miércoles, 22 de junio de 2011

La Solemnidad de Corpus Christi

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la fiesta: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena/Orvieto.
Urbano IV, amante de la Eucaristía, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.
La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306. El Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia. 

  En la fiesta de Corpus Christi, el himno "Ave Verum" ("Salve, verdadero cuerpo")
Elevación en la Misa, Dorchester Abbey, el P. Lawrence © OP
  En la Edad Media se compusieron  muchas canciones religiosas y poemas en alabanza del Santísimo Sacramento.

  Esta devoción se había aumentado considerablemente en el período medieval.  Entonces podemos decir que - reforzada por la Contrarreforma - vienen a nosotros impregnada el perfume de la Edad Media.

  La presencia real de Nuestro Señor Jesucristo, el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Sagrada Eucaristía tiene su origen en las palabras de Cristo en la Última Cena: "Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre".

  La fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía fue universalmente profesada por toda la Iglesia desde su fundación.
 Sólo con las objeciones protestantes que han aparecido, de hecho, más cerca de las argucias que cualquier otra cosa. Han sido ampliamente refutados por los médicos y, especialmente, el Concilio de Trento.

  En la crisis de fe en el siglo XX, volvió a aparecer teólogos falsos que trató de revivir los errores protestantes con otro nombre.

Es el progresismo nefasto, que tiene el menor fundamento en la verdad sí mismos protestantes. Todos estos errores se acaban de subir al margen de la historia, al igual que los de Calvino, Zwinglio, Melanchton y Lutero.

Elevación del cáliz en la Misa, Dorchester Abbey, el P. Lawrence © OP  En el siglo XI, por lo que en la Edad Media, la Iglesia profundiza el estudio racional de la Presencia Real.

  Este auténtico desarrollo del dogma católico ha generado un gran movimiento de piedad eucarística.

  Uno de sus momentos culminantes fue la fiesta del Corpus Christi en 1264.

. A medida que la gente de la verdadera fe penetrado aspiraba a ver Dios hecho carne en la hostia consagrada en la Misa se introdujo el rito de la elevación.  Esto ocurre justo después de la consagración.

  Durante la elevación, la campana sonó medieval especiales, y los fieles en torno a la catedral o la iglesia se reunieron para ver y adorar la Hostia divina.

  También encendió una vela en la lámpara de alta. Más tarde, encendió una vela pequeña, también llamada paleta, por lo que fue la comunión, para significar la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

  En los momentos felices que floreció en la fe medieval se compone varios himnos cantados al Santísimo Sacramento de hoy, 

Santo Tomás de Aquino, el Vaticano  Entre los himnos fieles reflejos del dogma católico, la figura Ave Verum está en un lugar destacado.

. Canto, especialmente para después de la consagración, cuando el verdadero cuerpo de Cristo esta realmente presente en el altar, como el himno "Salve, verdadero cuerpo".

  La mayoría de los autores coinciden en atribuir la autoría a Santo Tomás de Aquino (1274 +).  
, consagrados a Cristo Sacramentado. También hay otros por lógico famosísimos  himnos, ungidos, consagrados a Cristo en la Eucaristía.

Vamos a mencionar por lo menos el Pange Lingua, el Verbum supernum prodiens, S acris sollemnis el Adoro te devote, y no menos divinamente inspirada secuencia Lauda Sion, Salvatore.

Ave verum corpus, natum
De Maria Virgine,
Vere passum, immolatum
In cruce pro homine,
Cuius latus perforatum
Unda fluxit et sanguine,
Esto nobis praegustatum
In mortis exanime.
Más tarde se añadió:
O Iesu dulcis, o Iesu pie, o Iesu, Fili Mariae.

 Traducción al castellano

Salve, Verdadero Cuerpo nacido de Dios
de la Virgen María,
verdaderamente atormentado, sacrificado
en la cruz por la humanidad,
de cuyo costado perforado
fluyó agua y sangre;
Sé para nosotros un anticipo
en el trance de la muerte.
¡Oh, Jesús dulce, oh, Jesús piadoso, oh, Jesús, hijo de María!


 La frases finales fueron sujetos a ajustes de menor importancia de acuerdo con la diócesis.


Procesiones. Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.
El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 
En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

Santa Juliana de Mont Cornillon y la fiesta de Corpus Christi.
La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Ella comunicó esta visión a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV.
El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.
El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez con los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.


MILAGRO EUCARISTICO DE ORVIETO / BOLSENAOrvieto no se puede olvidar porque allí se encuentra un prodigio divino. Su catedral es custodia de un milagro Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda. Se trata de un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.
En el año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre.
La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el corporal y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi.

El mismo Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.

El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo, colocó la primera piedra de la nueva catedral de Orvieto donde aun se encuentra la sagrada reliquia.
Virgen Angeles Orvieto.   Pieta Orvieto
Arte Mariana en la Catedral de Orvieto

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