El problema de la inseguridad, al que se suman la grave situación social y las actitudes que favorecen la confrontación es, en opinión de la Iglesia, un problema no resuelto en la Argentina.
Así surge del diagnóstico que ayer planteó el obispo de San Isidro y presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado, monseñor Jorge Casaretto, al advertir que "la inseguridad no tiene una solución inmediata y las políticas de mano dura no son la solución.
"Tampoco basta con planes sociales para revertir este problema", dijo el obispo, en el Congreso de Vivienda y Desarrollo Humano, que reunió en la Universidad Católica Argentina (UCA) a expertos en varias disciplinas para tratar el problema creciente del déficit habitacional.
"La hipoteca social en la Argentina es muy fuerte. Debemos revertir la situación de los jóvenes que no estudian ni trabajan", describió el obispo, que llamó a trabajar para garantizar el acceso de todos a la justicia, la salud, la educación y la ética, mediante la promoción de la dignidad humana.
Al graficar un escenario cotidiano, señaló que "la esquina ha reemplazado a la casa y hoy es peligrosa". Y dijo que, "en contextos de pobreza, el joven no encuentra contención en su hogar, sino en la esquina, sinónimo de alcohol y drogas".
Casaretto dijo que "hay que pensar a largo plazo, y esto supone trabajar en políticas inclusivas de la juventud". Instó, así, a generar posibilidades reales de crecimiento y desarrollo a través de la educación y el trabajo.
Datos del Observatorio Según datos de un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que dirige el investigador Agustín Salvia, el 27,3 por ciento de los hogares sufrió un hecho delictivo en 2009, lo que contrasta con la percepción del ministro de Justicia, Julio Alak, para quien la tasa de homicidios bajó 37% entre 2004 y 2008.
Respecto del déficit habitacional, los datos del Observatorio de la Deuda Social señalan que casi el 10% de la población vive en condiciones de hacinamiento. Según el informe presentado ayer, el 19% no tiene acceso a la red de gas y el 40% no tiene cloacas, proporciones que se multiplican al 73% y 75%, respectivamente, en las villas y asentamientos.
El titular de Pastoral Social llamó a "trabajar para el consenso, la previsibilidad y el fortalecimiento social y democrático", como una de las estrategias para favorecer la inclusión social. En ese sentido, advirtió que "la actitud confrontativa hace difícil alcanzar el consenso, pero no puede faltar la convicción de que es esencial lograrlo".
Monseñor Casaretto afirmó que el país debe tener siempre sus puertas abiertas a la inmigración. Pero advirtió que se necesitan "políticas migratorias que ofrezcan condiciones dignas e incentivos a radicarse en distintos puntos del territorio nacional".
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