fuente: radio cristiandad
FOCOS DE RESISTENCIA
En
el Eleyson número 277 del domingo 4 de Noviembre de 2012, Monseñor
Williamson lanza conceptos sobre realidades y situaciones que conviene
bien distinguir sin confundirlas, pues da la impresión que están
mezcladas, lo cual se presta a confusión y paraliza la reacción
(enérgica resistencia). Una cosa es el pretender reagrupar una
Fraternidad Bis, lo cual a mi parecer, es algo completamente inviable en
la coyuntura actual histórico-teológica, y otra muy distinta, es la
resistencia o “focos de resistencia” como le llama, que no depende para
nada de lo anterior.
Pero
esta resistencia debe de ser manifiesta, activa y no agazapada, pasiva,
por todos y cada uno de los sacerdotes, que con Obispo o sin Obispo, –
pero si hay uno, mucho mejor – quieran mantenerse firmes en la fe, sin
compromisos, sin colaborar ni participar, ni de lejos ni de cerca, en la
claudicación light, suave y anestésica que está propinando el actuar
tanto de Roma modernista apóstata y anticristo, así como también la de
Monseñor Fellay y sus secuaces.
Resistencia,
que hoy es tarde, (aunque más vale tarde que nunca), pero que mañana
sería demasiado tarde, y por lo mismo ineficaz e inútil.
La
expulsión de Monseñor Williamson, es un hecho que debiera de servir
como detonante para abrir los ojos de la crítica situación en que se
encuentra la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con sus obispos,
sacerdotes y fieles en torno suyo.
Estoy
plenamente de acuerdo en hablar de focos de resistencia, dispersos por
el mundo, cual pusillus grex (pequeño rebaño fiel) manteniendo cada
sacerdote en torno suyo, allí donde esté, a los fieles que pueda
atender; y todos estos focos de resistencia permanezcan unidos por el
lazo de la fe, la cual nos une y religa a Cristo y a su Iglesia, ya que
es justamente el Anticristo, como bien lo define San Juan: “qui solvit Jesum” (quien disuelve a Cristo), lo que destruye y diluye la fe, y divide la Iglesia separándonos de Cristo.
Creo
que si tuviésemos en cuenta todo esto, todos sabríamos qué hacer, de
manera firme, enérgica, prontamente, con diligencia y sin tardanza, sin
dudas ni titubeos, porque la fe no admite dudas, ni tampoco la defensa
de la fe, y podríamos cumplir con la misión a la que la Divina
Providencia nos tiene destinados. Dudar es claudicar, entiéndanlo bien,
¡hombres de poca fe!, pues eso es lo que lamentablemente parece, eso es
lo que está sucediendo, tanto en el ámbito sacerdotal como en el
episcopal de la Fraternidad, pues el pez comienza a podrirse por la
cabeza.
Luego,
queda claro y evidente, que si Monseñor Williamson es un verdadero
hombre de Dios como digno sucesor de los Apóstoles, debe distinguir bien
las cosas y actuar en consecuencia, pues de lo contrario, obliga a
pensar que se aprovecha de la confusión para enmascarar una política de
disolución ante una verdadera y franca resistencia. A las cosas hay que
llamarlas por su nombre, no le queda otra alternativa a Monseñor
Williamson que definirse por sus actos, pues por los actos (los frutos)
se juzga al árbol. Muchos sacerdotes han quedado descorazonados al no
verse respaldados por Monseñor Williamson, cuando estaban justo a punto
de reaccionar y actuar; pues habiéndoseles dado en un principio el
espaldarazo, después vino el frenazo, quitándoles la escalera y
dejándolos colgados de la brocha; ya que todo esto no hizo sino
favorecer, dialéctica y sutilmente, la obra de destrucción que la Roma
modernista, anticristo y apóstata, con guante de seda, ha perseguido
siempre: diluir toda verdadera resistencia, y así aniquilar la
Sacrosanta Tradición Infalible de la Iglesia.
P.Basilio Méramo
Bogotá, Noviembre 7 de 2012
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