martes, 7 de enero de 2014

UN ANCIANO DICE NO A LOS MARICONES EN LA FALSA MISA DEL VATICANO 2

No a los gay del Área de los feligrés

Él; no va a tomar la mano de otro hombre Durante Padre Nuestro

Fort Worth, TX - De 77 años de edad, Richard Kantor de Fort Worth, Texas, ofrece datos en esta hora de que hay homosexuales, y por lo tanto no va a tomar la mano de otro hombre durante el Padre Nuestro. "No voy a hacerlo. Nunca lo hizo y nunca lo hará. Quiero tomar tu mano, me dices en una cita, no esperes nada menos que un golpe en la cabeza con esto... , ¿me oyes?. "Kantor, quien dice que prefiere normalmente la misa en latín, ya que en ella " no hay cosas raras "pasando allí, dijo que la última vez que un hombre trató de tomar su mano en la celebración durante el Padre Nuestro,le rompió dos de sus dedos.Pero, "Resultó ser su hijo ... que lo lamentó. Aún así, debería haber sabido mejor que no lo va a conseguir todo con su viejo. "Al cierre de esta edición, Kantor estaba asistiendo a una Novus Ordo local, rebosante con la anticipación que va a romper otro par de dedos por el bien de la ortodoxia y la heterosexualidad.

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DIVINA MISERICORDIA

«Después del pecado ten esperanza en la misericordia; antes del pecado teme la divina justicia.» Y así es, en efecto. Porque no merece la misericordia de Dios el que se sirve de ella para ofenderle. La misercordia se usa con quien teme a Dios, no con quien la utiliza para no temerle. El que ofende a la justicia—dice él Abulense—, puede acudir a la misericordia; mas el que ofende a la misericordia, ¿a quién acudirá?

¡Ah Dios mío! ¡Mirad cómo soy uno de los que os han ofendido porque erais bueno con ellos!... ¡ Oh Señor!, esperadme aún. No me abandonéis todavía, que yo espero, con el auxilio de vuestra gracia, no provocaros mas a que me dejéis.
Me arrepiento, ¡oh Bondad infinita!, de haberos ofendido y de haber tanto abusado de vuestra paciencia. Os doy gracias porque hasta ahora me habéis tolerado; Y de hoy en adelante no volveré a ser, como he sido, un miserable traidor. Os amo sobre todas las cosas; aprecio vuestra gracia más que a todos los reinos del mundo, y antes que perderla preferiría perder mil veces la vida.
Dios mío, por amor de Jesucristo, concededme, con vuestro santo amor, el don de la perseverancia hasta la muerte. No permitáis que de nuevo os haga traición ni deje de amaros.
Y Vos, Virgen María, en quien espero siempre, alcanzadme la perseverancia final, y nada más pido.

Reflección

El espíritu de Cristo es un espíritu de martirio, por lo menos de la mortificación y la penitencia. Siempre es el espíritu de la cruz. Cuanto más compartimos en la vida el sufrimiento de Cristo, heredamos mayor participación en su espíritu, y en el fruto de su muerte. Para las almas mortificadas en sus sentidos y desvinculados de las cosas terrenales, Dios da anticipos frecuentes de la dulzura de la vida eterna, y los deseos más ardientes de posesión de él en su gloria. Este es el espíritu de martirio ", que da derecho a un cristiano a una feliz resurrección y la felicidad de la vida por venir.

¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

Espolon

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