"No estamos diciendo que todos los niños se les debe enseñar la religión católica, sino que todos los niños deben ser autorizados a recibir educación religiosa, o de optar por ella, de acuerdo con la decisión de sus padres", dijo a los obispos el 5 de marzo.
En su fallo, la Corte de Apelaciones, Marcelo Domínguez, prohibió las prácticas católicas, como la oración en el aula, la gracia antes de las comidas, la lectura de la Biblia y la celebración de las fiestas católicas.
Los obispos subrayaron que la expresión de la fe pública o privada es un derecho que no puede ser limitado, siempre y cuando "no obstaculizar las actividades legítimas, tales como el funcionamiento de las instituciones, y no constituye una imposición o una negación de los derechos de los demás ".
"Es deber de la escuela pública de respetar y transmitir de forma creativa en la cultura y la identidad de un pueblo", dijo a los obispos.
Subrayaron que los padres y los niños tienen el derecho a la educación religiosa, y que las escuelas públicas tienen el deber de proporcionarla.
"Las convicciones religiosas son un factor positivo en la vida personal y social", dijeron. "En una sociedad pluralista y en el marco de la libertad religiosa, el contenido de la educación religiosa en las escuelas deben adaptarse a las convicciones de los padres."
Declaración de los obispos fue publicado por la agencia de noticias AICA y fue firmado por el arzobispo Mario Cargnello de Salta, monseñor Marcelo Colombo, de Orán, monseñor Mariano Moreno de Cafayate y el obispo Pedro Olmedo Rivero de Humahuaca.
Los masones fueron por Tucumán. Ahora van por Salta. Hay que estar más atento, analizar bien a quién se vota.
ResponderEliminarEn Argentina nos vamos precipitando al Abismo, de manera vertiginosa.
Dios nos libre, y nos haga reaccionar antes de que lleguemos al punto del no retorno.
No rezamos lo suficiente, y mas vale que comencemos a hacerlo, y que también incorporemos el Rosario diario y la oracion de León Xlll a San Miguel Arcángel, para alejar al demonio.
Es parte de la política anticatólica de los masones vendidos a la ONU.
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