miércoles, 1 de septiembre de 2010

OTRO HEREJE ,

Ya es oficial

Arregi: «Dejaré la Orden franciscana»

José Arregi ha hecho pública su intención de abandonar el sacerdocio y la orden franciscana. Además, ha pedido disculpas por haber realizado alguna declaración ambigua que podía ser entendida como un desmentido. El hasta ahora religioso franciscano explica que su decisión «era previsible desde aquel 23 de diciembre en que me impusieron y yo prometí silencio para un año. Y era irreversible desde aquel 17 de junio en que rompí mi voto de silencio porque, previamente, mi obispo había derogado las condiciones que lo justificaban».
01/09/10 6:03 PM | Imprimir | Enviar
(Luis F. Pérez/InfoCatólica) Arregi justifica su decisión haciendo uso de una serie de argumentos que le sitúan no sólo fuera del sacerdocio y de la orden franciscana sino de la propia fe católica. Así por ejemplo, asegura que “los dogmas y el magisterio no los puso Jesús” e incluso añade que “aunque Jesús hubiera establecido dogmas y magisterios -que ciertamente no estableció-, éstos no serían de ningún modo inamovibles, pues Jesús no tuvo otra ley ni otro criterio que el Espíritu de Dios, y el Espíritu es como el aire y el agua, y siempre se mueve”. Además acusa a la Iglesia de haberse tomado la libertad de contradecir a Jesús.
José Arregi, en una carta publicada en Religión Digital, asegura que en “la iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sabía. Tampoco hay lugar para insumisos en la Orden franciscana que tenemos, y también esto lo sabía: los responsables franciscanos, aun en contra de su voluntad, y como única forma de evitar un grave conflicto interno, se verían obligados a exigirme sumisión a las órdenes del obispo. No he necesitado, pues, de grandes discernimientos: o acataba o me iba”.
Cabe recordar que el silencio se lo había impuesto el anterior obispo de San Sebastián, Monseñor Uriarte.
Precisamente ahora que piensa abandonar la vida religiosa y el sacerdocio, Arregi se dirige a su obispo, Mons. José Ignacio Munilla, para desearle “lo mejor, y pienso que lo mejor pasa por escuchar, respetar, secundar la voz de la inmensa mayoría de su comunidad diocesana, de la que seguiré formando parte activa. La voz de la comunidad es la voz del Espíritu, mucho más que la voz de Madrid o de Roma”.

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