ANALISIS DEL EDITORIAL 138 DE IESUS CHRISTUS: ¡JIM JONES NO LO HUBIERA HECHO MEJOR!
Apostillas al Editorial 138 del P. Bouchacourt
RECUPEREMOS LA RAZON
Un breve análisis del Editorial
provocador del P. Bouchacourt. No nos detendremos más que lo necesario.
Pues no buscamos defendernos, sino ante todo refutar los pensamientos
tendenciosos que encierran sus palabras.
Iremos entresacando las líneas que puso allí el Superior de Distrito para nosotros, tal como afirma en su Editorial:
Dadas varias consultas que se nos formularon, aprovecho estas líneas para indicarles que Radio Cristiandad no
tiene nada que ver, ni de cerca, ni de lejos, con la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X. En sus comienzos nuestra Fraternidad ayudó a esta
radio y a su sitio web; sin embargo, desde hace algunos años sus gestores adhieren a los principios que procuré denunciar en este artículo. Por lo demás, lo mismo se aplica al sitio de Brasil “SPES“.
Viendo entonces que el objeto de la nota
somos nosotros y nuestros amigos de SPES, nos ocuparemos de “los
principios” que menciona. El orden no sigue necesariamente el del
Editorial.
Comencemos diciendo que en la hora que se
acerca al momento de redactar su editorial, el P. Bouchacourt elige
este tema (nosotros) y no el del desastre interno que está ocurriendo en
el Capítulo General de la FSSPX. Pretende, dice, “traer paz a las
almas”. Pero no hay paz sin verdad.
Manténganse
alejados de los sitios y de las radios cuya vocación es vehiculizar el
rumor y el escándalo. De esta manera se fortalecerá la vida espiritual,
las almas se afirmarán en el bien, cumplirán mejor sus deberes de estado
y progresarán en la virtud; y Dios, a su vez, los colmará de gracias y
les dará su paz.
Entonces podemos delimitar el primer
deseo del escritor de las líneas: no deben leer ni escuchar Radio
Cristiandad, pues “con los rumores que tiran los arrastran al error y al
descrédito hacia nosotros, sus sacerdotes y superiores. Cualquier
noticia que quieran conocer, deben preguntarla en los Prioratos…”
Ustedes
mismos, queridos fieles, encontrarán las respuestas a toda duda o
pregunta en vuestros prioratos. Es allí donde obtendrán las
informaciones religiosas que precisan, no en internet. Entonces podrán
conservar la paz interior. La recurrencia a la información y a los
rumores conduce a la ruina del alma. Dándose sin freno al rumor y
difundiéndolo, incluso con la mejor intención, se puede lesionar la
reputación de otras personas y ofender a Dios. Uno queda así expuesto a
perder la tranquilidad del alma. Cada quien será el único responsable
ante Dios de todos los daños que esto produzca.
Burdas mentiras. No hay un solo feligrés
que pueda secundar tamaña ficción. ¿Cuál es el miedo? ¿Qué podrán
encontrar los fieles y los sacerdotes de la FSSPX dentro de Radio
Cristiandad? Ustedes, P. Bouchacourt, no deberían temer a las “mentiras”
que dice la Radio. El que está con la Verdad, nada ha de temer…
Baste notar que dice: “en los Prioratos encontrarán las informaciones religiosas que precisan“.
No la Verdad, lo que precisan. Hasta donde precisan conocer. Hasta lo
que estimamos como Superiores que ustedes, pobrecitos laicos, pueden
entender. Podrán conservar entonces la paz interior… Claro, les diremos
solo aquello que no les despierte inquietudes.
En pleno incendio del edificio, solo les
dirán que alguien está haciendo “un asadito” cerca del edificio… De ese
modo conservarán la paz interior… y sobre todo ¡no vendrán con
cuestiones serias a perturbarnos a nosotros, que estamos tan ocupados en
ocultar nuestra trampa!
Los feligreses saben que cada vez que se
acercaron a los Prioratos, a los centros de misas, a los Superiores,
fueron engañados, callados, puestos a rezar y a confiar en los
Superiores… Calladitos, de rodillas, no piensen, no escuchen, no lean,
no hablen entre ustedes…
Padre Bouchacourt: ¡Jim Jones no lo hubiera hecho mejor!
En
materia de comunicación y de información católica, internet debería
estar bajo la autoridad de los superiores eclesiásticos, que controlan
las informaciones emitidas y recibidas.
Primero deberían probar esos “superiores
eclesiásticos” tener la capacidad personal y fundamentalmente el
compromiso cabal con Cristo y Su Iglesia. ¿Serán capaces de permitir que
se diga la Verdad? ¿Serán útiles a la verdad, aunque tengan que
denunciar los tejes y manejes de sus superiores? No hay en todo el
Editorial del P. Bouchachourt un punto que de mas la sensación del
desesperado intento por dominar lo que se piensa, lo que se dice, lo que
se lee y lo que se escucha, que este.
¡Es el clericalismo más ramplón que hemos conocido!
No, Padre Bouchacourt, que cada uno haga
resplandecer los dones que Dios le dio. Si tan solo Ud. cumpliera su
deber como Superior de Distrito, y no se creyera el poseedor de los
Sacramentos, cuánto bien haría.
La voluntad de anular cualquier palabra
discordante de sus planes, siempre ha sido motivo de confrontación con
Radio Cristiandad. Aun antes de tomar las posiciones que hemos tomado en
este combate, Ud. pretendió callar nuestra voz de denuncia cuando
demostrábamos el estado del clero modernista. Ante hechos terribles de
orden moral por parte del llamado “clero” modernista, usted mismo ordenó
que Radio Cristiandad debía callar, pues “esos sacerdotes y obispos
modernistas que caen en escándalos tremendos, siguen siendo sacerdotes y
obispos y por lo tanto hay que respetarlos como tales”. No importaba
para Ud. el mal que pudieran hacer. Menospreció nuestros dichos de que
tales “sacerdotes y obispos” lo eran de una falsa iglesia y por lo tanto
debían ser considerados enemigos. Menos importaba que con sus actos
arrastraran almas a salir de la Iglesia y abandonar la Fe.
Lo único que le importaba era
salvaguardar “el acuerdo”, no levantar voces que pudieran complicarles,
más tarde, la cercanía con los Obispos modernistas, al identificar Radio
Cristiandad con la FSSPX.
Verdaderamente, mientras más pasa el tiempo, más claro vemos su posición.
¿Para esto quisiera tener el control de
los medios de comunicación? ¿Para poder definir bajo “su criterio” lo
que debe ser mostrado de lo que no, a fin de salvaguardar sus intereses,
los peores según nos lo ha demostrado?
Confórmese con sus medios adictos. A
ellos los puede manipular. Son fáciles y baratos de comprar. Pero,
claro, la gente no es tonta. El resultado de penetración social de esos
medios no es el que usted esperaba.
Lo
más penoso es observar que, incluso en nuestros medios, algunos dan más
crédito a lo que leen en internet que a lo que pueden enseñarles sus
sacerdotes, ya sea desde el púlpito o por medio de los boletines
parroquiales.
Nos creen más a nosotros que a ellos…
Como una verdadera autocrítica, el P. Bouchacourt debería preguntarse de
rodillas ante el Santísimo acerca de cómo pasó eso.
¿Cómo ha sido posible tal descrédito del
púlpito, de los boletines parroquiales, de los comunicados oficiales, de
las Cartas a los amigos y benefactores?
Debe reconocer, P. Bouchacourt, que han hecho todo lo posible para que nadie les crea nada.
Basta repasar algunas de las escandalosas
mentiras de los Superiores como usted, y del mismo Superior General y
sus adeptos, para darse cuenta.
Además,
antes de enseñar, el hombre debe ser discípulo y recibir el saber bajo
la autoridad de sus padres, de sus profesores y de los sacerdotes que
formarán así su inteligencia, su voluntad y su alma.
Parecería el P. Bouchacourt pecar de
ingenuidad… ¿No existen los infiltrados? ¿Toda autoridad debe ser
seguida, mande lo que mande? ¿Los profesores son todos probos? ¿Y los
sacerdotes…? ¿Los formadores de la inteligencia, la voluntad y el alma…
llevan seguro por el buen camino a las almas? ¿Acaso no existe la
revolución. No existe el mal? ¿Acaso no estamos obligados a discernir
entre el bien y el mal. No tenemos que tener la tensión al bien…?
