesta.
-Buen hombre -exclamó la hermosa hebrea, arrojando algunas monedas a su conductor y señalando un camino estrecho y tortuoso que subía serpenteando por entre las rocas-, ¿es ése el camino que siguen?
-Ése es, y cuando llegan a la Cabeza del Moro desaparecen por la izquierda. Después, el diablo y ellos sabrán adónde se dirigen -respondió el barquero.
Sara se alejó en la dirección que éste le había indicado. Durante algunos minutos se le vio aparecer y desaparecer alternativamente entre aquel oscuro laberinto de rocas cortadas a pico; después, y cuando hubo llegado a la cima llamada la Cabeza del Moro, su negra silueta se dibujó un instante sobre el fondo azul del cielo y, por último, desapareció entre las sombras de la noche.
– III –
Siguiendo el camino donde hoy se encuentra la pintoresca ermita de la Virgen del Valle, y como a dos tiros de ballesta del picacho que el vulgo conoce en Toledo por la Cabeza del Moro, existían aún en aquella época los ruinosos restos de una iglesia bizantina, anterior a la conquista de los árabes.
En el atrio, que dibujaban algunos pedruscos diseminados por el suelo, crecían zarzales y hierbas parásitas, entre los que yacían medio ocultos, ya el destrozado capitel de una columna, ya un sillar groseramente esculpido con hojas entrelazadas, endriagos horribles o grotescos e informes figuras humanas. Del templo sólo quedaban en pie los muros laterales y algunos arcos rotos y cubiertos de yedra.
Sara, a quien parecía guiar un sobrenatural presentimiento, al llegar al punto que le había señalado su conductor, vaciló algunos instantes, indecisa acerca del camino que debía seguir; pero, por último, se dirigió con paso firme y resuelto hacia las abandonadas ruinas de la iglesia.
En efecto, su instinto no la había engañado. Daniel, que ya no sonreía; Daniel, que no era ya el viejo débil y humilde, sino que, antes bien, despidiendo cólera de sus pequeños y redondos ojos, parecía animado del espíritu de la venganza, rodeado de una multitud ávida, como él, de saciar su sed de odio en uno de los enemigos de su religión, estaba allí, y parecía multiplicarse dando órdenes a los unos, animando en el trabajo a los otros, disponiendo, en fin, con una horrible solicitud los aprestos necesarios para la consumación de la espantosa obra que había estado meditando días y días mientras golpeaba impasible el yunque en su covacha de Toledo.
Sara, que a favor de la oscuridad había logrado llegar hasta el atrio de la iglesia, tuvo que hacer un esfuerzo para no arrojar un grito de horror al penetrar en su interior con la mirada. Al rojizo resplandor de una fogata, que proyectaba la forma de aquel círculo infernal en los muros del templo, había creído ver que algunos hacían esfuerzos por levantar en alto una pesada cruz, mientras otros tejían una corona con las ramas de los zarzales o aplastaban sobre una piedra las puntas de los enormes clavos de hierro. Una idea espantosa cruzó por su mente: recordó que a los de su raza los habían acusado más de una vez de misteriosos crímenes; recordó vagamente la aterradora historia del Niño Crucificado, que ella hasta entonces había creído una grosera calumnia inventada por el vulgo para apostrofar y zaherir a los hebreos.
Pero ya no le cabía duda alguna; allí, delante de sus ojos, estaban aquellos horribles instrumentos de martirio, y los feroces verdugos sólo aguardaban la víctima.
Sara, llena de una santa indignación, rebosando en generosa ira y animada de esa fe inquebrantable en el verdadero Dios que su amante le había revelado, no pudo contenerse a la vista de aquel espectáculo, y, rompiendo por entre la maleza que la ocultaba, presentose de improviso en el dintel del templo.
Al verla aparecer, los judíos arrojaron un grito de sorpresa, y Daniel, dando un paso hacia su hija en ademán amenazante, le preguntó con voz ronca:
-¿Qué buscas aquí, desdichada?
-Vengo a arrojar sobre vuestras frentes -dijo Sara con voz firme y resuelta- todo el baldón de vuestra infame obra, y vengo a deciros que en vano esperáis la víctima para el sacrificio, si ya no es que intentáis cebar en mí vuestra sed de sangre; porque el cristiano a quien aguardáis no vendrá, porque yo le he prevenido de vuestras asechanzas.
-¡Sara! -exclamó el judío rugiendo de cólera-. Sara, eso no es verdad; tú no puedes habernos hecho traición hasta el punto de revelar nuestros misteriosos ritos; y si es verdad que los has revelado, tú no eres mi hija…
-No, ya no lo soy; he encontrado otro padre, un padre todo amor para los suyos, un padre a quien vosotros enclavasteis en una afrentosa cruz, y que murió en ella por redimirnos, abriéndonos para una eternidad las puertas del cielo. No; ya no soy vuestra hija, porque soy cristiana y me avergüenzo de mi origen.
Al oír estas palabras, pronunciadas con esa enérgica entereza que sólo pone el cielo en boca de los mártires, Daniel, ciego de furor, se arrojó sobre la hermosa hebrea, y derribándola en tierra y asiéndola por los cabellos, la arrastró, como poseído de un espíritu infernal, hasta el pie de la cruz, que parecía abrir sus descarnados brazos para recibirla, exclamando al dirigirse a los que le rodeaban:
-Ahí os la entrego; haced vosotros justicia de esa infame, que ha vendido su honra, su religión y a sus hermanos.
– IV –
Al día siguiente, cuando las campanas de la catedral atronaban los aires tocando a gloria, y los honrados vecinos de Toledo se entretenían en tirar ballestazos a los judas de paja, ni más ni menos que como todavía lo hacen en algunas de nuestras poblaciones, Daniel abrió la puerta de su tenducho, como tenía de costumbre, y con su eterna sonrisa en los labios comenzó a saludar a los que pasaban, sin dejar por eso de golpear en el yunque con su martillito de hierro; pero las celosías del morisco ajimez de Sara no volvieron a abrirse, ni nadie vio más a la hermosa hebrea recostada en su alféizar de azulejos de colores…
Cuentan que, algunos años después, un pastor trajo al arzobispo una flor hasta entonces nunca vista, en la cual se veían figurados todos los atributos del martirio del Salvador; flor extraña y misteriosa que había crecido y enredado sus tallos por entre los ruinosos muros de la derruida iglesia.
Cavando en aquel lugar y tratando de inquirir el origen de aquella maravilla, añaden que se halló el esqueleto de una mujer, y enterrados con él otros tantos atributos divinos como la flor tenía.
El cadáver, aunque nunca se pudo averiguar de quién era, se conservó por largos años con veneración especial en la ermita de San Pedro el Verde, y la flor, que hoy se ha hecho bastante común, se llama Rosa de Pasión.






