lunes, 1 de mayo de 2017

LO QUE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA DIJO






Una Breve Explicación de la Doctrina del Purgatorio
TOMADO DE UN FOLLETO POR FR. HOWARD RAFFERTY, O. CARM., EL CONSEJO DE TRENT,
Y ESCRITURA. 
                                           

LO QUE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA DIJO
 

Todos estamos familiarizados con el Mensaje que Nuestra Señora dio en Fátima  Portugal. Sabemos que, a diferencia de muchas revelaciones privadas, dirigió su mensaje  al mundo, dándole una solución para los problemas. Ella pidió el Rosario diario, la reparación por los pecadores, y la consagración de todos los hombres a su Inmaculado Corazón.

Una de las cosas raramente mencionadas en el Mensaje tuvo lugar durante su primera visita con los niños en mayo de 1917. Se refiere al Purgatorio. En esa ocasión, Lucy comenzó a interrogar a la hermosa Dama para averiguar quién era. Feliz cuando la Señora dijo que había venido del Cielo, Lucy inmediatamente preguntó por su propia felicidad eterna y Nuestra Señora le dijo amorosamente que iría al Cielo, después de asegurarse de que sus dos compañeros, Jacinta y Francisco, irían al Cielo también , Lucía preguntó además acerca de dos de sus pequeñas compañeras que habían muerto recientemente: "Es la pequeña María das Neves en el Cielo", "Sí" respondió Nuestra Señora, "está en el Cielo". Finalmente, Lucy preguntó por otra compañera, llamada Amelia, y Nuestra Señora respondió: "Ella estará en el Purgatorio hasta el fin del mundo".

La pequeña Amelia tenía dieciocho años cuando murió. Ella está en el Purgatorio y, por el testimonio de Nuestra Santísima Madre, permanecerá allí hasta el fin de los tiempos. Su destino contiene una advertencia para todos nosotros. Tomemos a pecho entonces esto y nos aseguremos de que su destino no será nuestro.

ENSEÑANZA DE LA IGLESIA

¿Qué nos enseña Cristo y su Iglesia acerca del Purgatorio? Que hay un lugar llamado Purgatorio es cierto porque la Santa Madre Iglesia ya ha declarado tal creencia un dogma de nuestra Fe. En el siglo XV los Concilios de Florencia y Trento declararon solemnemente esta creencia de todos los fieles hijos de la Iglesia.

Mirando el Antiguo Testamento encontramos Judas Macabeus enviando a Jerusalén y pidiendo que se ofreciera sacrificio por aquellos  sus soldados que habían muerto en batalla con ídolos en sus vestimentas porque creía que tendrían que ser purificados en el otro mundo. (2 Macab. 12, 43). En el Nuevo Testamento encontramos las palabras de Nuestro Señor: "El que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este mundo ni en el mundo venidero". (Mateo 12,32) Y en otro lugar compara el Purgatorio a una prisión cuando dice: "En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo". La Santa Madre Iglesia llama al Purgatorio las "puertas del Infierno" cuando en la Misa de Entierro, ora: "Desde las puertas del Infierno, líbralo, Señor".

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