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domingo, 29 de agosto de 2010

LOS JUDIOS ECUMENICOS, REZAN LOS MISTERIOS LUMINOSOS


ESPOLON



B”H
                                                                                                                                                                     
B’NEI TZION
Jefatura Bogotá – Colombia

Recemos el Santo Rosario
en Hebreo

Escrito por el Rabino RICHARD GAMBOA BEN-ELEAZAR B.Tz.
Las imágenes utilizadas en este escrito sólo son usadas con fines de referencia, por tanto no constituyen una violación a los derechos de propiedad intelectual. Este material se distribuye de maera gratuita, su reproducción y difusión son permitidas con fines pastorales.
Prohibida su comercialización.
5765//2005

B”H
Amable creyente en Jesús el Mesías,                      

Una de las oraciones favoritas de nuestro rabino Paul Drach, era el Santo Rosario; tal era su devoción y confiianza en la intercesión de la Hija y Señora de Tzion, que le compuso en 1824 una plegaria pidiendo la conversión del Pueblo Judío al Evangelio.
La experiencia nos ha enseñado las grandes maravillas y favores del Santo Bendito Sea que se han alcanzado mediante el rezo del Santo Rosario; lo que confirma que al Todopoderoso no le desagrada en lo mínimo que, quienes confiesan su fe en Su Hijo el Mesías, se encomienden de manera especial a aquella mujer que por todas las generaciones llamamos “Bienaventurada”.
Hemos sentido el impulso de difundir entre nuestros hermanos de raza que han recibido al Mashíaj en sus corazones y se han bautizado en la Iglesia Católica, a introducirlos en el rezo del Santo Rosario en su propia lengua nacional. Cómo puede ser posible que, siendo María de Nazareth parte de la nación judía y tan orgullosa de su identidad con Israel, tanto que dijo que Di-s “auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su misericordia y del pacto que juró con Avraham y su descendencia por siempre” (Lucas 1,54-55)... cómo puede ser posible que sus compatriotas dejen de usar el idioma que hablaba la Santísima Virgen? Si el Santo Rosario fue una iniciativa del Espíritu Santo confiada por la misma María de Nazareth, una hija de Israel, nuestra Hermana de raza, no sería justo que sus paisanos pidamos su maternal intercesión en el idioma que nos hace comunes y nos acerca mucho más con ella y con Su amado Hijo Jesús Cristo, el Gran Rabino de Israel?
En segunda instancia, hay que admitir que muchos hermanos católicos de origen gentil se han interesado por conocer las plegarias más importantes de la fe de la Iglesia en la que nosotros llamamos “lashón kadósh” (lengua sagrada), el idioma de los Fundadores de la Santa Madre Iglesia. A quienes desean acercarse a las raíces hebreas de la Iglesia mediante el rezo del Santo Rosario en hebreo, a ellos está dirigido este pequeño Sidur (librito de oraciones).
Sea la Voluntad del Eterno que todos los católicos alcancemos la perfección en nuestra vida de fe y una mejor comunicación con Él mediante el rezo de esta preciosa plegaria de Su beneplácito, como lo es el Santo Rosario. Y que todo Israel confíe sin vacilar en la poderosa intercesión de la mujer por la cual nos vino el Mashíaj (Gálatas 4,4).

Fraternalmente en Él,
RICHARD GAMBOA BEN-ELEAZAR, B.Tz.
Rabino Jefe B’nei Tzion

El Rezo del Santo Rosario en Hebreo
Se toma el tzeláb (cruz) de la camándula y con ella se hace tziléb (santiguarse) así:
Beshém haÁv , vehaBén, veRúaj HaKódesh, amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

IGUÍD EMUNÁ (Credo)
Aní ma'amín be'Elohím, Ha'Av HaKol-Iajól, Boré Shamaím va'aréts. Ube'Ieshúa HaMashíaj B'nó Ijiidó Adonéinu,
shehorá meRúaj HaKódesh, nolád leMíryam Ha’Almaá, savál biméi Póntsiom Pilátos, nitsláv, met v'niqbár. Yarád sheolá, vekam mibeín hametím
  baióm hashelishí ve'alá HaShamaíma, veioshév limín Ha'Av El Shaday, vemishám iavó lishpót et hajayím veet hametím. Aní ma'amín beRúaj HaKódesh, baK'nesíya HaKatolít HaKedoshá, ba'ajdút Tzadikím, bimejilát hajataím, bitjiyát hametím uvejaiéi hanetzáj. Amén.
Creo en Di-s Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y la Tierra. Y en Jesús Cristo Su Único Hijo, Nuestro Señor, concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de María la Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos y resucitó de entre los muertos al tercer día , subió al Cielo y está sentado a la diestra del Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.
Las cinco cuentas que acompañan el tzeláb (ver gráfica, conjunto de tres cuentas rojas y dos negras junto al crucifijo) es para rezar por las intenciones del Santo Padre el Hegmón HaGadól (el Papa), que concede indulgencia plenaria a quienes ofrecen el Santo Rosario.
Se reza un Padrenuestro, tres Avemarías y Gloria.








AVINU (Padre Nuestro)
Avinu shebashamaím, ithkadesh Shimjá, Tavo Maljutjá, ye'asé Retzonejá kevashamaím, ken ba´aretz. Et lejem jukenu ten-lanú haiom, uslaj lanú  al-jata´einu, kefí shesoljím gam anajnú lajotím lanú. Ve´al tevi'enu lidei nisaión, ki  im jaltzeinu min hará, ki leja haMamjalá, haGuevurá vehaTiferét leomé olamím. Amen.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre, venga Tu reino, hágase Tu Voluntad, como en el cielo así en la tierra. Danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, porque Tuyo es el reino, y el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

HAIL MIRYAM (Avemaría)
Simjí, Miryam, beruját hajésed, Adonai imáj; berujá at benashím ubarúj pri bitnéj, Yeshúa. Miryam HaKedoshá, Em Elohéinu, hitpalelí ba’adénu hajoteím, átoh ubisheát moténu, amén.

Alégrate, María, la llena de gracia, el Señor está contigo; bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Di-s, ruega por nosotros los pecadores ahora, y en la hora de nuestra muerte, amén.

KAVÓD (Gloria)
Kavód LeAv , ulehaBén, uleRúaj HaKódesh; kibereishít vehaióm uleolméi olamím, amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; como en el principio, ahora y por los siglos de los siglos, amén.















MODO DE REZAR LOS MISTERIOS

Se anuncia el conjunto de misterios que correspondan al día; luego se anuncia el Primer Misterio a meditar, y se reza de la siguiente manera:

El que dirige el rezo dice:
Avinu shebashamaím, ithkadesh Shimjá, Tavo Maljutjá, ye'asé Retzonejá kevashamaím, ken ba´aretz.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre, venga Tu reino, hágase Tu Voluntad, como en el cielo así en la tierra.

Quienes acompañan el rezo responden:
Et lejem jukenu ten-lanú haiom, uslaj lanú  al-jata´einu, kefí shesoljím gam anajnú lajotím lanú. Ve´al tevi'enu lidei nisaión, ki  im jaltzeinu min hará.

Danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

El que dirige el rezo toma en sus dedos la primera cuenta de la primera decena de la camándula (ver gráfica al inicio de la guía) y dice:
Simjí, Miryam, beruját hajésed, Adonai imáj; berujá at benashím ubarúj pri bitnéj, Yeshúa.

Alégrate, María, la llena de gracia, el Señor está contigo; bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.

Los que acompañan el rezo responden:
Miryam HaKedoshá, Em Elohéinu, hitpalelí ba’adénu hajoteím, átoh ubisheát moténu, amén.

Santa María, Madre de Di-s, ruega por nosotros los pecadores ahora, y en la hora de nuestra muerte, amén.

El que dirige el rezo concluye la meditación del misterio diciendo:
Kavód LeAv , ulehaBén, uleRúaj HaKódesh

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Quienes acompañan el rezo responden:
Kibereishít vehaióm uleolméi olamím, amén.

como en el principio, ahora y por los siglos de los siglos, amén.

Todos dicen la siguiente jaculatoria que a continuación proponemos se recite al final de cada misterio, después del Gloria:


Miryam shel Netzarét, Bat uGevirát Tzíon, hitpalelí ba’adénu.

María de Nazareth, Hija y Señora de Sión, ruega por nosotros.

Este es el orden para cada misterio. El Primer, Tercer y Quinto misterio dirige una persona y quienes acompañan el rezo responden como ya se explicó. Para el Segundo y Cuarto misterio se invierte, es decir: quien dirige responde y quienes acompañan el rezo dicen la primera parte. Veamos:

Para el Segundo y Cuarto misterio, quienes acompañan el rezo dicen:
Avinu shebashamaím, ithkadesh Shimjá, Tavo Maljutjá, ye'asé Retzonejá kevashamaím, ken ba´aretz.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre, venga Tu reino, hágase Tu Voluntad, como en el cielo así en la tierra.

El que dirige el rezo responde:
Et lejem jukenu ten-lanú haiom, uslaj lanú  al-jata´einu, kefí shesoljím gam anajnú lajotím lanú. Ve´al tevi'enu lidei nisaión, ki  im jaltzeinu min hará.

Danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

Quienes acompañan el rezo dicen:

Simjí, Miryam, beruját hajésed, Adonai imáj; berujá at benashím ubarúj pri bitnéj, Yeshúa.

Alégrate, María, la llena de gracia, el Señor está contigo; bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.

El que dirige el rezo responde:
Miryam HaKedoshá, Em Elohéinu, hitpalelí ba’adénu hajoteím, átoh ubisheát moténu, amén.

Santa María, Madre de Di-s, ruega por nosotros los pecadores ahora, y en la hora de nuestra muerte, amén.

El que dirige el rezo debe decir con voz fuerte “gloria” antes de recitar la décima Avemaría. Luego los que compañan el rezo concluyen la meditación del misterio diciendo:
Kavód LeAv , ulehaBén, uleRúaj HaKódesh

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

El que dirige el rezo responde:
Kibereishít vehaióm uleolméi olamím, amén.

como en el principio, ahora y por los siglos de los siglos, amén.

Todos dicen lajaculatoria:
Miryam shel Netzarét, Bat uGevirát Tzíon, hitpalelí ba’adénu.

María de Nazareth, Hija y Señora de Sión, ruega por nosotros.

LA SALVE


Es una plegaria de entrega a la intercesión de la Theotókos (Madre de Di-s); pertenece a una muy antigua tradición católica, y se acostumbra finalizar el rezo del Santo Rosario con esta oración. Empieza diciendo “Di-s te salve”, que no debe entenderse en el sentido de salvación (como queriendo decir “Di-s conceda la salvación a la Virgen”, estando ya salvada por la gracia de Su Hijo Jeús Cristo), sino en su original latín; a los reyes de la Roma Imperial se les saludaba diciéndoles “salve”, que significa “te saludamos”. En ese sentido debe entenderse la Salve:
Di-s te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
KADÍSH

Propio de la tradición de Israel, esta alabanza a Di-s fue compuesta en Babilonia un par de siglos antes de Cristo, y no puede faltar en ningún servicio de oración de los católicos de tradición hebrea. Si se desea, se puede concluir el rezo del Santo Rosario con esta bella oración (entre paréntesis e itálica se señala lo que responden quienes acompañan el rezo del Santo Rosario):
Itgadal veitkadash shemé rabá, veimru amen (Amen). bealmá diberá jirhuté. veiamlij maljuté. veiazmaj purkané vikareb meshijé. (Amén). Bejaiejón ubiomejón ubjaié dejol bet Israel. Baagalá ubizmán karib veimrú Amén.