martes, 29 de noviembre de 2016

MADRE DE LA MISERICORDIA

María se manifiesta como Madre de Misericordia por ser «Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los pecadores». La gradación de títulos aquí es muy hermosa. Muestra que María es misericordiosa con los que están enfermos de cuerpo para beneficiar sus almas, y que después los consuela en sus aflicciones y los fortalece en medio de todas las dificultades que tienen que superar. Entre las criaturas nadie es más alto que María, y sin embargo nadie es más accesible, más útil y más suave.

  Salud de los enfermos
María es Salud de los Enfermos por las muchas curas providenciales o milagrosas que se han obtenido por su intercesión en santuarios cristianos hasta nuestros días. Tantas han sido estas curas que se puede decir que María es un océano insondable de curación milagrosa. Pero es para ayudar a la enfermedad del alma que ella cura el cuerpo. Sus curas más importantes son las de las cuatro heridas espirituales que hemos sufrido como consecuencia del pecado original y los pecados personales ---- las heridas de la concupiscencia, de debilidad, de la ignorancia, y de malicia.

 Refugio de pecadores
María es refugio de los pecadores precisamente porque es tan santa. Detiene el pecado, que hace tanto daño a las almas, da la bienvenida a los pecadores y desea llevarlos al arrepentimiento. Libera de los lazos de los hábitos pecaminosos por el poder de su intercesión; Ella obtiene su reconciliación con Dios por los méritos de su Hijo, y ayuda al pecador también con los mismos méritos. Una vez convertido a la penitencia, ella los protege de Satanás, contra todo lo que podría conducir a las caídas. Ella les ayuda a aprender de la dulzura de la penitencia.

viernes, 11 de noviembre de 2016

YO SOY LA VIDA DESPUES DE LA MUERTE

QUERIDOS LECTORES: En este mes de Noviembre  el día 28 se cumplirá cuatro años de la muerte de mi querida esposa , que descanse en paz, una aforma de recordarla y rendirle un homenaje a su vida que como todos fué de momentos dificiles y buenos, los cuales compartimos y vivimos intensamente,por gracias de Dios. A MUCHOS LES COSTARÁ LEER TODO, LES PIDO QUE LO HAGAN , Y PODRAN ENTENDER PARA CUANDO LES LLEGUE UN MOMENTO SIMILA, EL CUAL SEGURAMENTE LES OCURRIRÁ DE UNA FORMA U OTRA DEBERÁN PASAS POR ESTE MOMENTO PARA O QUE DEBEMOS ESTAR PREPARADOS


YO SOY LA VIDA, TAMBIEN DESPUES DE LA MUERTE





 28/ 11/ 2012. a las 14,30 hras., es la hora en la que mi amada esposa entrega el alma a su creador para ser juzgada. Que Él Señor tenga misericordia con ella.  

                                                       ORACIÓN
Oh Dios mio, que condenándonos a la muerte, nos habéis ocultado el momento y la hora, haced que, viviendo santamente todos los días de nuestra vida, merezcamos una muerte dichosa, abrasados en vuestro divino amor.Por los méritos de nuestro Señor Jesucristo y de su Madre Santísima. Amén.                        

  Por razones de estar viviendo circunstancias dificiles pero que son así porque Dios así con su justicia divina junto a su misericordia, ambas infinitas lo ha dispuesto y como todo en Él es perfecto debemos saber aceptar todo lo que pluguiere enviarnos, como en lo personal lo estoy viviendo junto a mi esposa después de 41 años de casados compartiendo alegrías y penas, ella luego de entrar en una agonía de dos días,Él Señor se compadeció de ella y la llamó para su juicio particular debo dar gracias también el habernos dado una hija.y la gracia de poder vivir a pleno el amor

  COMO DIGO EN EL PRINCIPIO DADO LAS CIRCUNSTANCIAS QUIERO PONER A VUESTRA DISPOCISIÓN LO SIGUIENTE:

HABIENDO DESAPARECIDO LAS ÓRDENES RELIGIOSAS, QUE, CON TANTO HEROÍSMO Y APROVECHAMIENTO DE LAS ALMAS, SE CONSAGRABAN A LA

ASISTENSIA ESPIRITUAL DE LOS MORIBUNDOS, ES DE SUMA UTILIDAD, Y AUN DE INDISPENSABLE UTILIDAD, EXITAR EL CELO DE LOS

CRISTIANOS FERVOROSOS PARA SUPLIR FALTA Y VACÍO TAN LAMENTABLE.


         
     Modo práctico para ayudar a bien morir   

En efecto: nadie ignora que del momento crítico de la muerte depende una feliz o desdichada eternidad, colomo de todo bien,

