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sábado, 6 de abril de 2013

PARA QUIENES TODAVÍA NO CONOCEN A BERGOGLIO QUIEN SE HACE LLAMAR FRANCISCO



Detalle menor: La religión que hoy en día se conoce como el judaísmo no adora al Dios Verdadero. El verdadero Dios es la Santísima Trinidad, que es explícitamente rechazada por los Judíos: "Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre" (1 Juan 2:23 a), "Todo el que va más adelante y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la doctrina, ese tiene al Padre, y también al Hijo. "(2 Juan 9). Cualquier tipo de liturgia o "servicio" de los católicos junto con los Judíos, por tanto, en principio y en todo momento y en todos los casos es absolutamente imposible.
Jorge Bergoglio, " Francis", ha abandonado la religión  católica romana, es una apostasía, apóstata., A veces llamada perfidia ", es el abandono total y voluntaria de la religión cristiana,  el apóstata abraza otra religión como el paganismo, judaísmo, islamismo, etc ., o simplemente hace profesión de naturalismo, racionalismo, etc El hereje se diferencia del apóstata en que sólo niega una o más de las doctrinas de la religión revelada, mientras que el apóstata niega la religión en sí misma, un pecado que siempre ha sido considerado como uno de los " más grave "Apostasía" ).





¡Desertores de la Eternidad! (*)



La B'nai B`rith es una asociación de estructura masónica que, habiendo sido fundada en los EEUU en 1843, hace adeptos exclusivamente entre personas de religión judía.



Los rabinos ortodoxos actuales, una de las tres ramas en que en líneas generales se pueden dividir (liberales, conservadores y ortodoxos), no aceptan que sus fieles se afilien a esa entidad, más o menos por la misma razón que un católico no puede unirse a la masonería.


Son ellos los que, entre otras cosas, difunden la falsedad de que Pío XII tiene culpa por no haber denunciado públicamente la persecución nazi, oponiéndose tenazmente a su beatificación (no le perdonan la conversión del Gran Rabino de Roma Eugenio Zolli).



A pesar de estos antecedentes, el Arzobispado de Buenos Aires se asoció a la B'nai B'rith para invitar a una Liturgia de Conmemoración de la Kristallnacht (la Noche de los Cristales Rotos), celebrada en la Catedral Metropolitana el pasado 12 de Noviembre.



Hay historiadores que objetan la versión conocida de la Kristallnacht pero, aún si hubiera sido como dice el Judaísmo y hasta el mismo Papa, no deja de ser una persecución política del Estado Alemán que veía en los hebreos un enemigo nacional, pero no a causa de su religión.
Cabe preguntarse entonces la razón por la cual el Cardenal Bergoglio ha cedido la Catedral para recordar un hecho de esas características, cuando jamás se han conmemorado las luchas y persecuciones sufridas por los cristianos a causa del nombre de Cristo.
¿Cuándo se han recordado allí a los mártires de la masonería en México, o las matanzas provocadas por el marxismo internacional y apátrida, que tiene entre sus fundadores y ejecutores innúmeros apellidos judaicos, en España, o en los países de la Europa Oriental?
¿Se ha dicho algo de nuestros mártires Genta y Sacheri, como no sea impedir el inicio de sus causa de beatificación?

Pero la cosa es más grave aún, porque no ha sido un simple recuerdo el acto de la Catedral, sino una verdadera LITURGIA DE CONMEMORACIÓN, creada por la Comisión de Diálogo Interconfesional de la B'nai B'rith, en base a unos escritos del rabino León Klenicki y del teólogo católico Eugene Fischer, denominada (Liturgia) "De la muerte a la esperanza".



Queda claro entonces que la ceremonia desarrollada sobre el presbiterio de la Catedral y presidida por el Cardenal Bergoglio, fue aportada por una organización masónica integrada por judíos liberales. Nótese que en la gran mayoría de los casos, son los rabinos progresistas los que asisten a reuniones interreligiosas.


Pero, si aún pudiera agravarse más lo acontecido, esta liturgia tiene el claro objetivo de reemplazar el Sacrifico de Cristo por el Holocausto (etimológicamente: quemar por completo una víctima ofrecida a Dios) del pueblo judío perseguido por los Nazis. Así el judaísmo laicista da por cumplidas las profecías del Siervo Sufriente, no en Cristo naturalmente, sino en el pueblo de Israel convertido en víctima





A las profanaciones ya hechas  con la misa bastarda del novus ordo, le sumamos todo esto.
La Catedral ha quedado más que profanada, execrada, porque un culto herético fue celebrado en el presbiterio que sólo admite el Verdadero y Perpetuo Holocausto de Nuestro Señor Jesucristo.
¿Qué podrá llevar a un cardenal de la Iglesia Católica, cuya púrpura es símbolo de su disposición a derrarmar su sangre por fidelidad a Cristo, a estos extremos propios de un apóstata?


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