Numéro CCXLVI (246) | 31 de marzo de 2012 | |
PELIGRO GRAVE | ||
El deseo de algunos sacerdotes dentro de la Fraternidad San PÃo X de buscar un acuerdo práctico con las autoridades de la Iglesia sin un acuerdo doctrinal parece ser una tentación recurrente. Durante años Monseñor Fellay como Superior General de la Fraternidad rehusó esta idea, pero cuando dijo en Winona el 2 de Febrero que Roma aceptarÃa a la Fraternidad tal como es y que está dispuesta a satisfacer “todas las demandas de la Fraternidad…a nivel práctico”, parecerÃa que Roma presenta una vez más la misma tentación. Sin embargo, muchos de vosotros estarán enterados de las últimas noticias de Roma, y, a menos que el Vaticano esté jugando una partida de naipes con la Fraternidad San PÃo X, Roma anunció el viernes pasado, 16 de marzo, que habÃa encontrado la respuesta de Monseñor Fellay de enero a su Preámbulo Doctrinal del 14 de septiembre del año pasado “no suficiente para superar los problemas doctrinales que se hallan en la base de la fractura entre la Santa Sede y la Fraternidad”. Y el Vaticano dió a la Fraternidad San PÃo X un mes para “clarificar su posición” y evitar “una ruptura con consecuencias dolorosas e incalculables”. Pero,¿que pasa si Roma deja súbitamente de exigir la aceptación del Concilio y de la legitimidad de la Nueva Misa? Si Roma fuera súbitamente a decir: “Bien. Lo hemos pensado mejor. Retornen a la Iglesia tal como ustedes lo han pedido. Les daremos la libertad de criticar al Concilio tanto como lo quieran y la libertad de celebrar exclusivamente la Misa Tridentina. ¡Pero entren pues!” De parte de Roma podrÃa ser una jugada muy astuta pues, ¿como podrÃa la Fraternidad rechazar semejante ofrecimiento sin parecer incoherente y llena de ingratitud? Y, sin embargo, bajo pena de no poder sobrevivir, la Fraternidad tendrÃa que rehusarlo. ¿De no poder sobrevivir? Palabras muy fuertes. Pero existe al respecto un comentario de Monseñor Lefebvre. El 5 de mayo de 1988, firmó con el entonces Cardenal Ratzinger el Protocolo (borrador provisional) de un acuerdo práctico Roma-Fraternidad. El 6 de mayo se retractó de su firma (provisoria). El 13 de Junio, Monseñor Lefebvre dijó: “Con el Protocolo del 5 de Mayo, Ãbamos a una pronta muerte. No hubiéramos sobrevivido un año. Hasta el presente, la Fraternidad se mantiene unida, pero con este protocolo nos hubiéramos visto obligados a multiplicar los contactos con ellos, hubiera habido una división en el interior de la Fraternidad, todo hubiera sido causa de división” (énfasis nuestro). “Hubieran acudido nuevas vocaciones a causa de nuestra unión con Roma, pero, tales vocaciones no hubieran tolerado ningún desacuerdo con Roma – lo que hubiera provocado una división. En la situación actual, las vocaciones se filtran ellas mismas antes de venir con nosotros” (lo que es todavÃa el c aso en los seminarios de la Fraternidad). Y, ¿porque una tal división? (La discordia entre las nuevas vocaciones serÃa solamente un ejemplo entre incontables otros). Evidentemente, porche el Protocolo del 5 de Mayo hubiera significado un acuerdo práctico asentado sobre un desacuerdo doctrinal radical entre la religión de Dios y la religión del hombre. Monseñor Lefebvre continuaba, “Ellos están arrastrándonos hacia el Concilio…mientras que de nuestro lado, conservando cuidadosamente nuestras distancias lejos de ellos, estamos salvando la Fraternidad y la Tradición” (énfasis nuestro). ¿Por qué entonces Monseñor Lefebvre buscaba antes concretar tal acuerdo? Monseñor continuaba: “Hemos hecho un esfuerzo honesto para conservar la Tradición permaneciendo en la Iglesia oficial. Resultó que fue imposible. Ellos no han cambiado, sino para peor”. ¿Acaso cambiaron desde 1988 ? Muchos pensarÃan que si, sólo para peor todavÃa. Kyrie eleison. |
domingo, 1 de abril de 2012
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