miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL SANTO NOMBRE DE MARÍA








«"El nombre de la Virgen era María" (Lc 1 ,27). Este nombre es una torre inexpugnable. El pecador que se refugie junto a ella será salvado. Nombre dulce, nombre que reconforta al pecador, nombre de beata esperanza. "Señora, tu nombre es suspiro del alma". "Tu nombre es perfume de unción". El nombre de María es alegría en el corazón, miel en la boca, melodía para los oídos».

 

 

Para la cultura hebraica, el nombre representa la persona misma. Puede expresar las circunstancias de su nacimiento y por ende le recuerda su historia, sus orígenes, y le anuncia su misión. Incluso, en el transcurso de la historia de una persona se puede dar un cambio de nombre, que simboliza una transformación importante que ha acontecido en su vida, tallo sucedido con Abraham y Sara (cf. Gen 17,5ss).

El nombre de Dios es aquel que posee el significado del nombre de todos los hombres y de todas las cosas, expresa la verdad de su obra y de su persona. El nombre de Dios, en el AT, se hizo prácticamente un sustitutivo de su persona, sin llegar a ser Dios mismo, por eso no se lo podía nombrar.
Teniendo en cuenta estos datos bíblicos no nos deben sorprender todos los atributos que San Antonio otorga al nombre de María. Lo compara con una 'torre', por lo tanto un refugio, un 'lugar' reconfortable , un lugar de esperanza. ¿Para quién?, para el pecador, para aquellos hijos que el Señor quiere rescatar.
El nombre de María es también comparado por el Santo con preciosos dones espirituales: "perfume de unción", es decir salud y consolación; el nombre de María es alegría, miel y melodía, o sea gozo, sentido y plenitud de vida. Todo esto pone de manifiesto todas las bendiciones de las cuales fue destinataria la Madre del Señor: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno" (Lc 1,42). Ella es realmente la mujer feliz que escuchó la Palabra y creyó (cf. Lc

 

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