A VECES HAY QUE HACER UNA PAUSA Y QUEDAR EN SILENCIO
Nuestro Señor nos enseña la necesidad de la oración interior: “Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando recéis, no habléis mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagáis como ellos, porque el Padre que está en el Cielo sabe bien qué es lo que os hace falta, antes de que se lo pidáis” (Mt 6, 6-8).
Estas son palabras divinas que destacan la importancia del silencio para que la figura del Padre pueda resplandecer en nosotros.
Es por eso que Jesús aconseja: cerrar la puerta de la habitación, decir pocas palabras, o sea, permanecer en silencio ante su presencia
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