miércoles, 27 de octubre de 2010

A DORMIR LA SIESTA

¿Pagarías por una siesta?

La gente valora el descanso post almuerzo pero, a cuatro meses de lanzado el primer siestario, aún son pocos los que desembolsan $60, lo mínimo para descansar 30 minutos

SIESTA. La Regla de San Benito incluía la norma de guardar reposo y silencio después de la "sexta hora" (que a su vez proviene de la hora sexta latina, es decir, del mediodía). Ahí tuvo su origen la palabra "sextear" o "guardar la sexta", que después se deformó en el popular "sestear" o "guardar la siesta".



¿Pagarías por una siesta?Foto: lanacion.com   /   Alan Goldfarb
Por Verónica Dema
De la Redacción de lanacion.com

La siesta, ese descanso después del almuerzo que es sagrado en las provincias, es añorado por muchos en el micro centro porteño. Sin embargo, son pocos los que aún están dispuestos a pagar para ese descanso que consideran reparador.
Atentos a esta necesidad de cortar en un momento del día, situación con la que coinciden profesionales de la medicina, hace cuatro meses abrió en la ciudad de Buenos Aires un "siestario", el primero en el país. Una de sus dueñas, la psicóloga Viviana Vega, reconoce que el lugar aún no convoca a la gente esperada. Pero considera que no se trata de un factor económico, sino más bien de "educación".

Video: dormir la siesta, un lujo para poco

Junto a su socio, Daniel Leynaud, repasa los precios y considera que son accesibles. "El servicio más económico es el de media hora de siesta reparadora, por $ 60", señala Vega. Aclara que hay un coach personal que prepara al cliente con técnicas de relajación y diseña la siesta a su medida (con los colores con que se ambientará la habitación, el aroma, el tipo de música, etc).
El director de Management apunta cómo puede ir mejorándose el servicio, que puede llegar a costar $200. "Hay sesiones de masajes en puntos estratégicos del rostro, la cabeza, las manos y los pies para equilibrar el cuerpo y favorecer el descanso", apunta.
El lugar invita al descanso, la ciudad parece quedar realmente lejos. El empresario Marcelo Berenstein sale del siestario y habla maravillas. "Me sorprendí para bien. No estoy acostumbrado a hacer siestas durante la semana; sólo lo tenía reservado para los sábados en casa y le destinaba varias horas. Esto es otra cosa", dice a lanacion.com.
Cuenta así lo que vivió: "Te hacen un test para prepararte el lugar con aromas y colores adaptados a la personalidad de uno, al estado de ánimo; luego, los masajes y la música te predisponen al relax". Y reflexiona: "No tener la sensación del sueño pesado es genial, porque sentí que fue un descanso consciente que me permitió seguir trabajando con la cabeza más relajada, muy tranquila".
Berenstein coincide en que aún no es un servicio muy elegido y sostiene que existe una barrera cultural. "No es que todo el mundo pueda pagarlo, pero también es cuestión de empezar a entenderlo como una inversión y no como un gasto".

El especialista en medicina del sueño Daniel Cardinali reconoce la importancia de dormir unos 40 minutos de siesta. Varios estudios coinciden en que este descanso reduce los riesgos cardíacos, mejora la presión arterial, el humor y todas nuestras capacidades. Sin embargo, Cardinali cuestiona la "dudosa implementación" de cobrar por una siesta. Más bien, propone, habría que generar espacios gratuitos en los lugares de trabajo.
Con esta mirada coinciden los porteños que conversaron con lanacion.com en el microcentro porteño. La mayoría de los consultados se mostró muy tentado a dormir la siesta; en algunos casos, lo señalaron como un momento necesario para recuperar energías y poder rendir más en el trabajo. Sin embargo, hablaron de la falta de tiempo y de la imposibilidad económica de desembolsar dinero para hacer este descanso post almuerzo.
Todos parecen acordar en un punto: si las empresas empezaran a abrir espacios para este momento reparador, tal como es tendencia en Japón, Estados Unidos, Inglaterra y Australia, todos serían más felices y productivos.



BUENO ME TOMO UNA SIEESSTAA Y VUELLLVOOO zzzzzzzz

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