Fueron preparados por los hermanos Savi, los orfebres de confianza de la Santa Sede. El 18 de febrero, el Papa nombrará a 15 nuevos cardenales
andrea tornielli Ciudad del vaticanoEl que se llevará a cabo en febrero, muy probablemente entre el 18 y el 19, será el cuarto consistorio para crear nuevos cardenales durante el Pontificado de Benedicto XVI. Vatican Insider ha escrito varias veces las listas de los posibles nuevos cardenales: lo que confirma la inminente decisión es la compra de nuevos anillos cardenalicios. Es una tradición que el Pontífice reinante ofrezca a los nuevos “senadores de la Iglesia” un anillo. Hasta ahora, el Papa Ratzinger acostumbra regalar a los cardenales que nombra los anillos forjados con base en el modelo que se usaba durante el Pontificado de Juan Pablo II (un ractángulo de oro labrado, en el que resalta un crucifijo). Sin embargo, han aprobado el nuevo modelo para los anillos cardenalicios, en forma de cruz, y será usado por primera vez en febrero de 2012: lo prepararon en la orfebrería eclesiástica de los hermanos Savi, que se encuentra en el Borgo Pío, y su costo rondará los 1.500 euros. Los Savi colaboran desde hace tiempo con el ente que se ocupa de las celebraciones litúrgicas papales: fueron ellos, por ejemplo, los que llevaron a cabo la “férula” papal, la cruz que usa el Papa como bastón pastoral durante la misa.
Con el nuevo concistorio, informa el sitio web de Sandro Magister, los cardenales que creará Ratzinger que tendrán derecho de voto en el cónclave serán más (por primera vez) de los que había nombrado Wojtyla. Benedicto XVI no quiere superar el límite de los 120 purpurados votantes, que estableció Pablo VI. En febrero, los sitios disponibles serán 13 y podrían llegar a ser 15 si se tiene en cuenta que hay otros dos cardenales que cumplirán ochenta años en los primeros meses de 2012.
En el concistorio de noviembre de 2010, la mitad de los lugares disponibles fue asignada a los responsables de dicasterios y de oficinas de la Curia Romana. Lo mismo sucederá esta vez. De hecho, están esperando la púrpura los italianos Fernando Filoni (Prefecto de Propaganda Fide), Domenico Calcagno (Presidente de la APSA), Giuseppe Versaldi (Presidente de la Prefectura de los asuntos económicos de la Santa Sede) y Giuseppe Bertello (Presidente del Gobernatorado del Estado de la Ciudad del Vaticano); el brasileño João Braz de Aviz (Prefecto de la Congregación para los Religiosos), el estadounidense Edwin F. O’Brien (pro-Gran maestro de la Orden ecuestre del Santo Sepulcro) y el español Santos Abril y Castello (Arcipreste de la Basílica papal de Santa María la Mayor). Podrían sumarse a estos 7 otros dos curiales: Francesco Coccopalmerio (Presidente del Pontificio Consejo para los textos legislativos, órgano cuyas competencias han aumentado considerablemente en los últimos años) y Rino Fisichella (Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización). El Pontificio Consejo de Fisichella estará directamente involucrado en el Año de la Fe que proclamó Benedicto XVI.
Con la decisión de llenar todas estas plazas con miembros de la Curia Romana (muchas de ellas destinadas para los responsables de los entes financiero-administrativos cercanos al cardenal Tarcisio Bertone), no será posible que los nuevos cardenales sean los obispos que dirigen las grandes diócesis del mundo. Y así, para justificar esta decisión, se respeta la regla implícita que indica no dar la púrpura a los que tienen predecesores eméritos con menos de ochenta años (pero cabría preguntarse por qué no se sigue esta regla en la Curia).
«Se podría hacer una excepción –se lee en el sitio de di Magister–, si es que la habrá, para Tomothy Dolan, de Nueva York, o para el dominico Dominik Duka, de Praga, cuyos eméritos cumplirán 80 años, respectivamente, el 2 de abril y el 17 de mayo». Hay que considerar como cardenales al 100% a los nuevos arzobispos de Berlín (Rainer Maria Woelki), de Toronto (Thomas C. Collins) y de Utrecht (Willem J. Eijk), al obispo de Hong Kong (John Tong), al nuevo patriarca maronita en Líbano, Bechara Rai, y al nuevo arzobispo mayor de los sirio-malabreses de la India, George Alencherry.
Queda pendiente el misterio de las sedes obispales cuyo cardenal emérito no se ha jubilado y ha sido llamado a ocupar un puesto en la Curia Romana. Es el caso de Florencia, Toledo y Quebec, cuyos “arzobispos eméritos” (todavía denominados de esta forma en el Anuario Pontificio) se encuentran ahora, respectivamente, en la dirección del Pontificio Consejo para la Familia (Ennio Antonello), en la Prefectura de la Congregación del Culto Divino (Antonio Cañizares) y en la Prefectura del dicasterio para los obispos (Marc Ouellet). Durante el último consistorio, la “regla no escrita” fue aplicada también con ellos. Lo que significaría que se quedaría sin el birrete el arzobispo de Florencia Giuseppe Betori. Y también significaría, en el caso de que se siguiera aplicando la misma regla, que el anillo cardenalicio no llegará nunca a manos del arzobispo de Toledo, puesto que el titular de la sede española es más viejo que el precedente, el cardenal Cañizares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario