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lunes, 28 de marzo de 2011

EL PAPA RABINO, MÁS RABINO QUE PAPA, COMO SIEMPRE , SE OLVIDA QUE TENEMOS UN DIOS TRINO , QUE NO ES EL MISMO AL QUE LE REZAN LOS HERMANITOS DE ÉL

l Papa en las Fosas Ardeatinas: ¿Qué ha pasado aquí es 24 de marzo 1944 es un delito muy grave contra Dios, porque es la violencia deliberada del hombre por el hombre.  Y "La más odiosa de la guerra, para la guerra, y Dios es la vida, la paz, la comunión



Junto al rabino de Roma, rindió homenaje a víctimas del nazismo

El Papa alemán agregó que había venido a este lugar donde los nazis perpetraron unas de las mayores matanzas en Italia para que no se olvide lo ocurrido e invocar la Misericordia Divina, “que es la única que puede colmar los vacíos, los abismos abiertos por los hombres cuando empujados por la violencia ciega reniegan de la dignidad de hijos de Dios y hermanos entre ellos”.

Recordó que las Fosas Ardeatinas se encuentran muy cerca de las catacumbas romanas y afirmó que en ese “lugar de violencia y de muerte” se encontró un papel donde uno de los fusilados invocaba a Dios que protegiera a los judíos “de las bárbaras persecuciones”.

El Papa leyó un mensaje escrito por una víctima encontrada en las Fosas Ardeatinas en el cual el autor católico ora por los judíos para que sean “salvados de las persecuciones bárbaras”.

Para Benedicto XVI, ese mensaje refleja que “Dios es la segura garantía de la esperanza, la posibilidad de un futuro diferente, liberado del odio y de la revancha, un futuro de libertad y fraternidad para todo el mundo”.

Benedicto XVI exhortó a decir sí al bien y rechazar el mal, a creer en el Dios del amor y de la vida.

“En este lugar, doloroso memorial de mal más horrendo, la auténtica respuesta es darse la mano como hermanos y decir Padre nuestro, creemos en Ti y con la fuerza de tu amor queremos caminar juntos, en paz, en Roma, Italia, Europa y en el mundo entero”................ (¿PADRE NUESTRO ?)

Antes de su discurso, Benedicto XVI comenzó su visita saludando a los familiares de las víctimas. Después colocó un gran cesto de flores ante la lápida que recuerda la matanza, recorrió las grutas de las Fosas Ardeatinas y rezó de rodillas ante las tumbas de las 335 víctimas.

El Papa rezó por los “hermanos asesinados sin piedad”. Su plegaria estuvo precedida de otra en hebreo por el rabino jefe de Roma.

El máximo representante de la Iglesia católica acudió acompañado, entre otros, por el gran rabino de Roma, Riccardo Segni, quien recordó la matanza de judíos, organizada y dirigida por Herbert Kappler, en aquel entonces comandante de la Gestapo (policía secreta nazi) en Roma y responsable de la redada en 1943 del gueto judío y de las torturas cometidas contra los partisanos detenidos.

También acompañaron al Papa la presidenta de la ANFIM y representantes del Ejército. También estuvo el cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, de 86 año, cuyo padre fue asesinado por los nazis en las Fosas Ardeatinas.

“Benedicto XVI me pidió acompañarlo y eso me conmueve: ese lugar está vinculado a mi historia personal y ha congregado a gente de diversos credos y orígenes, unidos por un mismo destino”, contó el purpurado italiano al diario italiano Il Mattino.

Benedicto XVI, que en 2006 visitó el campo de exterminio y concentración nazi de Auschwitz, es el tercer Papa que ora en las Fosas Ardeatinas, después de Pablo VI en 1965 y de Juan Pablo II en 1982.

Joseph Ratzinger, que durante el nazismo era un adolescente y que tenía 17 años cuando ocurrió la masacre y fue enrolado por los cuerpos de defensa antiaérea alemana cuando era seminarista, había sido clasificado “miembro obligado” de las Juventudes Hitlerianas en 1941, a los 14 años. Fue movilizado contra su voluntad, antes de ser incorporado a partir del 2 de agosto de 1943 como auxiliar en la defensa antiaérea.

El Pontífice alemán siempre ha condenado el nazismo, al que denomina “ideología demoníaca”.

Durante su visita en 2009 al Memorial del Holocausto “Yad Vashem”, en Jerusalén, abogó para que “nunca más un horror similar pueda deshonrar a la humanidad”.

En 2006 visitó los campos de concentración nazi de Auschwitz y Birkenau, en Polonia, donde se presentó como “hijo del pueblo alemán” y pronunció una frase que quedará para la historia: “¿Dónde estaba Dios en aquellos días, por qué calló, cómo pudo tolerar ese exceso de destrucción, ese triunfo del mal?”.

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