De Radio Cristiandad
OSKO: ¿QUÉ PASARÁ CON EL P. BOUCHACOURT?
Una clave para entender, será…
¿QUÉ PASARÁ CON EL P. BOUCHACOURT?
Las
reacciones no se hicieron esperar. Las desafortunadas expresiones
vertidas por el P. Christian Bouchacourt al diario Clarín (diario que se
publica en la República Argentina, pero tan argentino como la embajada
de Angola) estaban hechas y, creemos nosotros, pensadas para provocar lo
que han provocado.
Hemos
leído el artículo de Andrés Carballo y adherimos a las razones del
autor, aunque no en cuanto al reclamo final que realiza, que es muy
justo y se sigue en buena lógica, y pone al Superior General de la FSSPX
frente a un dilema. Es decir, o ratifica al P. Bouchacourt en su cargo
de Superior del Distrito de América del Sur, o lo desplaza del mismo.
Sin
embargo…, nosotros nos hemos ido de la FSSPX; y de esto no hace dos
días, ni tampoco hace un año como el resto de la Resistencia que, hasta
bien entrado el año 2012, todavía era obediente a los sacerdotes que
festejaban los ocurrentes inventos de Mons. Fellay y su séquito.
HACE
CUATRO AÑOS que Radio Cristiandad viene denunciando todas estas cosas y
los Padres Méramo y Ceriani hace bastante más que vienen luchando,
cuando todavía estaban adentro de la FSSPX, contra el espíritu liberal
que la está destrozando.
De
modo que no parece tener demasiado sentido que nosotros (nos referimos a
la Resistencia que se agrupa en derredor de Radio Cristiandad y a los
Padres Méramo, Grosso, Turco y Ceriani) le digamos a Monseñor Fellay lo
que debe hacer, o lo que sería esperable que hiciese con el P.
Bouchacourt.
Pero hay otras razones…, o, mejor dicho, hay UNA RAZÓN por la que no lo haríamos.
Es que no podemos ser ingenuos.
No
significa que estemos diciendo que Andrés Carballo sea un ingenuo, sino
que simplemente no coincidimos en ese solo aspecto, porque hay varios
datos que nos lo impiden; datos que, quizás, no hayan sido considerados
por nuestro amigo.
No debemos olvidar cómo comenzó todo esto… ¿Nos referimos al asunto de la Catedral de Buenos Aires? NO.
Nos referimos a otro acontecimiento algo más lejano.
Un acontecimiento que tuvo OTRO protagonista. Pero el tema aquella vez fue prácticamente el mismo: EL PODER JUDÍO.
El protagonista en aquel momento fue Mons. Williamson. Y también fueron declaraciones; las que realizara a la televisión sueca.
Se
dirá… Pero, entonces, si es el Poder Judío el que fuerza estas
instancias, ¿no habría que ponerse al lado de los sacerdotes afectados?
Es
decir, si tanto Mons. Williamson como el P. Bouchacourt (y, por
extensión, la FSSPX) habrían sido objeto de ataques por parte de los
enemigos multiseculares de la Iglesia Católica…, ¿por qué no
defenderlos?
Pues…, porque todo esto es sumamente extraño y demasiado coincidente.
Sospechoso por donde se lo mire.
Por
mandato de Joseph Ratzinger acababan de ser levantadas las
“excomuniones” contra los CUATRO obispos cuando ocurrió lo de Mons.
Williamson.
Apenas
hace algunos meses que renunció Ratzinger, quien había intentado (desde
tiempos de Mons. Lefebvre) atrapar a la FSSPX y a la Tradición en las
redes conciliares.
Acaba
de ser elegido Bergoglio como líder de la Iglesia Conciliar y, en
apariencia, las posibilidades de una regularización canónica de la FSSPX
han quedado diluidas.
Y no podemos soslayar otros datos preocupantes:
Maximilian
Krah; devenido administrador, o “gestionador” de Mons. Fellay,
simpatizante del Estado Sionista de Israel, es uno de esos datos. Sobre
todo, las denuncias que pesan sobre Krah y sus relaciones y amistad con
el sionismo.
Los muy fuertes vínculos entre Bergoglio y la judería es otro importante dato.
El
aparente endurecimiento de Mons. Fellay, quien criticó recientemente y
con cierta rudeza a la Iglesia Conciliar y al actual ocupante del sillón
en el Vaticano, es también un dato a tener en cuenta.
