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domingo, 20 de enero de 2013

COMENTARIOS ELEISON

Numéro CCLXXXVIII (288)
 
19 de Enero de 2013

DOS VIAJES
Viajes realizados desde mediados de diciembre a Norte América y a Francia, me han permitido observar dentro de la Fraternidad San Pío X un estado peligroso de indecisión. Allí donde el Superior de Distrito no está ciego, el peligro está por el momento algo vacilante, de tal manera que la resistencia se encuentra en estado latente. Mientras que allí donde el Superior de Distrito es un convencido sirviente del Cuartel General de la FSPX, entonces el movimiento hacia la Neo-Iglesia avanza decididamente, pero también la Resistencia se organiza. ¿Qué está en juego?
Desde la escisión del Protestantismo, el mundo ha estado deslizándose cada vez más y más lejos de Dios. Gracias al Concilio de Trento (1545-1563), la Iglesia Católica se mantuvo incólume, pero a causa del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia Católica oficial se unió al deslizamiento. Es cuando, gracias principalmente (¡pero no únicamente!) a Mons. Lefebvre (1905-1991), remanentes de la Iglesia de Trento se reunieron para formar un oasis Católico, la FSPX, en medio del desierto de la modernidad. Pero allí donde la poderosa Iglesia no habia sido capaz de resistir, era, con seguridad, meramente una cuestión de tiempo para que la frágil FSPX sea tentada, a su vez, de unirse al deslizamiento de la corriente mayoritaria de la Iglesia.
Y entonces, exactamente como ocurrió en el Vaticano II cuando los dirigentes de la Iglesia oficial se vieron obligados a pretender que ellos no se encontraban en ruptura con la Iglesia Tridentina (tal es, por ejemplo, la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI), asimismo los dirigentes de la FSPX oficial están ahora obligados a pretender que ellos no se encuentran en ruptura con el Arzobispo Lefebvre. Luego al igual que la mayoría de los políticos de los últimos 500 años, estos dirigentes de la FSPX hablan a la derecha mientras van caminando a la izquierda, porque eso es lo que muchos desean, a saber, la apariencia de la Cristiandad sin su sustancia (cf.II Tim.III,1-5, particularmente el versículo 5). Como Descartes, estos dirigentes “avanzan detrás de una máscara”, tratando de disfrazar su movimiento hacia la izquierda detrás de palabras hacia la derecha, o de pa labras claramente ambiguas.
Lo que ocurrió en la FSPX en la primavera pasada, como dice el Padre Chazal, es que la máscara cayó, porque la dirección de la FSPX debe haber calculado que el tiempo había llegado para que ella realice a la luz del día su vuelta a la corriente mayoritaria de la Iglesia. Desgraciadamente para estos dirigentes, en ese momento entre marzo y junio, emergió una resistencia suficientemente fuerte para impedir que el Capítulo General de la FSPX de julio realice cualquier intento inmediato de unirse a la Neo-Iglesia. Pero desde el Capítulo en adelante, se volvieron a colocar la máscara. Porque los liberales no se convierten, a menos de un milagro de la gracia, pues la izquierda es su verdadera religión. Por eso los dirigentes de la Fraternidad están seguramente a la espera, mientras que el mundo moderno, la carne y el diablo prosiguen con su obra que consiste en atraer a los sacerdotes y a los fie les de la FSPX siempre más hacia la izquierda, de manera que de aquí a pocos años cuando mucho, no existirá más ninguna resistencia seria, como lo fue la del verano pasado, para que la FSPX se integre a la Neo-Iglesia.
Esto deja a la FSPX en la cuerda floja. Pero como lo señalaba con su sentido común el Arzobispo Lefebvre, los superiores moldean a los inferiores y no al revés. Por eso, a menos que los dirigentes actuales de la FSPX sean destituidos por un milagro, la FSPX está condenada a ser disuelta dentro de la Neo-Iglesia. No se puede decir que el castigo no habrá sido merecido. Pero recemos a la Madre de Dios para obtener un milagro de la misericordia de su Divino Hijo.
Kyrie eleison.

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