¿Debemos creer a rajatabla lo que el sacerdote nos manda a creer y
obrar?
¿Y esto, es aplicable solamente a la
FSSPX o también deben obrar así los que están fuera de ella? ¿Aquellos
sacerdotes y Obispos, a los que Ud. defendía mandándonos a callar ante
sus desvaríos morales y doctrinales, están comprendidos en esto?
Hemos aprendido de la verdadera FSSPX a
discernir, a elegir el bien. A evaluar, que, aún mitras y báculos pueden
llevarnos al error.
¿Cuál sería la voluntad de Mons. Lefebvre
de que los fieles se instruyeran? Y en definitiva para qué tanto
estudio, tanta comprensión de la realidad… ¡Si los teníamos a ustedes…,
si teníamos un priorato cerca ya podíamos estar tranquilos… Solo
teníamos que obedecer… estar en todo de acuerdo con lo que se nos dijera
y rezar unos rosaritos… Con eso ya estábamos salvos!!!
El
mal uso de internet invierte totalmente este orden: sustrae al hombre
de toda autoridad y hace de él un ser independiente, que se construye y
se guía a sí mismo sin hacer el menor esfuerzo. Se determinará respecto a
la verdad y al error por sus solas luces y a remolque de sus deseos.
Entonces el orgullo resulta exaltado y peligra conducir el alma a su
ruina. ¡Todo ello es contrario al plan de Dios!
Los hechos demuestran que si no
hubiésemos despertado, si, en cierto modo, no nos hubiéramos formado
como se debe, estaríamos ahora apoyando la revolución del acuerdismo. ¡Y
ciertamente eso no es lo que Dios quiere!
Es
triste e inquietante comprobar que muchos internautas, tan pronto como
se parapetan detrás de sus teclados, se erigen en jueces del mundo
entero, mientras otros pontifican como si fuesen teólogos del más alto
nivel. El uso de seudónimos y el deseo de generar reacciones favorecen
la calumnia y la maledicencia, como así también la difusión del error
sin freno ni control.
Nosotros jamás usamos seudónimos, por el
contrario, los que usan seudónimos son los apadrinados del acuerdismo,
como por ej. El tal Ermindo de la cuajada roja, o Pericón Argentino. O
los difamadores que desde Panorama Católico, por ej. en el más absoluto
anonimato, golpean y difaman, aun en cosas personales.
Para mayor claridad del tema: nosotros
suprimimos a los miles de comentaristas, que, desde el anonimato o no,
dejaban sus comentarios. Aunque en principio nos pareció una estrategia
mala en cuanto a la publicidad del sitio, nos aseguró que lo que figura
en Radio Cristiandad sea solo responsabilidad nuestra. Con nombre y
apellido.
En
realidad, internet favorece la independencia respecto a la autoridad y
encuentra sus raíces en el liberalismo práctico que los Pontífices del
siglo XIX y comienzos del siglo XX condenaron por igual. He aquí lo que
pensaba el Cardenal Pie: “Os digo que todo miembro
separado de su cabeza es un miembro que pierde la vida; si queréis estar
prevenidos, si tenéis desarrollado por poco que sea el sentido del
olfato, pronto percibiréis que de distintos puntos de este cuerpo que ya
no recibe la influencia de la cabeza, emanará un olor fétido de
descomposición y de muerte; veréis que todo se disolverá, un pellejo
caerá hoy y mañana otro”.
Obviamente que esto debe aplicarse. En
tiempos normales, nadie osaría dudar de estas palabras. Pero no estamos
en esos tiempos. Los enemigos son los de al lado. Los que peleaban con
nosotros. Los que considerábamos hermanos en la Fe. Se nos parecen…
“Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros”
Esa cabeza contra la que “peleamos” no es
la de Cristo, obviamente. Es la de la Venenosa Hidra. Y la “savia” con
que esa cabeza nos alimentaba no era más que ponzoña. Es preferible
morir solos, antes que seguir unidos al veneno del error.