(Amén. Iehe Shemé Rabá mebaraj lealam ulealmé almaiá). Itbaraj veishtabaj veitpaar veitromam veitnasé veithadar veithalé veithalal Shemé DeKudshá B´rij Hu. (B´rij Hu).  Leelá min kol birjatá shiratá tishbejatá venejamatá daamirán bealmá. Veimrú Amén (Amén).

Al Israel, veal rabanán, veal talmideón, veal kol talmidé talmideón, deaskín beoraitá kadishtá. Di beatrá adén vedí bejol atar veatar. Iehé lana ulhón uljón jiná vejisdá verajamé. Min kodam Maré shemaiá veará veimrú Amén (Amén)
Iehé shelamá rabá min Shemaiá, jaim vesabá vishuá venejamá veshezabá urfuá ughulá uslijá vejapará. Verevaj veazalá lanu uljol amó Israel. Veimrú Amén (Amén).
Osé shalom bimromav
hu iaasé shalom alenu veal kol Israel. Veimrú Amén (Amén).
Exaltado y santificado sea el gran Nombre de Di-s (Amén),
en este mundo de Su creación que creó conforme a Su voluntad; llegue su reino pronto, germine la salvación y se aproxime la llegada del Mesías (Amén). En vuestra vida, y en vuestros días y en vida de toda la casa de Israel, pronto y en tiempo cercano (Amén. Bendito sea Su gran Nombre para siempre, por toda la eternidad); sea bendito, elogiado, glorificado, exaltado, ensalzado, magnificado, enaltecido v alabado Su santísimo Nombre (Sea Bendito), por encima de todas las bendiciones, de los cánticos, de las alabanzas y consuelos que pueden expresarse en al mundo (Amén).

Por Israel, y por nuestros maestros y sus alumnos, y por todos los alumnos de los alumnos, que se ocupan de la sagrada Torá, tanto en esta tierra como en cada nación y nación. Recibamos nosotros y todos ellos gracia, bondad y misericordia del Amo del cielo y de la tierra (Amén).

Descienda del Cielo una paz grande, vida, abundancia, salvación, consuelo, liberación, salud, redención, perdón, expiación, amplitud y libertad, para nosotros y para todo Su pueblo Israel. (Amén)

El que establece la armonía en Sus alturas
, nos dé con sus piedades paz a nosotros y a todo el pueblo de Israel, Amén.




PLEGARIA FINAL


Omnipotente y eterno Di-s, que en el Espíritu de Santidad preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, celebrando con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna.

Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.

Beshém haÁv , vehaBén, veRúaj HaKódesh, amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Los Misterios del Santo Rosario

MISTERIOS DE GOZO (se rezan lunes y sábados)
1. La Encarnación del Mashíaj en María de Nazareth.
2. La Visitación de la Bienaventurada Virgen María a Santa Isabel.
3. El Nacimiento del Mashíaj.
4. La Purificación de la Virgen Santísima conforme a la Ley de Israel.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el Beit HaMikdásh (el Templo).



MISTERIOS DE DOLOR (se rezan martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. La Vía Dolorosa o Camino hacia Gólgota.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

MISTERIOS DE GLORIA (se rezan miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Mesías.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo a los Apóstoles en Shavuót (Pentecostés).
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.


MISTERIOS DE LA LUZ (se rezan los jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el Río Jordán.
2. La autorevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Di-s invitando a la conversión.
4. La Transfiguración del Señor en el Monte Tabor.
5. La institución de la Eucaristía en el Leíl HaSéder (Cena Pascual).









“Orad sin cesar” (1ª. Tesalonicenses 5,17).

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