Hay
otro dato ejemplar que no podemos olvidar. Hace unas pocas semanas
falleció Erich Priebke. El caso Priebke ocupó espacios en la prensa
mundial; importantes espacios; siempre manejados por el mismo poder, por
supuesto. Y es bueno recordar las presiones (que fueron muchas y lo
bastante fuertes como para que alguien se asustase) para que los
funerales del ex-oficial de las SS no se llevasen a cabo en una de las
Casas de la FSSPX en Italia.
Mientras
tanto, se rezó una Misa de Requiem en la capilla del Padre Florián
Abramovich, quien mantenía una relación amistosa con el antiguo soldado
alemán y con su familia, y con valentía enfrentó la situación, amenazas,
manifestaciones, agresiones, etc. ¿Y de dónde salió el P. Abramovich?
Pues… de la FSSPX, donde fue ordenado, permaneciendo en ella muchos
años, para luego ser expulsado precisamente por hacer declaraciones
respecto del “caso Williamson” y oponerse a los afanes “acuerdistas”
llevados a delante por Mons. Fellay y su cúpula de colaboradores.
Como puede verse, no es demasiado difícil notar que detrás de todas estas cuestiones siempre está el mismo tema: el Judaísmo.
Estos son los hechos emergentes: el
levantamiento de las “excomuniones”; las declaraciones de Mons.
Williamson del año 2008; la renuncia de Ratzinger; la elección de
Bergoglio; el Caso Priebke; el episodio de la Catedral de Buenos Aires…;
y ahora, las nuevas declaraciones del P. Bouchacourt diciendo la enorme
cosa: El pueblo judío no cometió el deicidio
El contexto: una
Iglesia Conciliar cada vez más alejada de la Tradición; una FSSPX cada
vez más debilitada y claudicante en aspectos doctrinales, luego de sus
intentos acuerdistas aparentemente frustrados; un “Pontífice” que
renuncia por carecer de fuerzas (para cumplir con las exigencias de la
Agenda Mundialista); un nuevo “Pontífice” con lazos íntimos con el
judaísmo y con un visible compromiso y las energías suficientes para
avanzar en el cumplimiento de la Agenda; una notable aceleración de
procesos políticos mundiales que marchan en una evidente dirección.
Resultado: la Iglesia Católica reducida al estado de Pusillus Grex, disperso
por el orbe en un sinnúmero de pequeños grupúsculos sin peso ni
injerencia alguna en el mundo. Y, para colmo…, una parte de ese pequeño
rebaño resistente es seducida casi constantemente con las falsas ideas
de Restauración y Reconquista, basadas en revelaciones privadas, o en
mensajes dudosos, o en ideas de particulares de quien aparece como líder
de esa misma parte de la resistencia…, Mons. Williamson, el mismo de
las declaraciones ante la televisión sueca… ¡Vaya!
Se
impone resistir, sí; pero también se impone aclarar las ideas y, de una
vez por todas, comprender que no hay ni habrá otra restauración que
aquella que siga al Triunfo de Cristo Rey, en su Retorno Triunfante.
Para
la Iglesia hoy (y siempre, en realidad) el triunfo pasa por LA CRUZ. La
Cruz del ostracismo, por el heroísmo de la paciencia, por la oración y
el silencio y, quizás, tal vez, por la persecución, pero recordando que,
si eso llegara a ocurrir, no serán perseguidos los fieles de Cristo por
serlo, sino que serán proclamados ENEMIGOS DE DIOS, ENEMIGOS DE CRISTO y
DE SU IGLESIA…; de manera que ni siquiera esperemos aquel consuelo.
Si
alguno se imaginaba poniendo la cabeza en una guillotina luego de haber
proclamado la verdad ante sus verdugos, puede ir olvidándose de esa
posibilidad.
UNA POSIBILIDAD, ENTRE OTRAS
No
resulta sencillo adivinar intenciones, pero muchas veces los hechos
tienen una elocuencia que, si se la sabe ver, puede mostrar, por lo
menos, que ocurren cosas que no son espontáneas, sino que son
consecuencias de una ingeniería.
Hay
quienes están pensando y diseñando posibles caminos, soluciones, tramas
y trampas. Y esto ocurre en cosas como la instalación en las sociedades
de “luchas” o “reivindicaciones” que son NO SÓLO ANTINATURALES, sino
que, además, responden a intereses tan minoritarios que ni siquiera
cuentan con el respaldo del “Sacrosanto dios de las democráticas
sociedades hodiernas”: EL NÚMERO.