o de todo mal. Creas, cristiano o no creas, pienses o no pienses en ello, así es, y así será....¿No es justo, pues, que habras los ojos, y despertando del profundo letargo en que has vivido, trates a lo menos entonces, de prepararter al terrible trance de la muerte?
Por lánguida que tengas la fe, y aunque no sea muy grave tu dolencia, te te ruego que pidas tu mismo y con tiempo los santos Sacramentos. No fiándote de promesas o de palabras, ni de esperanzas lisonjeras. Tus parientes y amigos por una mal entendida amistad, los médicos por vanos respetos, todos te asegurarán que no hay peligro todavía, y que ya te avisarán con tiempo;...pero ¡ ay! ¡ cuantos miles de cristianos, alicinados de esta suerte, se ven, cuando menos lo piensan, sorprendidos por la muerte y condenados eternamente!Y aun cuando a la última hora se llame a un sacerdote siquiera,por evitar la infamiade que el pariente muera sin sacramentos,¿ que le aprovechará al enfermo su presencia, si, perdido ya el conocimiento, está incapaz de hacer una buena confesión, y aun de formar un verdadero acto de contrición?.
Además, ¿ qué necedad puede darce mayor que la de temer la visita del Médico celestial, único que puede dar acierto a los facultativos, eficacia a los remedios y salud al enfermo?. Llámale pues, pues, a tiempo; que los Sacramentos lejos de acelerar la muerte al que los recibe pronto, aléjanla muchas veces, y hasta le dan salud y vida, si le conviene. ¡Y cuántos, por el más fatal y trascendiente descuido, privados de este auxilio, perdieron una salud que con el socorro de los Sacramentos hubieran quizás recobrado facilicimamente!.
No contento con pedirlos a tiempo, si tienes la oportunidad haz leer este capitulo, y los motivos de contrición que se debe tener antes de la confesión.
Si cayere gravemente enfermo algunos de tus parientes, o cualquiera otra persona, por cuya felicidad te interesas, suplícote por las entrañas de Jesucristo, y por la amistad que le profesas, le avises con tiempo del peligro en que se encuentra;y con el celo y santas industrias que el amor verdadero debe inspirar en semejantes casos, le induzcas a que reciba dignamente y a tiempo los santos Sacramentos. Búscale un confesor de su confianza, prepárale a la confesión y recepción del Santo Viático, pero con suavidad y sin serle molesto.
Cuando estuviere en la agonía, darle las oraciones para el caso, haciendo algunas interrupciones para no cansarle,te podras también valer de las jaculatorias siguientes:
¡ Oh dulce Jesús mío! mi consuelo, mi fortaleza, y todo mi bien, ¿ cuándo os poseeré, sin temor de nunca separarme de Vos?
En Vos creo, en Vos espero, a Vos amo y amaré siempre sobre todas las cosas. ¡Quién os hubiese amado siempre!! ¡Quién nunca os hubiese ofendido!
Creo, Dios mio todo cuanto me habeis revelado, y todo cuanto me propone y manda a creer la Santa Madre Iglesia.
Pequé, Señor;mas confío en vuestra bondad y misericordia infinita que me perdonaréis, no permitiendo se pierda mi alma, redimida con vuestra sangre preciosísima.
Padre, dulcísimo Padre mío, peor soy que el hijo pródigo:no soy digno de ser llamado hijo vuestro; pero Vos soy MI Padre, y el mejor de todos los padres.
Echad, pues, a vuestro Hijo los brazos al cuello; dadme el ósculo de paz;y gracia;restituídme la estola de la inocencia, que perdí por mi malicia.
Virgen Santísima y dulce Madre de misericordia, muestra en esta última hora que eres mi Madre.
TÚ me has amparado y favorecido todo el curso de mi vida;ámparame y favoréceme en este momento, del que depende todo mi bien .
Por la agonía de tú Hijo querido, por las penasy amarguras que sentiste al pié de la Cruz, asísteme en la muerte.
Dándole a besar el Crucifijo: te adoro, llaga sacratísima del costado de mi dulce Jesús;habierto, más por amor a los hombres,que por el fiero golpe de la lanzada.
Ddme, Señor,asilo en tu corazón, lavando mis manchas con la sangre y agua que vertistes por esa llaga Santísima.
Os adoro,manos sacrosantas, habiertas por mi amor: vosotras me criásteis, de vosotras espero mi salvación
Perdona mis pecados, como yo perdono a todos cuantos  me han ofendido.
Gloriosísimo Arcángel San Miguel, príncipe de la milicia celestial, ruega por mi.
En tus manos, Señor ,encomiendo mi espíritu.

(Repítanse las jaculatorias en que más consuelo hallare el enfermo; y mientras uno le exorta a bien morir, otros pueden rogar por su alma, rezando el Santo Rosario o las letanías de nuestra Señora.)

                                              RECOMENDACIÓN DEL ALMA
                                                         Según el ritual Romano
           LETANÍA DE LOS AGONIZANTES




                                                      
                                       




