sábado, 8 de marzo de 2014

9 DE MARZO, SANTA FRANCISCA ROMANA, VIUDA


9 de marzo, Santa Francisca Romana, Viuda
Santa Francisca Romana, Viuda

Santa Francisca, una dama noble romana, mostró sucesivamente la fuerza de las virtudes mencionadas en la Epístola. Se casó a la edad de once años con Lorenzo de Ponziani, y fue durante cuarenta años, el tipo perfecto de un cónyuge cristiano. Evita festividades, llevando la ropa sencilla, dedicando a la oración y al cuidado de los pobres  todo su tiempo libre después de que ella había cumplido sus obligaciones domésticas, fundó en Roma la casa de los Oblatos de la Congregación de Monte de los Olivos, en un Estado de San Benito (1433). Tras la muerte de su marido, ella se retiró allí con el fin de adquirir al precio de todas sus posesiones, la perla preciosa de la vida eterna (Evangelio). Habiéndose convertido en lo que es "la esposa de Cristo" (tracto), que adquirió por la continua contemplación de la Pasión de Jesús la energía divina que le permitió obtener un perfecto dominio sobre sus sentidos. Para sostener ella en sus terribles encuentros con el Espíritu del Mal, Dios le favoreció con la presencia visible de su ángel de la guarda, con quien conversaba familiarmente (por cobrar). Ella murió en 1440. Su cuerpo se conserva en Roma, en la iglesia de Santa Maria Nuova, cerca del Foro, también llamada después de que su nombre, y de la que Pío XI hizo una iglesia estacionales de 1934 (tercer martes de Cuaresma). En este santo tiempo de penitencia nos dejó, como San. Francisca, imitar la vida llena de sacrificio del Salvador.

Cognovi, Domine, quia aequitas judicia tua, et in veritate tua humiliasti mí: confige Timore Carnes tuo meas, un mandatis tuis timui. * Beati immaculati en vía, qui ambulante en lege Domini.
 
(Salmo 118:75 y 120:1 del Introito de la Misa).

Deus, qui beatam Franciscam famulam tuam, entre cetera gratiae tuae dona, familiari Angeli consuetidine decorasti: conceder, quaesumus; ut intercessionis ejus auxilio, Angelorum consorcio consequi mereamur.
Oh Dios, que, entre otros dones de tu gracia, hiciste honor a tu sierva Francisca por las visitas frecuentes de un ángel: subvenciones, te rogamos, que, ayudado por sus oraciones, que igualmente pueda merecer la admisión a la comunión de los ángeles.
(Por cobrar)

tomado De la Enciclopedia Católica: http://www.newadvent.org/cathen/06205c.htm

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