En la creación de nosotros, Dios nos dio el poder y el derecho a elegir el camino que debemos seguir en la vida: o bien el camino de la obediencia, o el camino de la desobediencia a sus mandamientos. La primera parece tedioso y lleno de espinas, pero la recompensa llega al final: la felicidad con Dios. El segundo parece llena de placeres y rosas, pero el castigo le espera al viajero al final: la condenación eterna en el infierno. Cada uno debe elegir por sí mismo. Podemos encontrar la opción de una dura lucha. Seremos fortalecidos en la elección de la ruta de acceso difícil si tenemos en cuenta que pertenecemos a Dios, que nos ama, que Él nos ayudará y nos espera al final del camino - de la obediencia. |
¿Cuál es el destino del hombre - alto destino del hombre es ir a Dios, porque el hombre viene de Dios, y pertenece por entero a Dios.
- Nuestra razón nos dice que alguien nos hizo. Ese alguien es Dios. Nada puede proceder de la nada. Si hubo alguna vez un momento en que no existía nada, nada volvería a haber existido. Por lo tanto, porque existimos, conocemos a alguien que nos hizo también existe; Alguien que es Dios. "Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos '' (Sal 99: 3.)." Todas las cosas han sido creadas mediante y para Él "(Col. 1:16).
- Nuestra razón también nos dice que Dios debe haber hecho nosotros por algún propósito. Dios hizo al hombre a conocerle, a amarle y servirle a Él en este mundo, y ser feliz para siempre con Él en la siguiente. Dios nos hizo para sí mismo. El fin del hombre, como de toda la creación, es la gloria de Dios; para manifestar las perfecciones divinas, para proclamar la bondad, la majestad y el poder de Dios. "El Señor ha hecho todas las cosas para sí mismo" (Prov. 16: 4). Si desea o no, el hombre debe manifestar perfecciones, dominio y gloria de Dios. Existencia misma del hombre hace esto; incluso sus pecados al final manifestar la santidad y la justicia infinita de Dios.
- A través de glorificar a Dios, el hombre está destinado a compartir su felicidad eterna en el cielo. El hombre fue creado principalmente para la vida más allá de la tumba; esta actual no es más que una preparación para la vida eterna. En esta vida estamos exiliados, nómadas, peregrinos. Cielo, el Hogar de Dios, es nuestra verdadera patria, nuestro verdadero hogar. Allí Dios quiere compartir con nosotros su propia felicidad sin medida. "Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos para la ciudad que ha de venir" (Heb. 13:14)
A los lectores del blog y a mis queridos amigos les deseo un ¡feliz y santificante año nuevo! - A no excederse con el alcohol
- Y, ¿ QUE TAL LAS FIESTAS ? , YO IGUALMENTE
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