domingo, 19 de septiembre de 2010

COLORIN COLORADO ESTE CUENTO HA TERMINADO

Gracias por la calidez de su acogida"

Discurso de despedida del Papa Benedicto XVI
Birmingham Airport
 
18 de septiembre 2010

 El primer ministro,

 Gracias por sus amables palabras de despedida en nombre del Gobierno de Su Majestad y el pueblo del Reino Unido. Estoy muy agradecido por todo el duro trabajo de preparación, por parte tanto del presente y el anterior Gobierno, la administración pública, las autoridades locales y la policía, y los muchos voluntarios que ayudaron a preparar con paciencia por los acontecimientos de estos cuatro días Gracias por la calidez de su acogida y por la hospitalidad que he disfrutado.

 Durante mi tiempo contigo, he sido capaz de reunirse con representantes de las comunidades, culturas, lenguas y religiones que componen la sociedad británica.  La misma diversidad de la Gran Bretaña moderna es un desafío a su Gobierno y el pueblo, sino que también representa una gran oportunidad para promover el diálogo intercultural e interreligioso para el enriquecimiento de toda la comunidad.

 En estos días, yo estaba agradecido por la oportunidad para cumplir con Su Majestad la Reina, así como a ti mismo y otros dirigentes políticos, y ser capaces de discutir asuntos de interés común, tanto en casa como en el extranjero.  Tuve el honor de ser invitado especial a la dirección de ambas Cámaras del Parlamento en el recinto histórico de Westminster Hall.  Espero sinceramente que estas ocasiones contribuirá a confirmar y fortalecer las excelentes relaciones entre la Santa Sede y el Reino Unido, especialmente en la cooperación para el desarrollo internacional, en el cuidado del medio ambiente natural, y en la construcción de una sociedad civil con un sentido renovado de valores compartidos y un objetivo común.

 También tengo el placer de visitar Su Gracia el arzobispo de Canterbury y los obispos de la Iglesia de Inglaterra, y más tarde a rezar con ellos y nuestros hermanos cristianos en el entorno evocador de la Abadía de Westminster, un lugar que habla con tanta elocuencia de nuestras tradiciones compartidas y la cultura.  Como Gran Bretaña es el hogar de muchas tradiciones religiosas así, yo estaba agradecido de tener la oportunidad de reunirse con sus representantes y para compartir algunas ideas con ellos sobre la contribución que las religiones pueden ofrecer al desarrollo de una sociedad pluralista saludable.

 Naturalmente, mi visita fue dirigido de manera especial a los católicos del Reino Unido.  Atesoro el tiempo con los obispos , sacerdotes, religiosos y laicos , y con los maestros, alumnos y personas mayores .  Fue especialmente emocionante para celebrar con ellos, aquí en Birmingham, la beatificación de un gran hijo de Inglaterra , el cardenal John Henry Newman.  Con su vasto legado de escritos académicos y espiritual, estoy seguro de que él todavía tiene mucho que enseñarnos acerca de la vida cristiana y el testimonio en medio de los desafíos del mundo actual, los desafíos que preveía con una claridad tan notable.

 Como me despido de ustedes, permítanme asegurarles una vez más de mis buenos deseos y oraciones por la paz y la prosperidad de Gran Bretaña.  Muchas gracias y Dios los bendiga a todos!

 Cada uno puede sacar sus conclusiones, pues lo que vemos ahora realizarse ya se venía practicando desde 1982, con fundamento de “apostolado”, por Juan Pablo II. No hay nada nuevo bajo el sol, el Ecumenismo entreguista sigue triunfando en las políticas vaticanas, no es lo mismo estar unidos en un mismo pensamiento doctrinal y litúrgico que vivir juntos con distinto pensamiento sobre Dios y su Iglesia, además de inducir al error de recibir sacramentos de quienes no son sacerdotes. Quien quiera ver que vea.

Durante los siglos XVII y XVIII se difundió el Anglicanismo fuera de Inglaterra a favor de la expansión Maritimo-colonial. En el siglo XVIII , y del Anglicanismo nacen los Metodistas, inspirados en Wesley. En el siglo XIX y dirigidos por Nexman y como otra nueva escisión del Anglicanismo, surge el movimiento de Oxford. Tengamos por último en cuenta que no solo han surgido diferentes movimientos del Anglicanismo, sino que incluso dentro de esa misma Iglesia existe tendencias muy claras por la diversidad doctrinal: vemos en ella los "High Church" (Anglo-católicos); Los "Low Church (Evangélica); y los Modernistas. Por ello esta Iglesia Anglicana desde su invención se ha declarado a la vez católica, a la vez protestante y reformada.
Algunas Sectas anglicanas:.
-Metodistas.
-Ejercito de Salvación.
-Presbiterianos.
-Darbystas.
Invalidez de las Ordenes Anglicanas
Desde los tiempos de la Reforma era costumbre ordenar «absolutamente» a los sacerdotes anglicanos que se reconciliaban con Roma y deseaban participar en el sacerdocio. A finales del siglo XIX, sin embargo, se cuestionó la invalidez de dichas órdenes sin ningún otro rito sacramental. Se planteó la cuestión de si los anglicanos convertidos no podrían por lo menos ser ordenados «bajo condición», ya que cuando menos existía la duda de si sus órdenes eran válidas o no.
El papa consultó las opiniones de los teólogos y nombró una comisión para examinar el asunto: aunque algunos de sus miembros aceptaban la validez de estas órdenes, o por lo menos les parecía dudosa, la mayoría se pronunció a favor de su nulidad
Tras una reunión del Santo Oficio, el 16 de julio de 1896, que votó unánimemente en contra de la validez, el papa León XIII publicó la bula Apostolicae curae (13 septiembre 1896) condenando las órdenes anglicanas. La bula dejaba en claro la ruptura de la sucesión apostólica dentro de la Iglesia de Inglaterra, tomando como base dos temas: el defecto de forma y el defecto de intención; agregando el tiempo que transcurrió para que los mismos anglicanos intentasen corregir ese defecto, por lo menos un siglo. Se consideraba que el Ordinal del rey Eduardo VI de 1552 no transmitía el sentido sacramental del sacerdocio, ya que las palabras esenciales (la «forma») no expresaban el sentido de las órdenes: en el caso de los sacerdotes, el poder para ofrecer el sacrificio eucarístico; y en el caso de los obispos, la plenitud del sacerdocio, el grado más alto del sagrado ministerio. El segundo defecto residía en el hecho de que los consagrantes de Matthew Parker en 1559 no tenían la intención de «hacer lo que hace la Iglesia». Según el papa, «el carácter innato y el espíritu del Ordinal» muestran que no había tal intención y, además, los que lo usaban no podían haber tenidoesta intención.

