martes, 28 de diciembre de 2010

¡ OH BIENAVENTURADOS NIÑOS !

Entonces Herodes, cuando vio que había sido burlado por los Magos, se irritó mucho, y enviando hizo matar todos los niños que había en Belén y en toda su comarca de dos años y abajo, conforme al tiempo, que había averiguado de los Magos. (San Mateo II, 16)








Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2

Después que el pequeño Jesús subyugó a los magos, no con un poder corporal, sino con la gracia del Espíritu, Herodes se llenaba de furor, porque no había podido conquistar, a pesar del brillo y esplendor de su trono, a aquéllos a quienes el pequeño Jesús había deslumbrado recostado en un pesebre. Los desprecios de los magos añadieron nuevos motivos a su furor, y esto es lo que significan aquellas palabras: "Entonces Herodes, cuando vio que había sido burlado por los magos, se irritó mucho". La cólera de los reyes es grande e inextinguible cuando nace del deseo desordenado de reinar. ¿Pero qué es lo que hizo? Enviando, hizo matar a todos los niños. A la manera que la bestia herida despedaza todo cuanto encuentra a su paso creyéndola causa de su daño, así él, engañado por los magos, descargaba su furor sobre los niños. En medio de su furor pensaba: "Indudablemente los magos han encontrado al niño que decían había de reinar", porque un rey lleno de la ambición de reinar, lo sospecha todo y todo lo teme. Por eso mandó matar a todos los niños, para quitar de en medio a uno solo por la muerte de todos.

San Agustín, in sermonibus de Epiphania

Y mientras él persigue a Cristo, rey contemporáneo de este rey perseguidor, le dio un ejército resplandeciente de mártires.


San Agustín, in sermonibus de Epiphania

Jamás este enemigo terrenal hubiera podido tributar a estos bienaventurados niños los beneficios que les tributó con su odio, porque mientras mayor fue el odio con que les persiguió, más abundante fue la gracia que los beatificó.

S. Agustín, sermones, 373,3

¡Oh bienaventurados niños! Solamente podrá dudar de la corona que habéis merecido con vuestro martirio por Cristo, aquel que dude de la gracia que los niños reciben con el bautismo de Cristo. El que pudo tener ángeles para que lo anunciaran, magos para que lo adorasen, hubiera podido también arrancarles de esta muerte sufrida por El, si no hubiese sido porque sabía que esta muerte no era la ruina sino el triunfo de aquellos niños. Lejos de nosotros el pensar que al venir Cristo para la salvación del mundo, no hubiera hecho nada para salvar a aquellos que dieron su sangre por El, que pendiente de un madero rogó por los mismos que lo crucificaban.


Rábano

Pero Herodes no se contentó con llenar de luto y desolación a Belén, sino que llevó la muerte a los lugares vecinos, y sin tener compasión alguna por la tierna edad, hizo matar a todos los que tenían desde una sola noche de nacidos hasta los que contaban con dos años. Y esto es lo que se nos quiere decir por estas palabras: "En Belén y en toda su comarca de dos años y abajo".


San Agustín, in sermonibus de Epiphania

Los magos no habían visto pocos días antes esta estrella desconocida, sino que hacía dos años, como se deduce de la respuesta que dieron a Herodes. Por eso este rey hizo matar a todos los niños de dos o menos años de edad, por eso añade el texto sagrado: "Conforme al tiempo que había averiguado de los magos".


San Agustín, in sermonibus de Epiphania

Tal vez temía que este niño, a quien las estrellas obedecían, cambiase su edad para ocultarse y hubiese tomado la forma de una edad mayor o menor, y por eso parece que mandó matar a todos los niños de dos años hasta los que sólo tenían un día.


San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,11


Quizá Herodes, embargaba su pensamiento en matar a los niños, pero por peligros que veía muy de cerca dilató aquella matanza. O tal vez pudo creer que los magos, engañados por la apariencia de una falsa estrella, tuvieron vergüenza de volverse a él sin haber encontrado al niño. Así, depuesto todo temor, Herodes dejó de perseguir al niño, y de esta manera, cumplidos los días de la purificación, sus padres pudieron con toda tranquilidad subir al Templo 1. ¿A quién puede extrañar que un rey ocupado en tantas cosas no advirtiese este acontecimiento? Y sólo más tarde, cuando se divulgó todo lo que había acontecido en el Templo, Herodes comprendió que había sido engañado por los magos. Entonces fue cuando comenzó la matanza de tantos niños, como refiere el evangelista.


Beda, homilia in Nat. innocent

La muerte de estos niños fue una profecía del sacrificio de todos los mártires de Cristo. Este martirio de niños nos enseña que por la humildad es por donde se consigue la gracia del martirio. El martirio, que se extiende desde Belén a todas las cercanías, prefigura la persecución que desde Judea, cuna de la Iglesia, debía extenderse por toda la tierra. Los mártires de dos años representan a los mártires perfectos en la doctrina y en las obras; los de menos de dos años, a las almas sencillas que sufren por la fe. Que ellos fuesen sacrificados y que Cristo escapase de manos de sus perseguidores, nos enseña que los impíos pueden hacer perecer los cuerpos de los mártires, pero no separarlos de Cristo.

Notas

1.Los Evangelios no son historias biográficas a las exigencias del estilo moderno. Así, no todo aparece en clara secuencia. El p. Reboli en su comentario destaca que hay cuatro posiciones frente a la fecha en que los magos llegaron a Jerusalén. 1) Poco después del nacimiento del Señor y antes del rito de la Purificación. 2) Después de la Presentación en el Templo. 3) Dos años después del nacimiento. 4) Un año después. "Lo más probable es que los magos vinieron después de la presentación ", dice.


Entonces fue cumplido lo que se había dicho por Jeremías el Profeta, que dice: Voz fue oída en Ramá, lloro y mucho lamento. Raquel llorando sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no son. (San Mateo II, 17:18)



Cometarios

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 9

Después de habernos llenado de horror con la narración de tan sangriento martirio, el evangelista, para calmar un tanto esta desagradable impresión, nos manifiesta que todas estas cosas no sucedieron porque Dios no pudiera impedirlo o porque las ignorase, sino según lo había anunciado por boca de su profeta. Por ello dice: "Entonces fue cumplido".

San Jerónimo, in Ieremiam, 31,15

San Mateo no refiere este pasaje conforme al texto hebreo, o conforme a los Setenta, lo cual prueba que los evangelistas y los apóstoles no siguieron la interpretación de nadie sino que expresaron, como hebreos que eran y en su misma lengua, lo que según ellos contenía el texto hebreo 1.


San Jerónimo, in Matthaeum

No debemos tomar a Ramá 2 por el nombre del lugar que se encuentra cerca de Gueba. Ramá quiere decir alto, como si dijera: "Voz fue oída en lo alto", es decir, desde muy lejos.


Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2

Tal vez porque se trataba de la muerte de los inocentes, se dice que se oía en las alturas conforme a aquellas palabras: "La voz del pobre penetra las nubes" ( Eclo 35,21). La palabra lloro, significa el llanto de los niños, y lamento, los lamentos de las madres. El dolor de los niños acaba con la muerte, pero el de las madres se renueva siempre con la memoria. Por eso dice: "mucho lamento. Raquel llorando sus hijos".


San Jerónimo, in Matthaeum

Habiendo nacido Benjamín de Raquel, a cuya tribu no corresponde Belén, podría preguntarse por qué Raquel lloraba como a sus propios hijos a los hijos de Judá, esto es, a los de Belén. A esto podría responderse brevemente que fue enterrada cerca de Belén, en Efratá, y tomó el nombre de madre del lugar donde descansaban sus restos. O que, siendo Judá y Benjamín dos tribus unidas, y habiendo mandado Herodes dar muerte a los niños no sólo de Belén sino de todos sus confines, el hablar de la matanza en Belén, puede entenderse que también fueron sacrificados muchos niños de la tribu de Benjamín.


Ambrosiaster, quaestiones Novi et Veteri Testamenti, q. 62

O por último, que los hijos de Benjamín, destruidos en otro tiempo por las demás tribus y extinguidos para siempre, fueron objeto del llanto de Raquel al contemplar la suerte de los hijos de su hermano, muertos para heredar la vida eterna. Siempre el infortunado lamenta sus propias desgracias en presencia de la felicidad ajena.


Remigio

Para pintar el evangelista con colores más vivos la magnitud del dolor, dijo que aun después de muerta Raquel había llorado a sus hijos y no quiso ser consolada porque ya no son.


San Jerónimo, in Matthaeum

Esto puede tener dos sentidos: o bien que ella los creía muertos para siempre, o bien que no quería recibir consuelo de aquellos que sabía que habían de ser vencedores. Así, el sentido de las palabras: "No quiso ser consolada porque no son", es éste: no quiso ser consolada de que no existiesen.



San Hilario, in Matthaeum, 1

No es cierto que hubiesen dejado de existir aquellos que se tenían por muertos. La gloria del martirio los había transportado a la vida de la eternidad. Debía, pues, ofrecerse consuelo por una cosa perdida, no por una cosa acrecentada. Raquel era la figura de la Iglesia, por mucho tiempo estéril y ahora fecunda; no gime y llora por los hijos que le han arrebatado, sino porque le han arrebatado a los que ella hubiera querido conservar como a hijos suyos muy queridos.


Rábano
Puede también significar a la Iglesia que llora a los santos muertos a este mundo. Y no desea ser consolada como si los que vencieron al mundo con la muerte fueran a ser llamados de nuevo a los mismos combates, porque ciertamente no han de volver al mundo.

La glosa

Tal vez no quiera ser consolada en este mundo porque no son, y pone todo su consuelo y su esperanza en la vida eterna.


Rábano

Raquel -cuyo nombre significa oveja, o el que ve-, es figura de la Iglesia, cuyo único deseo es contemplar a Dios. Es también la centésima oveja que el pastor lleva sobre sus hombros.

Notas

1.La posición de San Jerónimo, que escribía en el siglo IV, en extremo sensible respecto del texto de la versión hebrea es bien conocida. Sin embargo, no fue compartida por muchos Padres. Desde la hodierna crítica neotestamentaria, el p. Pierre Benoit, O.P., concluye: "El Nuevo Testamento sigue la mayoría de las veces a los Setenta sin preocuparse del hebreo; e incluso cuando hay divergencia substancial, no vacila en apoyarse en el griego en una argumentación de alcance dogmático. En realidad, la situación es compleja. Los autores neotestamentarios recurren a veces al texto hebreo; así un determinado estrato de Mateo. Con frecuencia citan de una manera bastante libre, que no es idéntica ni al hebreo ni al griego; así Pablo. En conjunto, adoptan más bien los Setenta como texto que goza de autoridad desde el comienzo de la Iglesia".

2.Ramá es el nombre propio de una villa que se encuentra a 8 km. al norte de Jerusalén donde se habían reunido los que habrían de ser exiliados después del triunfo de Nabucodonosor. Raquel había sido enterrada no lejos de Belén. Según el sentido típico, Raquel una segunda vez llora amargamente, en esta ocasión por las inocentes víctimas de Herodes. (Reboli.)


Fuente: Concordia de los Evangelios

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