Señor, ten piedad de él ( o de ella)
Jesucristo,                      ten piedad
Señor,                            ten piedad
Santa María,                  ruega por él ( o ella)
Santos Angeles y Arcángeles,     rogad
San Abe,                        ruega
Coro de los Justos,         ruega
San Abrahan,                  ruega
San Juan Bautista,           ruega
San José,                        ruega
Santos Patriarcas y Profetas      rogad
San Pedro,                     ruega
San Pablo,                    ruega por él ( o ella)
San Andres,                  ruega
San Juan,                      ruega
Santos Apóstoles y Evangelistas,    rogad
Santos Discílulos del Señor,            rogad
Santos Inocentes,                          rogad
San Esteban,                                 ruega
San Lorenzo,                                ruega
Santos Mártires,                          rogad
San Silvestre,                               ruega
San Gregorio,                              ruega
San Agustín,                                 ruega
Santos Pontífices y Confesores,    rogad
San Benito,                                  ruega
San Francisco,                             ruega
San Camilo,                                 ruega
San Juan de Dios,                         ruega
Santos Monjes y Ermitaños,          rogad
Santa María Magdalena,               ruega
Santa Lucía,                                  ruega
Santas Vírgenes y viudas,              rogad
Santos y Santas de Dios,               interceded
Séle propicio,                                líbrale Señor
De tu cólera,                                  líbrale
Del peligro de la muerte,                 líbrale
De las penas del infierno,                líbrale Señor
De todo mal,                                  líbrale
Del poder del demonio,                  líbrale
Por tu Natividad,                            líbrale
Por tu Cruz y Pasión,                      líbrale
Por tu muerte y sepultura,                líbrale
Por tu gloriosa Resurrección,           líbrale
Por tu admirable Ascensión,            líbrale
Por tu gracia del Espíritu
Consolador,                                    líbrale
En el día del juicio,                          líbrale
Así te lo pedimos, aunque
pecadores,                                      óyenos Señor.

Señor,                                           ten misericordia de él ( o ella).
Señor,                                            ten misericordia
Jesucristo,                                      ten misericordia
Señor,                                            ten misericordia.

                                       

Hallándose el enfermo en la agonía se dirá lo siguiente:

                                   Recomendación del alma
Sal de este mundo, alma cristiana en nombre de Dios Padre todopoderoso,que te creó;
en nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que padeció por ti;
en el nombre del Espíritu Santo, que en ti se infundió;
en nombre de los Tronos y Dominaciones; en nombre de los Principados y Potestades;
en el nombre de los Querubines y Serafines;
en el nombre de los Patriarcas y Profetas;
en el de los Santos Apóstoles y Evangelistas;
en el de los Santos Mártires y confesores;
en el de los Santos Monjes y Ermitaños;
en nombre de las Santas VÍrgenes y de todos los Santos y Santas de Dios.
Sea hoy en paz tu descanso, y tu habitación en la Jerusalen celestial.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Oh Dios de bondad, Dios clemente,Dios que según la multitud de tus misericordias perdonas a los arrepentidos, y por la gracia de una entera remisión borras las huellas de nuestros crimenes pasados, dirige una mirada compasiva a tu siervo N.; recibe la humilde confesión que te hace de sus culpas, y concédele el perdón de todos sus pecados.Padre de misericordia infinita, repara en él ( ella) todo lo que corrompió la fragilidad  humana y manchó la malicia del demonio: júntale para siempre con el cuerpo de la Iglesia, como miembro que fué redimido por Jesucristo. Ten, Señor, piedad de sus gemidos, compadécete de sus lágrimas, y puesto que no espera sino en tu misericordia, dígnate dispensarle la gracia de la perfecta reconciliación. Por Jesucristo, etc.
Te recomiendo a Dios todopoderoso, mi querido hermano ( o ......) , y  te pongo en las manos de Aquel de quien eres criatura, para que, después de haber sufrido la sentencia de muerte dictada contra todos los hombres, vuelvas a tu Creador, que te formó de la tierra.
Ahora, pues, que tu alma va a salir de este mundo, salgan a recibirte los Apóstoles que deben juzgarte, vengan a tu encuentro con el ejército triunfador de generosos Mártires; circúndete la multitud brillante de Confesores; acójate con alegría el coro radiante de Vírgenes, y sé para siempre admitido(a) con los Santos Patriarcas en la mansión de la venturosa paz.Preséntese a ti Jesucristo con rostro lleno de dulzura, y colóquete en el seno de los que rodean el trono de su divinidad. No experimentes el horror de las tinieblas, ni los tormentos del suplicio eterno.Al verte huya Satanás con todos sus sátelites, y al llegar al medio del coro de los Ángeles, tiemble y vuélvase a su triste morada donde reina la noche eterna.Levántese Dios y disípense sus enemigos, y desvanézcanse como el humo. A la presencia de Dios, desaparezcan los pecadores, como la cera se derrite al calor del fuego, y regocíjense los justos,como en una fiesta perpetua ante la presencia del Señor.Confundidas sean todas las legiones infernales, y ningún ministro de Satanás se atreva a estorbar tu paso.Líbrete de los tormentos Jesucristo, que fué crucificado por ti:: colóquete Jesucristo,Hijo de Dios vivo, en el jardín siempre ameno de su paraíso, y siendo verdadero pastor, reconózcate por una de sus ovejas.Perdónete misericordiosotodos tus pecados, póngate a su derecha entre los elegidos, para que veas a tu Redentor cara a cara,y morando siempre feiz a su lado, logres comtemplar a la soberana Majestad y gozar de la dulce vista de Dios, admitidoen el número de los bienaventurados, por todos los siglos de los siglos., Así sea.