APOSTOLICAE CURAE

"Apostolicae Curae" (FRAGMENTO)
LEÓN XIII
Sobre las ordenaciones anglicanas
13 de septiembre de 1896

En el rito de realizar y administrar cualquier sacramento, con razón se distingue entre la parte ceremonial y la parte esencial, que suele llamarse materia y forma. Y todos saben que los sacramentos de la nueva Ley, como signos que son sensibles y que producen la gracia invisible, deben lo mismo significar la gracia que producen, que producir la que significan [v. 695 y 849]. Esta significación, si bien debe darse en todo el rito esencial, es decir, en la materia y la forma, pertenece, sin embargo, principalmente a la forma, como quiera que la materia es por sí misma parte no determinada, que es determinada por aquélla. Y esto aparece más manifiesto en el sacramento del orden, cuya materia de conferirlo, en cuanto aquí hay que considerarla, es la imposición de las manos, la que ciertamente por sí misma nada determinado significa y lo mismo se usa para ciertos órdenes que para la confirmación.
Ahora bien, las palabras que hasta época reciente han sido corrientemente tenidas por los anglicanos como forma propia de la ordenación presbiteral, a saber: Recibe el Espíritu Santo, en manera alguna significan definidamente el orden del sacerdocio o su gracia o potestad, que principalmente es la potestad de consagrar y ofrecer el verdadero cuerpo y sangre del Señor en aquel sacrificio, que no es mera conmemoración del sacrificio cumplido en la cruz [v. 950]. Semejante forma se aumentó después con las palabras: para el oficio y obra del presbítero; pero esto más bien convence que los anglicanos mismos vieron que aquella primera forma era defectuosa e impropia. Mas esa misma añadidura, si acaso hubiera podido dar a la forma su legítima significación, fue introducida demasiado tarde, pasado ya un siglo después de aceptarse el Ordinal Eduardiano, cuando, consiguientemente, extinguida la jerarquía, no había ya potestad alguna de ordenar.
Lo mismo hay que decir de la ordenación episcopal. Porque a la fórmula: Recibe el Espíritu Santo, no sólo se añadieron más tarde las palabras: para el oficio y obra del obispo, sino que de ellas hay que juzgar, como en seguida diremos, de modo distinto que en el rito católico. Ni vale para nada invocar la oración de la prefación Omnipotens Deus, como quiera que también en ella se han cercenado las palabras que declaran el sumo sacerdocio. A la verdad, nada tiene que ver aquí averiguar si el episcopado es complemento del sacerdocio o un orden distinto de éste; o si conferido; como dicen, per saltum, es decir, a un hombre que no es sacerdote, produce su efecto o no. Pero de lo que no cabe duda es que él, por institución de Cristo, pertenece con absoluta verdad al sacramento del orden y es el sacerdocio de más alto grado, el que efectivamente tanto por voz de los Santos Padres, como por nuestra costumbre ritual, es llamado sumo sacerdote, suma del sagrado ministerio. De ahí resulta que, al ser totalmente arrojado del rito anglicano el sacramento del orden y el verdadero sacerdocio de Cristo, y, por tanto, en la consagración episcopal del mismo rito, no conferirse en modo alguno el sacerdocio, en modo alguno, igualmente, puede de verdad y de derecho conferirse el episcopado; tanto más cuanto que entre los primeros oficios del episcopado está el de ordenar ministros para la Santa Eucaristía y sacrificio...
Con este íntimo defecto de forma está unida la falta de intención, que se requiere igualmente de necesidad para que haya sacramento... Así, pues, asintiendo de todo punto a todos los decretos de los Pontífices predecesores nuestros sobre esta misma materia, confirmándolos plenísimamente y como renovándolos por nuestra autoridad, por propia iniciativa y a ciencia cierta, pronunciamos y declaramos que las ordenaciones hechas en rito anglicano han sido y son absolutamente inválidas y totalmente nulas...
MAS CLARO PONERLE AGUA

 

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