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viernes, 4 de abril de 2014

5 DE ABRIL SAN VICENTE FERRER, CONFESOR

Sábado, 05 de abril 2014



05 de abril, San Vicente Ferrer, Confesor

San Vicente Ferrer, Confesor

Vincent, nacido en España en 1350, entró a la edad de 18 años en la Orden de Predicadores y le dio lustre a la Iglesia por sus virtudes y su predicación . Fue llamado el "Ángel del Juicio", y él se acercó a toda Europa, advirtiendo a los pecadores de "estar preparados porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Evangelio). Las palabras del profeta: "Levántate, habéis muerto, y llegado el juicio", que constantemente se repite, causaron las muchas conversiones milagrosas de la que su vida está llena (Epístola). Él extendió la propuesta para poner fin al cisma de Occidente deponiendo a los tres Papas que afirmaban la tiara y se declaró a favor de Martín V. Murió en Vannes, en Bretaña, en 1419.

Vamos merecemos por la penitencia evitar ser condenados por Dios que nos juzgue.


Os justi meditabitur sapientiam, et lingua ejus loquetur judicium; lex Dei ejus en ipsius corde. * Noli aemulari en malignantibus: ñeque zelaveris facientes iniquitatem.
La boca del justo juicio deberá meditar la sabiduría, y su lengua hablará: la ley de su Dios está en su corazón. * No te acalores a causa  de los malvados: ni te envidies de los obradores de iniquidad.
(Salmo 36:30-31,1 del Introito de la Misa)



Deus, qui Ecclesiam Tuam Beati vincentii Confessoris tui Meritis et praedicatione illustrare dignatus es: reconocer nobis famulis UIS; ut et ipsius instruamur Exemplis, et ab omnibus ejus patrocinio liberemur Adversis.
Oh Dios, que por medio de los méritos  y la predicación de tu bendito confesor san Vicente,  haz que nosotros tus siervos podamos recibir instrucciones de su ejemplo y ser libres de toda adversidad por su protección. Por nuestro Señor.



 Consejos para evadir los lazos del diablo 

Quien quiere escapar de los lazos y tentaciones finales del anticristo o del
demonio, debe abrigar dos sentimientos en sí mismo:

Primero, que sienta de símismo como de un cuerpomuerto, lleno de gusanos y
maloliente, como un cadáver al que no se dignan ver ni mirar,
 es más, se tapan las narices por el pésimo hedor y olor, y apartan el
rostro para no ver tal y tanta abomi-nación
. Es lo que nos conviene hacer a ti y a mí, carísimo, pero más a mí, porque
toda mi vida es hedionda, todo yo soy hediondo, todo mi cuerpo, toda mi alma, todo lo que está dentro de mí está lleno de corrupción y podredumbre de los pecados y maldades fetidísimos y abominabilísimos que tengo, y, lo que es peor, cada día siento que este hedor se renueva más reciente y más angustioso.
El alma fiel debe sentir bien tal hedor de si misma,con gran vergüenza delante
de Dios, como delante de Aquel que ve y sabe todas las cosas, como si estuviera delante de su riguroso juicio, doliéndose
totalmente de la ofensa hecha a Dios y de la pérdida de la gracia en el alma, la que tenía por ser redimida por la preciosísima Sangre de Cristo y
lavada por el agua del bautismo. Y así como siente y cree para sí y para Dios que es hediondo, así también sienta y crea lo mismo delante de los ángeles y almas santas, y delante de todos los hombres que viven en el mundo. Para todos ellos es abominable y repugnante: todos ellos no solo no quieren ver ni escuchar
sus obras y palabras, sino que se tapan las narices y vuelven el rostro para
no verlo y lo echan de en medio como un fétido cadáver y así está desterrado de
 ellos, separado y arrojado como un leproso, y más, hasta que vuelva en sí.
Si alguien hiciera justicia,de sí mismo y sintiera de su cuerpo lo que es justo, y
debe creer que es así, deberían sacarle los ojos, romperle las narices, cortarle las manos,las orejas y la boca y todos los otros sentidos corporales y miembros, pues con todos ellos ofendió a Dios creador.
Asimismo, desee ser despreciado y ultrajado y sufrir con paciencia todos los
vituperios, vergüenzas, difamaciones, blasfemias y adversidades con gran gozo y
alegría.
En segundo lugar, conviene que desconfíe totalmente de sí mismo, de todos sus
bienes y de toda su vida, y que te conviertas totalmente y te reclines en los brazos de Jesucristo, paupérrimo, vilísimo, improperado, despreciado y muerto por ti, hasta que tú estés muerto en todos tus sentimientos humanos y que
Jesucristo crucificado viva en tu
corazón y en tu alma, y todo transformado y transfigurado sientas en ti cordialmente, de manera que nunca veas ni sientas ni oigas, sino al mismo
 clavado en la Cruz, muerto y suspendido por ti, a ejemplo de la Virgen María, muerto al mundo y viviendo por la fe. Y toda tu alma viva en esta fe hasta la
resurrección, en la que el Señor te infundirá un gozo espiritual y el don del Espíritu Santo en ti y en aquellas personas en las que ha de renovarse el estado de los Apóstoles y de la Iglesia santa de Dios. Ejercítate en santas
oraciones o meditaciones sagradas y afectos, para obtener los dones de las virtudes y la gracia de Dios. 
Del tratado de la vida espiritual de S.Vte. Ferrer

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