La Iglesia es el perdedor en esta guerra horrible entre los funcionarios del Vaticano
Una feroz batalla interna en la Curia romana se ha extendido a la plaza pública
Por Paolo Gambi
El Papa a los funcionarios de la Curia en la Sala Clementina (AP) El cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, está tratando desesperadamente de defender su posición, mientras que siendo asediada por muchos de los que quiere que dimita. Sus enemigos parecen estar liderado por la "vieja guardia" que fueron expulsados después de la salida de su antecesor el cardenal Bertone, el cardenal Angelo Sodano.
El "asunto Viganò" - en la que las letras imputaban actos de corrupción interna escrita por el arzobispo Carlo Maria Viganò, a continuación, un funcionario del Vaticano, se filtró - es sólo la punta del iceberg. Pero el asunto se muestran las armas preferidas en esta lucha: las campañas de difamación en los medios de comunicación italianos, cartas confidenciales enviados a los periodistas anticlericales y chismes perjudiciales detrás de las escenas. Los que se ven obstaculizadas por los estrictos controles financieros arzobispo Viganò y por su campaña contra la corrupción utiliza los medios de comunicación en busca de su eliminación. Cuando el arzobispo Viganò se quitó las cartas confidenciales se filtraron, la creación de un escándalo internacional.
La posición de la Santa Sede sobre la cuestión sigue siendo, por desgracia, no está claro. El portavoz del Vaticano el padre Federico Lombardi, trató de defender el cardenal Bertone, que describe el programa de Italia las noticias de televisión que reveló el arzobispo Viganò de letras como "partidista" y "parcial y banal". El P. Lombardi sugirió que el nombramiento de Arzobispo Viganò como nuncio apostólico en los Estados Unidos era "la prueba de [el Papa] autoestima y la confianza incuestionable". Un comunicado de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, donde el arzobispo había servido, describe las sugerencias de la corrupción financiera como "evaluaciones erróneas" y "miedos sin el apoyo de la prueba".
Pero, ¿cómo puede el arzobispo Viganò disfrutar de "la estima y la confianza incuestionable" del Papa si había hecho un error tan importante, como se pretende? Ha sido enviado a Estados Unidos como una recompensa, como el P. Lombardi, parecía decir, o para sacarlo del círculo íntimo del Vaticano de quienes detentan el poder?
Nadie en la Curia parece haber hecho caso al Santo Padre cuando, hace algunos años, se dirigió a los obispos del mundo con estas palabras de la carta de san Pablo a los Gálatas: "Si usted va pisándole los unos a los otros y lagrimeo uno al otro para piezas, tenga cuidado : se puede comer por unos a otros ".
Así que la guerra ha comenzado. Pero independientemente de quién gane, la Iglesia pierde.
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