Señor, recibe a tu siervo( a ella) en el lugar de la salvación que espera de tu misericordia R) Así sea.
Señor, libra el alma de tu siervo(de ella) de todos los peligros del infierno, de sus castigos y males.R)Así sea.
Señor, libra su alma como preservaste a Enoc y Elías de la muerte común a todos los hombres.R) Así sea.
Señor, libra su alma como libraste a Noé del diluvio.R) Así sea.
Señor, libra su alma,como libraste a Abrahám de la tierra de los Caldeos. R).Así sea
Señor libra su alma, como libraste a Job de sus padecimientos.R).Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a Isaac de las manos de su padre Abrahám, cuando iba a inmolarle.R).Así sea.
Señor, libra su alma,como libraste a Lot de Sodoma y de la lluvia de fuego.R).Así sea.
Señor , libra su alma, como libraste a Moisés de las manos del Faraón, Rey de Egipto.R). Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a Daniel del lago de los leones.R).Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a los tres Niños del horno encendido y de las manos del Rey impío.R). Así sea.
Señor libra su alma, como libraste a Susana del falso testimonio.R).Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a David de las manos de Saúl y de Goliat.R).Así sea.
Señor, libra su alma, como libraste a San Pedro y a San Pablo de la prisión.R).Así sea.
Y como libraste a la bienaventurada Tecla, vírgen y mártir de los más crueles tormentos, dígnate librar el alma de tu siervo( de ella), y dale a gozar a tu lado de los bienes eternos.R)Así sea.


                         
                                                           ORACIÓN 

Te recomendamos el alma de tu siervo( de ella) N.., y te pedimos, Señor Jesucristo Salvador del mundo, por la misericordia con que bajaste por ella del cielo a la tierra, que no le niegues un lugar en la morada de los Santos Patriarcas. Reconoce, Señor, tu criatura, obra,no de dioses extraños, sino tuya,Dios único, vivo y verdadero; porque no hay otro Dios más que tú, y nadie te iguala en las obras.Haz, Señor que tu dulce presencia llene su alma de alegría:  olvida sus iniquidades pasadas y los extravíos a que fué arrastrado por sus pasiones; porque, aun cuando pecó, no ha renunciado a la fe del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,sino que ha conservado el celo del Señor y adorado fielmente a Dios creador de todas las cosas.

                                    
                        OTRA ORACIÓN

Te pedimos , Señor, que te olvides todos los pecados y faltas que en su juventud cometió por ignorancia, y según la grandeza de tu misericordia, acuérdate de él ( o ella)en el esplendor de tu gloria. Habre los cielos, y regocíjense los Ángeles con su llegada. Recibe, Señor, a tu siervo ( o a ella)N...en tu reino.Recíbale San Miguel Arcángel,caudillo de la milicia celestial; salgan a su encuentro los Santos Ángeles y conduzcánle a tu celeste Jerusalén.Recíbale el Apóstol San Pedro, a quién entregaste las llaves del reino celestial.Socórrale el Apóstol San Pablo, que mereció ser vaso de elección, e interceda por él( o ella) el Apóstol San Juan, Apóstol querido, a quien fueron revelados los secretos del cielo.Rueguen por él ( o ella)todos los Santos Apóstoles , a quienes Dios concedió el poder de absolver y de retener los pecados; intercedan por él ( o ella) todos los Santos y elegidos de Dios,que sufrieron en este mundo por el nombre de Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos .Amén

Solo para gloria de Dios.