Getsemaní
Te oigo llamar y acudo a tu llamada,
te oigo gemir, Señor y te pregunto:
¿ De qué te quejas?..¡ Ay! bien lo barrunto
por esa piedra en sangre maserada.
Mas ¿ por qué esa agonía si aún la espada
dormida está, si mudo y cejijunto
aún vacila el traidor y tiembla un punto
su mano ante la bolsa mal ganada?.
Aguarda, no anticipes tus querellas
ni tus duelos. Aún brillan las estrellas
sobre ese olivo cárdeno y tremendo.
Ahora mis duelos son de amigo a amigo.
Tres vinieron, más nadie está contigo...
Me duelo de esos tres que están durmiendo.
G.X.Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario