viernes, 19 de febrero de 2010

ROMA

Después de la tormenta, se acercan los nombramientos

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En este artículo de Palazzo Apostolico, el vaticanista Paolo Rodari traza un panorama de los próximos nombramientos en la Curia Romana. Parece confirmarse, cada vez más, el nombre del cardenal George Pell como Prefecto de la Congregación para los Obispos. Mientras que, en el dicasterio de Unidad de los Cristianos, el obispo suizo Koch sería el favorito.

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El plan “grandes nombramientos 2010” en el Vaticano está confirmado. La tormenta que afectó a la Curia Romana en las últimas semanas puso de relieve muchos “cables pelados”, muchas situaciones para valorar y profundizar ulteriormente y con la debida calma, pero no ha cambiado los escenarios en cuanto a new entry en los puestos de mando más cercanos al Pontífice.


Los ojos de todos están apuntando, desde hace tiempo, a la Congregación para los Obispos: es aquí, de hecho, donde se hace la Iglesia. Es aquí donde la clase dirigente del mañana es pensada e imaginada. De la actual dirigencia de la misma Congregación han salido los nombres de dos candidatos. Primero, el del nuncio apostólico en Italia, el experimentado y competente diplomático Giuseppe Bertello. Luego, el más “minimal”, del secretario de la Congregación, ex nuncio en España y Andorra, el monseñor portugués Manuel Monteiro de Castro. Pero quien despunta (la cosa ahora ya parece decidida) es el candidato del secretario de estado vaticano Tarcisio Bertone, y éste es el actual arzobispo de Sydney, George Pell. Él es conocido en Australia (región en los confines del orbe católico) por ser un decisionista, un arzobispo de pulso. Pero no tiene ninguna experiencia de la curia romana y eso no es algo de segundo plano para quien está llamado a convertirse en prefecto de los Obispos. De hecho, es también por este motivo que, en el Vaticano, está quien preferiría ver a Pell sucediendo al cardenal Ivan Dias en la Congregación de Propaganda Fide en lugar de al cardenal Re.


Respecto a la sucesión del prefecto de Clero, el cardenal brasileño Claudio Hummes, y del prefecto de Religiosos, el cardenal esloveno Franc Rodé, aún no se ha tomado ninguna decisión. A los religiosos hay quien planteó la hipótesis de que pueda llegar, desde la Congregación para las Causas de los Santos, el arzobispo salesiano Angelo Amato, pero esto está privado de confirmaciones reales. También porque Amato llegó a la Congregación de los Santos tan sólo un año y medio atrás.


En cambio, es más lineal la situación en los Pontificios Consejos para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y Cor Unum. En el lugar del cardenal Walter Kasper, el favorito es el obispo de Basilea Kurt Koch (“el único obispo suizo que no está en olor de herejía” dice, obviamente bromeando, un cardenal de la curia). Por otro lado, respecto a la sucesión del cardenal Paul Josef Cordes, hay que hacer otro discurso: el Papa escuchará el parecer de su compatriota alemán pero parece que, a pesar de los deseos del mismo Cordes, no pueda ser del todo extraña la idea de incorporar Cor Unum a Iustitia et Pax, el dicasterio guiado por el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson.


Hay gran movimiento también en torno a los nombramientos de dos de las diócesis más importantes de Italia: Milán y Turín. En Milán, los tiempos son un poco más largos respecto a Turín y, de hecho, la única certeza viene de las bases, es decir, del clero: son los sacerdotes quienes piden un obispo no sólo milanés sino también ambrosiano, que lleve consigo el amor por la Iglesia ambrosiana, por su gloriosa historia, de la que los cardenales Schuster, Montini y Colombo fueron un ejemplo, hasta hoy inolvidable.


En Turín, en cambio, la fecha de retiro del arzobispo Severino Poletto es cercana. Y una terna de nombres parece hoy estar delineada: también aquí está en pole position el candidato de Bertone, es decir, monseñor Giuseppe Versaldi, obispo de Alessandria. Pero crecen las figuras de Bertello (si no tuviera que ir a Obispos) y de Gianni Ambrosio, arzobispo de Piacenza-Bobbio.

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Fuente: Palazzo Apostolico


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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