El 1 de febrero, en el transcurso de su viaje a la India,
todas las "teles" del mundo difundieron la imagen de Juan Pablo II
haciéndose marcar en la frente por una joven mujer pagana, quizás una
sacerdotisa. Ese signo es el de la divinidad hindú Shiva y se llama el signo de
Tilak. El trazado de ese signo se hace, según el rito, con polvo rojo.
El nombre de Tilak es el de un brahman que ha propagado en nuestra época el hinduismo, esa religión politeísta que utiliza el
sentimiento religioso a costa de toda suerte de aberraciones, cuya verdadera magia acompaña con libertinaje sagrado.
Como toda religión, el hinduismo tiene sus ritos y aquél a que se presta Juan Pablo II es un rito
iniciático que lleva el nombre de Tilak en recuerdo justamente del gran propagador de esa religión de la
India. La foto de la ceremonia ritual
fue difundida en todas partes. No podemos, pues, ignorar el hecho, mas lo que podemos ignorar, es la verdadera significación de un tal hecho que no se produjo jamás en la historia de la Iglesia.
A propósito de Shiva, Mons. León Maurin,
s.j., ha escrito en un libro titulado "La francmasonería, sinagoga de Satanás":
"La adoración de Shiva se desarrolló muy rápido en el abominable culto del falo, que reencontraremos..., con la doctrina indo-perso-cabalística, en la francmasonería" (p. 21).
"La adoración de Shiva se desarrolló muy rápido en el abominable culto del falo, que reencontraremos..., con la doctrina indo-perso-cabalística, en la francmasonería" (p. 21).
Ahora bien, nada más peligroso que los ritos de las religiones
paganas, que vehiculan la famosa "influencia espiritual" (diabólica) de la cual habla René
Guénon (1886-1951) y que llevan el nombre de "ritos iniciáticos", porque hacen oscilar y caer las almas en universo
del Otro! Este René Guénon, maestro en el arte luciferino y que ha estudiado especialmente el
hinduísmo, ha escrito a propósito del rito iniciático:
"Es siempre eficaz cuando es realizado regularmente: poco importa que su efecto sea inmediato o diferido. Vale siempre y no se renueva jamás" ("Permanences", de nov. de 1966: el autor, que cita aquí René Guénon es, bajo un seudónimo, el R. P. Catry, s.j., gran especialista en demonología). ¡La marca del signo de Shiva es un verdadero sacramental, pues es el signo visible de una realidad invisible, correspondiente a una "gracia", que no puede venir de Dios, sino del Otro! Si, Satanás es bien el mono de Dios.
"Es siempre eficaz cuando es realizado regularmente: poco importa que su efecto sea inmediato o diferido. Vale siempre y no se renueva jamás" ("Permanences", de nov. de 1966: el autor, que cita aquí René Guénon es, bajo un seudónimo, el R. P. Catry, s.j., gran especialista en demonología). ¡La marca del signo de Shiva es un verdadero sacramental, pues es el signo visible de una realidad invisible, correspondiente a una "gracia", que no puede venir de Dios, sino del Otro! Si, Satanás es bien el mono de Dios.
No podemos dejar de pensar en la marca
de la Bestia del
Apocalipsis sobre la frente. Así, sobre la frente de Juan Pablo II, que
ha recibido el Santo Crisma el dia del Bautismo, de la confirmación y de
la ordenación sacerdotal,
¡¡el demonio ha impreso su propia marca bajo la forma de un signo
shivaísta, según el
ritual hindú!!
Mas, se dirá, ese ritual no tenía para el "Papa" ninguna
signijicación diabólica: ¿podrá tener eficacia sin él saberlo? La
respuesta a esta grave cuestión se halla en el libro de Charles
Nicoulaud titulado: "La iniciación en las Sociedades Secretas" y
prologado por el padre Jouin. El autor escribía:
"Los sacramentos del Malo, como los de la Santa Iglesia, obran en un cierto sentido "ex opere operato" (es decir, por sí mismos), aún en la ignorancia del adepto, que ha realizado, a menudo sin saberlo, un verdadero pacto con Satanás. Las consecuencias de ese pacto influyen sobre toda su vida. a menos que entretanto un retorno sincero a la Iglesia venga a anular los efectos: mas esto a precio de los más penosos sacrificios, mortificaciones y plegarias expiatorias" (p. 223).
"Los sacramentos del Malo, como los de la Santa Iglesia, obran en un cierto sentido "ex opere operato" (es decir, por sí mismos), aún en la ignorancia del adepto, que ha realizado, a menudo sin saberlo, un verdadero pacto con Satanás. Las consecuencias de ese pacto influyen sobre toda su vida. a menos que entretanto un retorno sincero a la Iglesia venga a anular los efectos: mas esto a precio de los más penosos sacrificios, mortificaciones y plegarias expiatorias" (p. 223).
Para sustraerse a la influencia
diabólica transmitida por el rito iniciático o el sacramento del diablo,
se debe tomar conciencia del acto realizado y obrar en consecuencia...
M. Nicoulaud dice aún (p. 217-218):
"Aunque la materia de los «sacramentos de Satanás» (cf. el polvo rojo)
es ridícula, no dejan de ser los signos de un pacto, más o menos tácito, entre él y el hombre que los recibe voluntariamente. Los maleficios actúan,
aunque la víctima sea inconsciente."
Todo esto se produce desde el nefasto concilio vaticano II como podemos ver y sufrir con todos los llamados " papas" conciliares hasta el presente con quien dice ser el Obispo de Roma que adopto el nombre de Francisco I y conocido también por pancho I
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El 19 de junio de 2006, se celebró el III Encuentro Fraterno de la Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el estadio Luna Park de Buenos Aires, Argentina. Estaban presentes el entonces Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, y el predicador de la Casa Pontificia, el padre. Raniero Cantalamessa.
Y aquí lo vemos en la sinagoga participando de un ritual judío
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