Ejemplos,
sobran. Feministas, pro abortistas, aberro sexuales de distintos
tipos…; todos son minorías, pero…, existen poderosos intereses
económicos y políticos que IMPONEN a todos la obligación de
considerarlos, mientras que se soslayan los verdaderos intereses de la
mayoría.
Mons.
Fellay, ¿es un tonto frente a un dilema y una responsabilidad que le
queda demasiado grande? Mons. Fellay, ¿un traidor? Mons. Fellay, ¿un
hombre que adhiere más bien emocionalmente a la Tradición pero que
flaquea en materia de Doctrina? Mons. Fellay, ¿es un hombre limitado
pero ambicioso? Mons. Fellay, ¿es un buen hombre, pero teme estar
equivocado y no quiere morir como un cismático? Mons. Fellay, ¿tiene un
poco de todo lo anterior?
Mons.
Williamson, ¿es un hombre preparado, pero algo excéntrico, que se
pierde detrás de visionarios y supuestas apariciones? Mons. Williamson,
¿es, en realidad, un obispo de acuerdo con los otros tres obispos de la
FSSPX, pero que, por razones estratégicas, conviene que trabaje por
fuera de la estructura? Mons. Williamson, ¿fue atrapado por los
periodistas de la TV sueca? Mons. Williamson, ¿es un hombre que fue
expulsado por oponerse seriamente a la caída de la FSSPX en manos de los
romanos apóstatas?
El
Padre Bouchacourt, ¿habló por sí mismo y sin permiso de M. Fellay? El
P. Bouchacourt, ¿fue autorizado a hablar con la Prensa? El P.
Bouchacourt, ¿cometió un simple error? El P. Bouchacourt, ¿dijo lo que
le DIJERON que debía decir?
Seguramente
los lectores y escuchas de Radio Cristiandad podrían agregar algunas
otras variantes a las posibles expresadas más arriba. Pero… ¿Cuántas
más?
Lo mismo podría decirse de los hechos, todos juntos:
“Producto
de la casualidad”. “Coincidencias no premeditadas”. “Hay un diseño de
tipo general, pero que no es tan fino en los detalles”. “Hasta los más
mínimos detalles está planificados”. “Todo es un Plan y parte de una
conspiración”. “La trama de esta historia se va tejiendo por impulso de
intereses”. “No hay una conspiración, hay un estado de cosas donde
prevalece el liberalismo reinante en el mundo de hoy”. “Un poco de todo
lo anterior”. Etc. etc. etc.
Es por eso que, solamente como un ejemplo, vamos a ensayar alguna entre muchas posibilidades.
¿Podría ser, que la FSSPX haya sido emplazada a desembarazarse de ciertos elementos?
Esos
elementos son los más refractarios y, a la vez, de los más antiguos.
Aunque a medida que pasa el tiempo, van cayendo algunas reservas y
algunos conceptos, en estos individuos eso demorará bastante más.
Porque,
claro, al estar integrada por personas con muchos más fuertes
fundamentos doctrinales que el común de la población, la TRADICIÓN es un
agrupamiento o un fenómeno social, que resulta ser difícilmente
permeable, sobre todo si se habla de aquellos fieles que lo son de la
primera hora; muchos son muy mayores, pero, todavía están sus hijos en
muchos casos, y los hay que son bastante duros de roer.
¿Entonces?
Mons.
Fellay fue emplazado a liberarse de aquellos refractarios,
recalcitrantes, que sostienen esas verdades que son incompatibles con la
Religión Conciliar. Y lo está haciendo.
Claro
que no es perfecto el modo y que hay cimbronazos o situaciones que se
escapan. Hay cosas que se van de las manos, y entonces se debe
rectificar el camino o hacer pequeñas correcciones de rumbo; pero, en
términos generales…, TODO MARCHA SEGÚN EL PLAN.
La
cúpula que dirige la FSSPX está depurando su feligresía y sus
sacerdotes, tomando distintas medidas, algunas de ellas antipáticas (tal
el caso del traslado del Padre OLMEDO, por ejemplo; aunque respecto de
este sacerdote no nos cierra nada todavía), pero que sirven para
provocar reacciones, que pueden generar SALIDAS o EXPULSIONES, tanto de
sacerdotes como de fieles, que son un obstáculo en el camino de regreso a
Roma.
Y lo hace de DOS maneras distintas.
