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martes, 15 de mayo de 2012

LO QUE HACES, HAZLO PRONTO

  
Carta Especial del Superior del Distrito
15/05/2012
Queridos amigos y benefactores,
Recientemente, las cartas privadas entre los tres obispos de la Fraternidad y del Consejo General se filtraron. A medida que estos documentos son ahora públicos, deseo hacer algunos comentarios.
 
P.. Arnaud Rostand, Fraternidad San Pío X EE.UU. Superior del Distrito
                                                                                    TRAIDOR 


En primer lugar, quiero denunciar la inmoralidad, así como la naturaleza revolucionaria, de la publicación de tales documentos privados. Si puede ser materia grave a leer las cartas privadas, como enseña la teología moral, es aún más grave para publicar o distribuir sin el permiso de los autores. Además, es subversiva para publicar conversaciones privadas entre los superiores, ya que ejerce una presión indebida sobre ellos. El superior debe ser capaz de tomar una decisión en vista del bien común y no por ningún tipo de presión.
Por lo general, la defensa de la Fe se invoca para justificar tales acciones. Es, de hecho, está claro que la virtud teologal de la fe está por encima de las virtudes morales, pero no puede justificar el actuar en contra de ellos.
Es esencial recordar que las cartas de este tipo son formas normales de comunicación entre los miembros de la sociedad sobre un asunto muy importante. Es normal y bueno que los obispos e incluso sacerdotes de la Sociedad deben ser capaces de expresar sus opiniones personales de una manera respetuosa y en un espíritu de caridad. Una vez más es su publicación sin el consentimiento de ambas partes, lo cual es inaceptable.
¿Cuáles son los principios que deben guiarnos hoy? En primer lugar, debemos preguntarnos quién tiene la autoridad para tomar tal decisión. Está claro que el Superior General tiene la responsabilidad de la Sociedad de San Pío X y darán cuenta a Dios Todopoderoso. Es notable para nosotros recordar que el arzobispo Marcel Lefebvre se quería que la cuestión de nuestras relaciones con Roma para ser manejadas y resueltas por el Superior General:
Así, en principio, el que será el responsable de relaciones con Roma después de que pasen es el Superior General de la Sociedad, el Padre. Schmidberger, que todavía tiene seis años restantes de su mandato como Superior General. Es él quien, finalmente, a partir de ahora estará a cargo de los contactos con Roma, con el fin de continuar las conversaciones, si es que continúan o si se mantiene el contacto, que será poco probable que un tiempo desde que L'Osservatore Romano, va a imprimir una gran titular: ". el Arzobispo Lefebvre, cismáticos, excomulgados" por X número de años, tal vez dos o tres, no tengo ni idea, será la separación. (Conferencia de prensa, Econe, 15 de junio de 1988)
Como cuestión de hecho, el reconocimiento de la autoridad del Obispo Fellay en un asunto se expresa tanto en las letras, por un lado, en la carta de los tres obispos, no la súplica respetuosa de hacer un acuerdo puramente práctico implica el reconocimiento de la autoridad del Superior General a tomar una decisión. Por otro lado, en la carta del Consejo General, este principio se reafirma. Si hay un desacuerdo sobre qué hacer, no obstante, es el respeto y el reconocimiento del principio de autoridad.
La segunda noción que debemos tener en cuenta es nuestro apego a la Roma eterna. Nosotros siempre hemos profesado este accesorio mientras se negaba a seguir las tendencias neo-modernistas de nuestro tiempo. A medida que la Iglesia Católica es, al mismo tiempo humana y divina, es necesario tener un enfoque sobrenatural a los problemas reales dentro de la Iglesia Católica. Es por ello que reafirmamos nuestra fe en la eterna Roma, con el Papa Benedicto XVI como Vicario de Jesucristo y cabeza visible de Su Iglesia, sin dejar de reconocer la dramática situación de la Iglesia de hoy y la difícil pero necesaria tarea de mantener a estos dos en equilibrio.
El último punto, y no menos importante, es indispensable para la defensa de la Fe en tiempos de crisis. No debe haber ninguna duda de que la lucha por la fe, la denuncia de los errores, y la difusión de la tradición continuará, incluso dentro de una "nueva estructura canónica", como Su Excelencia Mons. Fellay ha afirmado en repetidas ocasiones. Nuestro Superior General y sus asistentes han expresado su convicción de que la posibilidad de una prelatura personal no es una trampa. Esta es una cuestión prudencial y las diferentes opiniones son posibles, pero la decisión final pertenece exclusivamente a la Superiora General.
He estado con regularidad y recientemente en contacto con Su Excelencia Mons. Fellay y otros superiores de la sociedad. Además, les puedo asegurar de la unidad que existe en nuestro Distrito, siguiendo la línea de Monseñor Lefebvre, que sigue manifestándose hoy en día. No te inquietes por los informes de los medios de comunicación, que antes de tiempo puede, y sin información suficiente, profetizarán cosas muchas.
En este momento, no sabemos cuál será el resultado de esta situación. ¿La Sociedad de San Pío X es "reconocido" o vamos a tener que permanecer en la misma situación de algo más de tiempo? Confiamos y esperamos que cualquier circunstancia que determina la Providencia dará lugar a una restauración de la Tradición. Vamos, pues, tener en nuestras oraciones al Padre Santo y el obispo Fellay, que el Espíritu Santo les guíe en circunstancias tan difíciles, además de toda la Sociedad y sus sacerdotes. Tenga la seguridad de mis oraciones y que el Corazón Inmaculado de María os proteja la Sociedad de San Pío X.
P.. Arnaud Rostand

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