Espolon: AUTORIZAN A VENERAR EN EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA APARECIDA A UNA DIOSA PAGANA

lunes, 14 de octubre de 2013

AUTORIZAN A VENERAR EN EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA APARECIDA A UNA DIOSA PAGANA

¡¡Y SI A ESTO LE DICEN QUE ES CATÓLICO!!, como dice mi abuelo, MI C..........CANTA POR RADIO PERDONEN LA EXPRESIÓN QUE ESTO ME CAUSA ( esta frase se la copié a un amigo)

Ellos quieren hacerse cargo de los Santos Lugares en los que se efectúa nuestra salvación, y amenazan con arruinar sus lugares regados con de presencia de la sangre de nuestro Salvador.

Los enemigos de la cruz conjuraron contra Nuestro Señor y mostrando audacia y orgullo, gritaron juntos: ". Vamos a tomar posesión de su santuario"

!Ánimo, pues, generosos guerreros! ¡toma tus armas y el que no tenga espada, que se de prisa para comprar una!

San Bernardo

Dados Diosa de Nuestra Señora Aparecida Santuario

Diosa pagana en el santuario de Nuestra Señora Aparecida

12 de octubre es el día de la Fiesta de Nuestra Señora Aparecida , patrona de Brasil, declarada reina de Brasil por San Pío X. El 5 de octubre de 2013, el tercer día de la novena antes de la fiesta, el rector de la Basílica del santuario Nuestra Señora Aparecida, autorizó una estatua de la diosa Deki o Deci, a entrar en la Basílica en procesión solemne y se ofrecerá a la veneración de los fieles, arriba.

Según la mitología griega, Deki es la hija de Zeus y Temis, y es considerada la diosa de la justicia (click aquí ).

El rector del Santuario es el P.. Domingos Savio da Silva (primera fila de abajo a la derecha), que está bajo la autoridad del Obispo Auxiliar Darci José Nicioli (izquierda), y el cardenal Raymundo Damasceno, arzobispo de Aparecida (centro).

Esta promoción de la idolatría en uno de los santuarios marianos más importantes del mundo ha levantado la indignación general entre los fieles.

Segunda fila de abajo, Francis en Aparecida, tercera fila, una vista aérea del Santuario de Nuestra Señora Aparecida.

Fotos enviadas por un lector de tradición en acción

3 comentarios:

Anónimo14 de octubre de 2013, 21:16
Que indignación
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Milkus Maximus15 de octubre de 2013, 11:58
Me encantaría saber cuáles son las fuentes de esta información. Apuesto un asado a que es falsa.
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DIVINA MISERICORDIA

«Después del pecado ten esperanza en la misericordia; antes del pecado teme la divina justicia.» Y así es, en efecto. Porque no merece la misericordia de Dios el que se sirve de ella para ofenderle. La misercordia se usa con quien teme a Dios, no con quien la utiliza para no temerle. El que ofende a la justicia—dice él Abulense—, puede acudir a la misericordia; mas el que ofende a la misericordia, ¿a quién acudirá?

¡Ah Dios mío! ¡Mirad cómo soy uno de los que os han ofendido porque erais bueno con ellos!... ¡ Oh Señor!, esperadme aún. No me abandonéis todavía, que yo espero, con el auxilio de vuestra gracia, no provocaros mas a que me dejéis.
Me arrepiento, ¡oh Bondad infinita!, de haberos ofendido y de haber tanto abusado de vuestra paciencia. Os doy gracias porque hasta ahora me habéis tolerado; Y de hoy en adelante no volveré a ser, como he sido, un miserable traidor. Os amo sobre todas las cosas; aprecio vuestra gracia más que a todos los reinos del mundo, y antes que perderla preferiría perder mil veces la vida.
Dios mío, por amor de Jesucristo, concededme, con vuestro santo amor, el don de la perseverancia hasta la muerte. No permitáis que de nuevo os haga traición ni deje de amaros.
Y Vos, Virgen María, en quien espero siempre, alcanzadme la perseverancia final, y nada más pido.

Reflección

El espíritu de Cristo es un espíritu de martirio, por lo menos de la mortificación y la penitencia. Siempre es el espíritu de la cruz. Cuanto más compartimos en la vida el sufrimiento de Cristo, heredamos mayor participación en su espíritu, y en el fruto de su muerte. Para las almas mortificadas en sus sentidos y desvinculados de las cosas terrenales, Dios da anticipos frecuentes de la dulzura de la vida eterna, y los deseos más ardientes de posesión de él en su gloria. Este es el espíritu de martirio ", que da derecho a un cristiano a una feliz resurrección y la felicidad de la vida por venir.

¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

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