- Prácticas de una secta en Canadá
- Muere cocinada, no cocinando
- 15 FEB 2012 | Aciprensa
- El supuesto ejercicio, denominado "morir en conciencia", es una práctica de una "terapia" de auto-mejora de una secta New Age.
Una mujer canadiense murió víctima de la hipertermia (aumento patológico de la temperatura del cuerpo) durante la práctica de una "terapia" de auto-mejora de una secta New Age.
"Morir en conciencia"El supuesto ejercicio, denominado "morir en conciencia", obligó a Chantal Lavigne, de 35 años, a pasar nueve horas sudando copiosamente, cubierta de fango y envuelta en plástico y mantas.
Según explicaron los medios de prensa norteamericanos, Lavigne fue eventualmente trasladada en estado de inconsciencia a un hospital, con una temperatura corporal de 40.5 grados centígrados, más de tres grados sobre la normal. Falleció en el centro médico algunas horas después.
A pesar de la muerte, la organizadora del evento, Gabrielle Fréchette, continúa ofreciendo cursos de auto-mejora, y afirma que tiene clientes reservados hasta fines de febrero.
La "maestra" New Age
La "maestra" New Age negó ser responsable de la muerte de Lavigne, pues afirma que cumplió con llamar al 911.
Fréchette dijo a la prensa canadiense que lleva 20 años ofreciendo este tipo de cursos, donde asegura que se contacta con Melquisedec, el sumo sacerdote mencionado en el Antiguo Testamento en la Biblia.
Cerca de dos mil personas habrían llevado el taller de Fréchette, según su propio testimonio. Chantal Lavigne habría realizado 85 sesiones, pagando cerca de 19 mil dólares.
Gilles Sainton, médico de emergencias que atendió a Lavigne, manifestó que dadas las condiciones, más personas pudieron haber muerto "cocinados de esa manera. Podría haber sido mucho peor".
Por su parte, Dianne Casoni, criminóloga de la Universidad de Montreal e investigadora de grupos de auto-mejora, afirma que las prácticas de esta secta New Age presentan preguntas preocupantes.
"¿Cómo es posible que grupos que tienen tanta influencia sobre las personas, en ocasiones poniendo sus vidas en peligro, no son vigilados más intensamente?", cuestionó.
Casoni criticó que "el problema con estos grupos es que no son supervisados por ninguna institución o departamento del gobierno