Por
un lado, el aparente endurecimiento de la posición de M. Fellay
respecto de la Roma Conciliar acusando a Bergoglio de ser un desastre
(mientras que ordenó, por otro lado, la implantación de cuadritos con la
foto de ese desastre en todos los prioratos). Esta estrategia tiene por
objeto mantener conformes a quienes todavía rechazan al modernismo en
sus formas más groseras; aquellos fieles, piadosos y buenos, pero que
solamente están enfocados en la cuestión religiosa, la misa, sus
oraciones, y nada más… Estos son los fieles que cumplen a rajatabla con
las tres premisas básicas: “Rezar, Aportar y Callar”. No les hablen a
estos fieles de “Nuevo Orden Mundial”, ni de los “Protocolos de los
Sabios de Sión”, ni de “la Masonería” porque no es su tema.
Por
el otro lado (y aquí es donde entran las declaraciones del P.
Bouchacourt, y algunos de los datos que hemos mencionado más arriba),
provocar el alejamiento de la FSSPX de aquellos elementos que sí tienen
una buena formación en aquellas cuestiones relacionadas con la
existencia, el origen y el funcionamiento de la varias veces centenaria
Revolución Anticristiana (de filiación indudablemente judía), que
procura la edificación de un Gobierno Mundial, una Economía Mundial y
una Religión Mundial y Sincrética.
Porque,
por otra parte, uno puede preguntarse: esto de NEGAR el deicidio…
¿PUEDE ABRIR ALGUNA PUERTA? O, en su defecto, ¿PUEDE IMPEDIR ALGO?
A
ver. Una exigencia de parte de Roma, trasmitida a Mons. Fellay y este, a
su vez al P. Bouchacourt, para que ACLARE ese punto y diga “EL PUEBLO JUDÍO NO COMETIÓ EL DEICIDIO”…, ¿tal vez con la promesa de un reinicio del diálogo entre Roma y la FSSPX?
Otra.
La de IMPEDIR… ¿Les habrán avisado que, salvo que digan lo que dijo el
P. Bouchacourt, la FSSPX iba a padecer algún tipo de consecuencia en la
Argentina o a nivel general?
Sea como fuere, las últimas declaraciones del P. Bouchacourt no son aleatorias ni tampoco ligeras, sorpresivas, ni no meditadas.
Es
en este marco en donde decimos que nos resulta del todo indiferente lo
que Mons. Fellay pudiera hacer con el Padre Christian Bouchacourt.
Si lo “castiga”, será para la “gilada”, y le dará fuertes argumentos al enemigo.
Si no lo “castiga”, será para la otra “gilada”, y también le dará fuertes argumentos al enemigo.
Téngase
en cuenta de que hay muchas “giladas”…; posiblemente nosotros
integremos alguna otra “gilada”, pero es de aquellas que Mons. Fellay ya
no puede manejar y sobre las cuales no tiene ninguna clase de
injerencia.
Pero
esta “gilada” nuestra se precia de ser pensante. Podemos equivocarnos, y
seguramente lo haremos; pero siempre tendremos cierta facilidad para
reconocerlo.
Hoy,
el mundo entero es una inmensa “gilada” que es conducida, como ganado
en dirección a su propio genocidio espiritual, precisamente por los
eternos auto-victimizados, los que se han enriquecido y convertido en
más poderosos e intocables gracias al famoso “holocuento”.
Si
bien hace mucho que se viene hablando de la judaización del mundo, los
acontecimientos de los últimos días nos vienen a confirmar que se trata
de un hecho consumado. Hace mucho que lo sabemos, no obstante viene bien
no olvidarlo.
Y
no olvidar tampoco que eso fue posible porque lograron acabar con la
Cristiandad, con un trabajo realizado durante siglos de un modo
incansable y sistemático, tantas veces denunciado por los Papas, por
Doctores de la Iglesia, por Santos y héroes de la Cristiandad en
infinidad de Documentos.
Ese
trabajo de demolición llevado a cabo durante siglos, trascendiendo
generación tras generación, es imposible de realizar sin un elemento
sustancial, imprescindible e irremplazable: EL ODIO. Odio a Cristo y a
Su Iglesia.
El
Concilio Vaticano II y la Nueva Iglesia que emergió gracias a él,
aplastó toda posibilidad de reconstrucción de la Cristiandad, y
aniquilándola, suprimieron el obstáculo… Si esto último al lector le
recuerda algo, nosotros nos daremos por satisfechos.
Lo demás, entra todo dentro del terreno de lo posible y, en vista del contexto, también de lo muy probable.
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