Veni, Sancte Spíritus, La pequeña Iglesia de ciento veinte
Veni, nostri cordium, personas, se halla congregada en el
Et emitte cælitus Cenáculo de Jerusalén, en torno al
Lucis tuae radium. Príncipe de los Apóstoles.
Este Cenáculo es hoy San Pedro
Veni, pater páuperum, de Roma, la Iglesia que abraza to-
Veni, dator múnerum, dos los pueblos y todas las lenguas.
Veni, lumen córdium. Hacia la hora de tercia las nueve de la
mañana- , hace su aparición el Espíritu
Consolátor óptime, del Señor. Hoy va a descender también
Dulcis hospes animae, sobre todos los templos, durante la Santa
Dulce refrigérium. Misa. ( la verdadera no la modernista) No
visiblemente, como se narra en la
Epístola
In labóre réquies, pero si de una manera invisible. Por eso -
In aestu tempéries, rezamos de rodillas en el verso del Aleluya
In fletu solátium. " Ven, Espíritu Santo, llena los corazones
de tus fieles y enciende en ellos el fuego
O lux beatíssima, de tu amor." Esta súplica la desarrollamos
Reple cordis íntima en la Secuencia, composición llena de
Tuórum fidélium. belleza y de ternura, que se atribuye al
Papa Inocencio III. En el Evangelio nos
Sine tuo númine describe Nuestro Señor la eficacia de la
Nihil est in hómine, venida del Espíritu: hace de nosotros el
Nihil est innóxium. templo de la Trinidad, se convierte en
Inspirador y Maestro nuestro, nos infun-
Lava quod est sórdidum, de el espíritu de los mártires y nos trae
Riga quod est áridum, el presente de la paz.
Sana quod est sáucium. En el Ofertorio nos presentamos "como
reyes" en el templo de Jerusalén- el
Flecte quod est rígidum, altar-, pedimos la renovación del sacram-
Fove quod est frígidum, ento de la confirmación y de la obra co-
Rege quod est dévium. menzada el día de Pascuas. Toda la li-
turgia de este día se presenta como
Da tuis fidélibus una coronación de la liturgia pascual.
In te confidéntibus Redimidos entonces, somos hoy lle-
Sacrum septenárium. nados y enriquecidos con las gracias
del Espíritu, y en especial con sus
Da virtútis méritum, sietes dones. Preparémonos para que en el
Da salútis exitum, sacrificio de la Misa se haga realidad
Da perénne en nosotros el prodigio de Pentecostés
gáudiun.
Amen. Allelúia.
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