jueves, 31 de marzo de 2011

Escándalo sexual en la Iglesia chilena

INVOLUCRAN A CINCO CARDENALES Y OBISPOS

Escándalo sexual en la Iglesia chilena

Publicado el 31 de Marzo de 2011
La condena de un influyente sacerdote desató denuncias por abusos y encubrimiento de religiosos que pertenecen a la crema de la sociedad y que llegaron a lo más alto de la jerarquía eclesiástica durante el papado de Juan Pablo II.
  La Iglesia católica chilena enfrenta la peor crisis de su historia, después de conocerse un fallo de la justicia vaticana que condenó a un influyente sacerdote y de que surgieran denuncias por abusos sexuales y actos de negligencia que enlodan a cinco obispos y cardenales. Todos pertenecen a familias dominantes en la vida nacional, todos fueron formados espiritualmente en una parroquia y colegio jesuita del exclusivo barrio de Providencia, en Santiago, todos tuvieron como mentor al cura condenado y todos, casualmente, llegaron a lo más alto de la jerarquía durante el papado de Juan Pablo II.
El fallo vaticano contra el sacerdote Fernando Karadima –titular de la parroquia Sagrados Corazones– destapó historias y críticas que revelan la existencia de abusos contra menores perpetrados durante décadas y encubiertos por los cinco jerarcas católicos que hoy están en la picota. “El cardenal Francisco Javier Errázuriz es un criminal (por encubrir)”, dijo el médico James Hamilton, una de las víctimas de los curas. “Esto es sólo el comienzo”, agregó Ascanio Cavallo, biógrafo del respetado y fallecido cardenal Raúl Silva Henríquez.
La condena contra Karadima, acusado de abusar de menores y adultos además de estar imputado de violar la confesión, sembró la duda sobre si hay más religiosos implicados en las denuncias, que datan de 1984. “Fui miembro del círculo cercano de Karadima y fui víctima de abusos (...), soy el testigo más antiguo porque yo firmé la carta de denuncia elevada en 1984 al cardenal Juan Fresno y que este hizo desaparecer”, dijo el laico Francisco Gómez. El hombre afirmó que los obispos Juan Barros y Horacio Valenzuela conocían los hechos.
Las acusaciones contra los obispos que encubrieron y protegieron los actos aberrantes de Karadima ya acabaron con la vida eclesial de monseñor Andrés Arteaga quien, en medio de presiones de docentes y alumnos, tuvo que renunciar al codiciado cargo de vice gran canciller de la Pontificia Universidad Católica. Los otros cuatro jerarcas implicados en la siniestra trama son el ex cardenal Francisco Javier Errázuriz, el actual obispo castrense y general de brigada del ejército chileno Juan Barros, el cardenal Juan Fresno y el obispo Horacio Valenzuela.
El escándalo, a diferencia de casos registrados en provincias y zonas rurales del extenso territorio chileno, donde sacerdotes tenían incluso hijas a las que violaban, está cruzado porque Karadima evangelizaba a los poderosos. De hecho, el empresario Eleodoro Matte, propietario de la cuasi monopólica Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones y uno de los hombres más ricos del planeta, según el ránking de la revista Forbes, fue a interceder por él, aunque sin éxito, ante el fiscal nacional, Sabas Chahuán. “No acepto presiones”, fue la respuesta que recibió el empresario.
La Iglesia, liderada hoy por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, investigador de los Legionarios de Cristo, quedó inmersa en una trama sombría en la que se mezclan religión, diplomacia y el poder del dinero, señaló un analista de la agencia dpa. Los fieles retiran su confianza en la Iglesia, crece la amenaza de juicios civiles y la disputa con la justicia laica es evidente, después de que el propio Ezzati valorara la prontitud con que el Vaticano emitió su fallo eclesial, en comparación con el Poder Judicial. “Recibimos el fallo hace meses, no hace diez años”, retrucó el presidente de la Corte Suprema, Milton Juica.

fuente: tiempo argentino

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