martes, 6 de diciembre de 2011

CARTA ABIERTA A MONS. FELLAY: ¿Qué medios ha empleado? El medio del diablo: ¡EL SECRETO!

Martes 6 diciembre 2011
A.-M. BONNET DE VILLER
ALIAS ADRIEN LOUBIER
“Les Guillots ”
18260 VILLEGENON
OPEN LETTER TO
Monseigneur Bernard FELLAY
Priorat Mariæ Verkündigung – Schwandegg
CH – 6313 MENZINGEN (ZG)

Villegenon, le 28 novembre 2011

Monseñor :

El 24 de octubre pasado, le envié una carta de protesta con motivo del “silencio” que usted ha impuesto a los sacerdotes y fieles de la Tradición acerca del “preámbulo” impuesto por Roma por las negociaciones que usted realiza con los “anticristos” que se dividen la marcha del trono. ¡Tratados no menos secretos que el aludido preámbulo!
En este día, un mes después del envío de esta carta, y a los pies de la Santísima Virgen María, mi madre, mi Reina y mi Patrona, he decidido hacer pública esta carta en razón del grave escándalo que provoca su actitud persistente de desprecio hacia los sacerdotes y fieles de la Tradición. Y encomiendo este paso a la Inmaculada Concepción, cuya fiesta celebraremos en unos días.
He aquí, entonces, el texto de la carta que le dirigí el 24 de octubre del 2011:
«Desde hace algún tiempo  los medios de la Tradición se han enterado que entre Roma y la FSSPX hay acuerdos en gestación, los cuales dependerían de un “Preámbulo” cuyo tenor es mantenido en SECRETO.
Es para protestar contra dicho secreto que me acerco a usted para expresarle la inquietud, si no el escándalo que me embarga a mí y a un gran número de fieles.
El SECRETO que cubre las decisiones y la identidad de las personas que las toman, es un sistema masónico. Es la constatación de este sistema que fue explícitamente el primer motivo de la primera condenación de la Franc-Masonería por el papa reinando en el siglo XVIII.
En la décimo tercera regla del discernimiento de los espíritus, san Ignacio muestra al SECRETO como un signo infalible de la presencia del ángel malo. Lo que el buen sentido popular confirma diciendo: “Quien se esconde, tiene algo que esconder”
Además, este SECRETO, ¿no manifiesta un profundo desdén hacia los sacerdotes y fieles de la Tradición, tratados como niños pequeños a quien no se le dan a conocer las decisiones del padre de familia de comprar o vender la casa?
¿Es necesario recordar que las casas, prioratos, conventos, capillas, misiones y otros bienes de los cuales usted está a cargo, son materialmente el fruto de millones donados o legados por la caridad de los fieles, no a usted en lo personal, sino a la obra de Monseñor Lefebvre?
¡Y que una adhesión a la contra iglesia del Vaticano II sería hacia ellos una traición que ningún SECRETO podrá disfrazar!
De este modo, con todo respeto pero firmemente, le pido hacer público el famoso “preámbulo” a fin de que nadie lo ignore.
Quiera usted encontrar aquí la expresión de mis respetuosos saludos, y mis humildes oraciones a los pies de Cristo Rey para que la fidelidad a la obra de Monseñor Lefebvre perdure en plena luz”.
Le agregué a esta carta la siguiente postdata :
PD : Esta es una carta personal, sin embargo creo que debería comunicarla a los otros tres Obispos ordenados por Monseñor Lefebvre.
Si la situación actual se prolonga, me veré en la obligación de hacerla pública.
SOBRE EL SECRETO
En virtud de que debo hacer pública esta carta, me parece útil agregar algunas explicaciones para aquellos hermanos católicos cuya cultura no es forzosamente equivalente a la de un obispo. San Ignacio de Loyola, en sus ejercicios espirituales, expone una regla de discernimiento de los espíritus cuyo fin es reconocer la acción del mal espíritu, es decir, del diablo y sus legiones. Es la décimo tercera.
El explica que « Su conducta (del angel malo) es la de un seductor, el pide el secreto y no teme nada sino ser descubierto ». Sigue la descripción de la táctica del seductor hacia la hija o la mujer de un hombre honesto. El secreto es su arma principal. La imagen es suficientemente clara para no hacer comentarios. Y asimismo, agrega San Ignacio cuando el enemigo de la natura humana quiere hacer caer un alma justa por sus ardides y artificios, desea, quiere que ella lo escuche y que guarde el secreto.
En 1988 Monseñor Lefebvre escapó por poco de la traición y adhesión que el Cardenal Ratzinguer le hizo firmar una tarde, y que su lucidez y valor lo hicieron romper a la mañana siguiente. Hoy en día, en el 2011, después de 23 años de fidelidad al mismo rechazo de la misma apostasía, el mismo Ratzinger espera obtener de Monseñor Fellay la misma traición, la misma adhesión que no obtuvo de Monseñor Lefebvre en 1988.
¿Qué medios ha empleado?
El medio del diablo : EL SECRETO !
Un preámbulo secreto… que esconde chanchullos, negociaciones y elementos muy ventajosos para las dos partes. Y he aquí que la FSSPX, fundada por Monseñor Lefebvre se está transformando en una SOCIEDAD SECRETA. Es decir, una sociedad en la cual los objetivos y los “preámbulos” doctrinales no son conocidos por las personas de confianza (los fieles) sino solamente por los grados iniciáticos. Si usted es un simple fiel, no tiene mas que derechos limitados : meta a sus hijos en nuestros colegios, pague sus pensiones, ponga dinero en nuestras colectas y ayude a las obras de la capilla…y cállese!
Si usted es sacerdote de la FSSPX, absolutamente deberá de callarse. ¡Y si tiene la mala suerte de hablar un poco más fuerte, será sancionado, enviado a las antípodas, poniéndolo en una situación donde no pueda perjudicar o excluido!
Y heme aquí, un pobre y simple laico, pero gracias a Dios en completa independencia jerárquica hacia usted, con mi única arma que es la pluma, mi solo apoyo la fe y mi fIdelidad a Monseñor Lefebvre, me presento ante usted.
En la portada de Fideliter usted sale representado en un triángulo bajo Monseñor Lefebvre y junto a Benedicto XVI, el apóstata de Asís, de los templos, de las sinagogas y mezquitas, por lo que le hago la siguiente pregunta:
¿Quién es usted ?
¿El igual de Benedicto XVI ? Presto a adherise a su concilio, a su nuevo orden mundial y a su Asís? ¿O el sucesor de Monseñor Lefebvre, a cargo de su legado espiritual… y temporal ? Si es así, como lo espero, bien, ¡hable! ¡Hable fuerte y claro! ¡Y rompa el indigno secreto bajo el cual parece esconderse! Si usted no lo hace, la situación actual continuará pudriéndose, la traición latente será evidente, las reacciones se endurecerán y la implosión de la Fraternidad no podrá ser evitada.
Oramos todos para que la Inmaculada vele sobre usted y nosotros.
Bajo el signo de la fiesta de la Inmaculada Concepción:
A.-M. Bonnet de Viller

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