En este caso, el problema está dado no
por el miembro que se separa de la cabeza, sino de la misma cabeza
cuando está podrida y manda y conmina al error y al pecado.
Siguiendo esta misma línea de
pensamiento, deberíamos preguntarnos, porqué Mons. Lefebvre prefirió la
infamia de la excomunión –que recibió con orgullo- a la molicie de
seguir enquistado en una cabeza que ya no manda lo que debe mandar, que
ya no enseña lo que debe enseñar. Esa misma Hidra a la que quieren
unirse y mientras tanto hacernos callar…
Lo mismo que le pasó a Mons. Lefebvre con
la iglesia conciliar, es lo que nos pasa a los que resistimos contra
“la autoridad” que gobierna hoy la FSSPX. Argumentos de obediencia, de
confianza en la gracia de estado de los Superiores, amenazas de
excomunión, infamias, calumnias, etc. Lo mismo… ¡Todo un signo!
Si la cabeza fuera digna, los miembros estarían sanos.¿Acaso no es un deber del cristiano gritar que viene el Lobo y tratar de salvar al rebaño?
Entonces
el rumor ocupa el lugar de la verdad y la opinión el del dogma. A su
vez el rumor conduce a más rumores, ¡siempre es el rumor! Ese es el
fondo de comercio de muchos blogs y radios que sin eso no existirían.
Cuando el río suena, agua trae…
Si la FSSPX hubiera obrado a la luz, como
hijos de Dios y no en las tinieblas del secretismo y del engaño – lo
que hemos probado sobradamente- no existirían los rumores, sino las
simples comunicaciones.
Baste como ej. La Carta filtrada del
propio Bouchacourt a los sacerdotes del Distrito. ¿Cuál fue la causa
para que un sacerdote de entre sus filas, nos diera a conocer la Carta?
¿Acaso no es un demostrativo de ese “grito” desesperado del que se
encuentra coaccionado e impedido moralmente de hacer conocer la Verdad?
La misma increíble reacción del Superior diciendo: “un imbécil dio a
conocer esto a la Radio”, nos puede dar la pauta de cómo sangran por la
herida.
Lo que ellos buscan es hacer sus cochinos
acercamientos y que nadie se entere. Pretenden obrar con el engaño y la
mentira, en total impunidad. Y encima manipulando coercitivamente a
través de los Sacramentos. Como si fueran estos un bien propio y no de
Cristo.
A
menudo la autoridad es ridiculizada, hecha objeto de irrisión y
apostrofada como lo haría el peor de los impíos. En nombre de la
libertad de expresión uno se permite decir cualquier cosa, publicar
cualquier cosa o escuchar cualquier cosa.
Ya decía el gran mártir Santo Tomás Moro
que para el Diablo nada hay peor que que lo tomen a la risa. “Del Diablo
hay que burlarse”. Dejo constancia, por las dudas, de que el P.
Bouchacourt y su caterva de secuaces no son el Diablo, no se le asemejan
en nada. No les da.
De todos modos, lo que nos mueve no es la
“libertad de expresión”, que es un término de la Revolución… Nos mueve
el amor a la Verdad, caiga quien caiga… Sólo la Verdad nos hace libres…
Este
medio de comunicación (internet) se ha convertido así en una poderosa
herramienta de subversión y de desestabilización, incluso en nuestro
medio tradicionalista. ¡Cuántos falsos rumores han sido puestos en
circulación en estos últimos meses por los sitios y las radios, cuyo
único objetivo es perjudicar a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X bajo
pretexto —por supuesto— de las razones más nobles: ad maiorem Dei
gloriam!
Por nuestra parte, dígalo P. Bouchacourt
si algo de verdad queda en su boca, Radio Cristiandad difundió noticias
antes que trasciendan a los medios que quizás Ud. considera como más
“serios”.
Si a eso le llama rumor, está bien,
nosotros preferimos el término “primicia” que es más propia de los
medios de comunicación. Pero digámoslo claramente, esas “primicias”,
lamentablemente para su posición, nunca fueron falsedades. Al contrario,
han podido demostrarse unas tras otras, penosamente.
