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jueves, 6 de enero de 2011

¿ La Iglesia ha definido infaliblemente que es un pecado ir a un matrimonio no católico o algún funeral? Si no se ha definido infaliblemente, ¿Dónde han enseñado los Papas sobre esta cuestión?

¿ La Iglesia ha definido infaliblemente que es un pecado ir a un matrimonio no católico o algún funeral? Si no se ha definido infaliblemente, ¿Dónde han enseñado los Papas sobre esta cuestión? 


MHFM [Monasterio de la Sagrada Familia]: Hablando estrictamente, no sería materia de una definición dogmática, sino que más bien son leyes o instrucciones disciplinarias que están ligadas con la fe. En los años antes del Vaticano II, la idea de “asistencia pasiva” se desarrolló en la cual uno podría asistir a servicios no católicos siempre y cuando uno no estuviera participando activamente; en otras palabras, la idea liberal fue enseñando que uno podría ir a iglesias protestantes, iglesias cismáticas, e incluso sinagogas judías, etc., para algún funeral o matrimonio de un pariente o amigo, siempre y cuando uno no “participara activamente”. Esto fue claramente un desarrollo malvado y comprometedor [es decir, comprometía la fe]. Para la pregunta del titulo de esta nota citaremos la encíclica del Papa Pío IX, Graves ac diuturnae. Hablando sobre los herejes y cismáticos “Viejos Católicos”, Pío IX nos dice:




Papa Pío IX, Graves ac diuturnae, # 4, 23 de marzo de 1875: “Ellos [los fieles] deben evitar totalmente sus celebraciones religiosas, sus edificios y sus cátedras de pestilencia que han establecido con impunidad para transmitir las enseñanzas sagradas. Deben evitar sus escritos y todo contacto con ellos. Ellos no deben tener trato alguno ni reuniones con los sacerdotes usurpadores y apóstatas de la fe que osan ejercer los deberes de un ministro eclesiástico sin poseer una misión legítima ni jurisdicción alguna




Obviamente que si uno debe “evitar totalmente” sus celebraciones religiosas y sus edificios, por lo tanto, no se puede asistir a servicios no católicos, funerales o matrimonios, por ninguna razón, y mucho menos para apaciguar amigos, parientes o compañeros de trabajo y darles a los no católicos la falsa impresión de que sus vidas no católicas pueden conseguir la salvación o que los matrimonios no católicos son agradables a Dios.

Además, definitivamente, uno no debe ir a la recepción de la boda o acontecimientos funerales después de los servicios. Porque ello es dar a los no católicos la falsa impresión de lo mismo: que su matrimonio es agradable a Dios o que las personas se pueden salvar como no católicos. Un verdadero católico debe rechazar por completo todos los eventos asociados a funerales y bodas no católicas, incluyendo los acontecimientos receptivos que siguen después del servicio.


Papa Pío XI, Mortalium animos, # 9, 6 de enero de 1928: “Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto Amaos unos a los otros, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: ‘Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis’(II Juan 10)”.

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