lunes, 17 de mayo de 2010

SOLO TIENEN EN COMÚN AL DIABLO,


VESAKH: CRISTIANOS Y BUDISTAS FRENTE A LA CRISIS AMBIENTAL



CIUDAD DEL VATICANO, 17 MAY 2010 (VIS).-Hoy se hizo público el mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran, que se envía anualmente a los budistas de todo el mundo con motivo de la fiesta de Vesakh.



Vesakh es la principal festividad budista que recuerda los tres momentos fundamentales de la vida de Buda. Según la tradición, el Buda histórico nació, obtuvo la iluminación y desapareció alcanzando el Nirvana durante la luna llena del mes de mayo.



El mensaje de este año se titula: "Cristianos y budistas honran la vida humana como base del respeto por todos los seres humanos".



"Aprovechamos esta ocasión -dice el texto- para reflexionar juntos sobre un tema que hoy asume una importancia particular: la crisis ambiental que ha suscitado ya notables problemas y sufrimientos en todo el mundo. Los esfuerzos de nuestras dos comunidades en el diálogo interreligioso han contribuido a crear una nueva sensibilidad acerca de la importancia social y espiritual de nuestras respectivas tradiciones religiosas en este sector. Reconocemos que tenemos en común una forma de considerar valores como el respeto de la naturaleza de todas las cosas, la contemplación, la humildad, la sencillez, la compasión y la generosidad. Estos valores contribuyen a una vida de no violencia, equilibrio y sobriedad".



"La Iglesia Católica considera que la tutela del ambiente está íntimamente ligada al tema del desarrollo integral de la persona humana y, por su parte, no está comprometida solamente en la defensa del destino universal de los dones de la tierra, del agua y del aire, sino que alienta a los demás a aunar sus esfuerzos para proteger a la humanidad de la autodestrucción. Nuestra responsabilidad de proteger la naturaleza surge, efectivamente, de nuestro respeto recíproco y procede de la ley escrita en el corazón de cada hombre y cada mujer".



"Los cristianos y los budistas -prosigue el documento- nutren un respeto profundo por la vida humana. Por eso, es crucial para nosotros impulsar los esfuerzos encaminados a crear un sentido de responsabilidad ecológica, a reafirmar al mismo tiempo nuestras convicciones compartidas sobre la inviolabilidad de la vida humana, cualquiera que sea su estado y su condición, la dignidad de la persona y la misión única de la familia, en la que se aprende a amar al prójimo y a respetar la naturaleza".



"¡Promovamos juntos una relación adecuada entre los seres humanos y el ambiente! Aumentando nuestros esfuerzos para la creación de una conciencia ecológica de cara a una coexistencia serena y pacífica, podemos dar testimonio de un estilo de vida respetuoso cuyo sentido no es tener más sino ser más. Compartiendo las perspectivas y los compromisos de nuestras respectivas tradiciones religiosas podemos contribuir al bienestar del mundo".

CON-DIR/

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