domingo, 24 de abril de 2011

La Iglesia católica considera el islam una secta “abominable” y “diabólica”.

LA ENSEÑANZA ESPECÍFICA SOBRE EL ISLAM

      

Papa Eugenio IV, Concilio de Basilea, sesión 19, 7 de septiembre de 1434: “… existe la esperanza de que un gran número de la abominable secta de Mahoma será convertido a la fe católica”

Papa Calixto III: “Yo prometo (…) exaltar la fe verdadera, y exterminar con la secta diabólica de los reprobados e infieles de Mahoma [islam] en el Oriente”

      La Iglesia católica considera el islam una secta “abominable” y “diabólica”. (Nota: el Concilio de Basilea, sólo se considera ecuménico/aprobado en las primeras 25 sesiones, como indica The Catholic Encyclopedia, edición inglesa, en el vol. 4, “Councils” [Concilios], pp. 425-426). Una “abominación” es algo que es aborrecible a la vista de Dios. Es algo por lo que Él no tiene respeto y estima. Algo “diabólico” es algo que es del diablo. El islam rechaza, entre muchos otros dogmas, la divinidad de Jesucristo y la Trinidad. Sus seguidores están fuera de los límites de la salvación, siempre y cuando se mantengan musulmanes.

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312:
“Es un insulto para el santo nombre y una deshonra para la fe cristiana que en ciertas partes del mundo sujetas a príncipes cristianos donde viven sarracenos [es decir, los seguidores del islam, también llamados musulmanes], a veces separados, a veces mezclados con los cristianos, los sacerdotes sarracenos, comúnmente llamados zabazala, en sus templos y mezquitas, donde los sarracenos se reúnen para adorar al infiel Mahoma, invocado en voz alta y exaltado su nombre cada día a ciertas horas en un lugar elevado (…) Hay un lugar, además, donde fue enterrado un sarraceno que otros sarracenos veneraban como santo. Esto trae descrédito a nuestra fe y da gran escándalo a los fieles. Estas prácticas no se pueden tolerar sin disgustar a la Divina Majestad. Nos, por tanto, con la aprobación del sagrado concilio, prohibimos estrictamente esas prácticas, a partir de ahora, en tierras cristianas. Nos lo ordenamos a todos y cada uno a los príncipes católicos, (…) Ellos deben eliminar esta ofensa en sus territorios y velar para que sus súbditos la eliminen, para que así puedan alcanzar la recompensa de la felicidad eterna. Se les prohíbe expresamente la invocación pública del sacrílego nombre de Mahoma (…) Los que presuman actuar de otra manera deberán ser castigados por los príncipes por su irreverencia, para que otros puedan ser disuadidos de tal osadía”

      La Iglesia, además de enseñar que todos los que mueren como no católicos se pierden, también ella enseña que a nadie se le debe obligar a abrazar el bautismo, porque la creencia es un acto libre de la voluntad.

Papa León XIII, Immortale Dei, # 25, 1 de nov. 1885: “Es, por otra parte, costumbre de la Iglesia vigilar con mucho cuidado para que nadie sea forzado a abrazar la fe católica contra su voluntad, porque, como observa acertadamente San Agustín, ‘el hombre no puede creer más que de buena voluntad’”

      La enseñanza del Concilio de Vienne de que los príncipes cristianos deben hacer valer su autoridad civil para prohibir la expresión de la falsa religión del islam muestra, una vez más, que el islam es una religión falsa que lleva las almas al infierno y que desagrada a Dios.

fuente vc

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