Por lo tanto, habiendo demostrado con el
paso de los años (3 y ½ ya desde el levantamiento de las excomuniones)
que todas las cosas que Radio Cristiandad ha publicado han estado
revestidas de veracidad o al menos de verosimilitud. La acusación de
hacer correr falsos rumores es una nueva infamia del Superior de
Distrito.
Hemos hecho circular si, primicias,
especulaciones, hemos roto hasta donde pudimos el “secretismo” reinante,
pero no inventamos nada, ni falseamos nada.
También es ridículo el argumento de que “el único objetivo es perjudicar a la FSSPX”.
La FSSPX fundada por Mons. Lefebvre ha
sido bastardeada, transformada, violada, viciada y horriblemente
desvirtuada por los hombres que como Ud. han pretendido amalgamarla a la
Roma Conciliar, a la cuna de las impiedades del Concilio.
No fuimos nosotros los que, llorando como
maricas, fuimos a pedir que nos perdonaran por haber hecho lo que como
varones cristianos hicimos.
Cada uno de los que somos parte de Radio
Cristiandad, al adherir nuestra inteligencia y voluntad a la Obra de
Mons. Lefebvre, lo hicimos firmando en nuestro interior aquel compromiso
del “Nullam Partem Habemus”.
Las tremendas demostraciones de las más
vulgares “agachadas” llevadas a cabo por la actual conducción de Mons.
Fellay y sus esbirros, (de los que el más vergonzoso de todos para
nosotros es Ud. mismo sin dudas) han llevado a muchos, feligreses y
sacerdotes, a mirar la actual conducción de la FSSPX con desconfianza,
con recelo, con cuidado. Y esa es su particular bronca para con
nosotros.
Pero no puede decirse que no es por la
culpa de sus actitudes, secretos y desmanes, mentiras y engaños,
amenazas y quita de sacramentos, que los fieles han empezado a ver las
cosas como son. Muchos fieles empezaron a buscar Radio Cristiandad, al
poder comprobar que lo que decíamos era cierto.
Desgraciadamente algunos sacerdotes nos han dejado durante la crisis que acabamos de tener. ¿Hubiesen ido tan lejos si las radios y los sitios no les hubiesen ofrecido una tribuna que los ha anclado en su rebelión contra la autoridad de sus superiores? La publicidad que estos medios hicieron de estos sacerdotes hace más difícil, si no humanamente imposible, que regresen a su familia religiosa. ¡Qué responsabilidad ante Dios tienen estos directores de radio y gestores de sitios, y qué cuenta deberán rendir a la hora del juicio!
Haber encontrado en el fragor de la
batalla, que comenzamos solos, (tras el horrible agradecimiento de los
cuatro Obispos de la FSSPX a Benedicto XVI por haber “levantado las
excomuniones”) al P. Ceriani, al P. Méramo, al P. Turco y al P. Grosso,
fue un aliciente del Cielo.
Por su probidad como sacerdotes, por su
formación, por su vida espiritual, por las cicatrices del combate contra
los enemigos de la iglesia conciliar y sobre todo por el amor a la
Iglesia, que los llevó a no temer ante quedarse sin comunidad, sin
amigos, sin feligresía y sin sustento. Ese arrojo, esa valentía, ese
amor, nos devolvió el ánimo ante tanta pusilanimidad, ante tanto
desparpajo acuerdista, ante tanta mentira y engaño.
¿Familia religiosa? Por favor… Más hipocresía era imposible!!!
Y si, espero que Dios le escuche sus
“ruegos”, Padre Bouchacourt, y nos tenga en cuenta el haber tomado esta
batalla y hecho blandir espadas junto a estos valerosos sacerdotes de
Cristo Rey y alejarnos del mortal y pestilente hedor que desprenden las
sotanas de los pusilánimes acuerdistas que han preferido sus propias
ganancias, al bien común de la Iglesia del Salvador.
O al menos, en lo personal, me otorgue
Dios el perdón de mis muchos pecados, por medio de un buen cáncer,
doloroso y largo, tal como Ud. me ha deseado en no pocas reuniones con
feligreses.
Fabián Vázquez
Director General
Radio Cristian
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