ESTACIÓN EN SAN ESTEBAN DEL MONTE CELIO
El templo de San Esteban "in Celio monte" o Rotondo (Redondo) como era llamado por los romanos conserva quizás la misma forma del Macellum Magnum de Nerón. Al centro está situado el altar, que es visible desde todos los sitios, en cuyo alrededor hay una triunfal epopeya de los mártires. Un fragmento del mapa de Roma “forma urbis” de Septimio Severo antes, y después de las recentísimas excavaciones visitables ya sea bajo como cerca de la basílica, excluyen tal identificación. Aquí estaban los “Castra peregrina”, cuarteles para los soldados de paso o auxiliares, temporalmente destinados en Roma. Para ellos, en el siglo II-III, se construyó también un interesante Mitreo. El grandísimo edificio es una obra íntegramente cristiana, y es la que fue consagrada por el Papa Simplicio (468-83) en el 470, donde son venerados, en su interior, los Mártires Primo y Feliciano, los cuales el Papa Teodoro trasladó a esta iglesia erigiéndoles un oratorio del cual sólo es visible el mosaico del ábside. El edificio tenía un anillo más con un diámetro mucho mayor. El anillo fue suprimido, parece, en el siglo XV, por el gran Leon Battista Alberti que inició aquí la carrera de arquitecto, tras la imposibilidad de conservarlo. La cosa más conocida de esta iglesia es el “martirologio” de Pomarancio que ha pintado en frescos esta historia de sangre en las paredes del entorno, sin algún eufemismo artístico pero con una terrible veracidad. A la salida del templo se puede ver el Coliseo donde fueron martirizados muchos mártires.
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