¿En qué estado se encuentra?
“Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo” ( Ef 6,1)La juventud se la llama de “la flor de la edad“, porque es bella, fuerte, pujante, firme, llena de vida y de desafíos. Pero, muchos jóvenes están sufriendo en nuestros días, porque no saben el sentido de la vida y porque no les fue mostrada su belleza conforme a la voluntad de Dios.
Muchos todavía no saben el valor que tienen, por eso desprecian su propia existencia y la de los demás. Perdidos en el tiempo y en el espacio, muchas veces, en el mundo tenebroso del crimen, de las drogas, de la violencia, del sexo sin compromiso y de otras cosas similares.
El mayor tesoro de la humanidad es tu juventud. Entonces, ¿en qué estado se encuentra? ¿De qué forma está este tesoro que es carne y espíritu? ¿Ha sido despreciado, entregado a las drogas, herido por las armas, destruido por el alcohol, carente de amor y de vida? ¡Qué bello tesoro desvalorizado!
El joven no tiene derecho de abandonarse o dejar su vida y entregarse; porque él es la más bella obra del Creador. Muchos ya perdieron el magnífico sentido de la vida, pero Dios tiene un plan y una voluntad para la vida de cada uno.
Lee lo siguiente:
Había un sabio que revelaba los misterios de la vida de las personas; él era muy buscado. Un día, un joven desconfiado y osado, quería comprar la sabiduría del viejo sabio. Agarró un pajarito vivo, lo escondió atrás del cuerpo y se presentó ante el hombre de cabellos y barba ya blanca
¿En verdad usted es sabio?
Dicen que si lo soy
Entonces, respóndame: ¿qué tengo en mis manos?
Debe ser un pájaro; a jóvenes como tú les gusta mucho los cazar pájaros.
¡Es verdad, usted acertó! Parece que en realidad es usted sabio. Pero, ¿dígame el pájaro está vivo o muerto?
El sabio ahora estaba en una situación difícil; si decía que el pajarito estaba muerto, el joven lo soltaría y volaría; si dijera que estaba vivo, el joven lo mataría en sus manos sin que el sabio lo notase. ¡Una trampa magistral!
Entonces, Señor sabio, ¿el pajarito está vivo o muerto?
Respóndame, ¿o acaso usted no es sabio?
El viejo bajó la cabeza y pensó un poco.
Después respondió al joven:
¡Depende de ti!
Pensativo y cabizbajo el joven fue apartándose y, a lo lejos, mirando al viejo sabio, soltó al pajarito y comenzó a llorar.
Tú, joven tienes un pajarito dentro de ti. Matarlo o dejarlo vivir depende exclusivamente de ti, porque has recibido el don más precioso de este mundo: la libertad. Este pájaro de oro, que es tu vida, creada a imagen y semejanza de Dios, está en tus manos. Yo te pregunto: ¿qué harás de ella? ¡Depende de ti! La vida es tuya y de nadie más. Es el único don que de hecho es enteramente tuyo. El resto es tuyo, pero está fuera de ti. No culpes a nadie por la vida que estás llevando.
Paul Claudel, un dramaturgo francés convertido, dice que “el joven no fue hecho para el placer, sino si para los desafíos“. Solo Cristo puede dar al joven lo máximo. Jesús le revela su belleza y su valor; Él le muestra la grandeza de ser “hijo amado de Dios”.
El joven cristiano, como ya fue dicho, debe honrar a sus padres, como enseña el cuarto mandamiento; debe ser fiel a sus amigos y hermanos, estudiar y trabajar, nunca perder tiempo y jamás quitarse la vida por cosas vacías. Tendrá que descansar y puede divertirse, pero de una manera saludable, sin pecar, sin hacer del placer un fin, sino que sólo un medio de descansar y de poder vivir bien haciendo el bien a los demás.
Es en la juventud que Dios nos llama a un encuentro personal con Él. Para algunos será un llamado para la vida sacerdotal y religiosa, viviendo en el celibato y entregando su vida radicalmente a Dios al servicio de su Reino. No existe nada más bello para un joven que la vocación sacerdotal. Sin el sacerdote no hay Iglesia, no hay perdón sacramental de los pecados, no hay Eucaristía, no hay salvación.
El joven cristiano es también un evangelizador; especialmente siendo ejemplo en medio de sus amigos, sin tener vergüenza de su fe y de su Iglesia. Hoy es difícil dar testimonio de Jesús, vivir como la Iglesia enseña, rechazando el sexo fuera del matrimonio; huyendo de las diversiones peligrosas y de todo pecado; pero, cuanto más difícil es, más necesario es para la sociedad volver a Dios. El joven necesita conocer la doctrina católica, leer y estudiar el Catecismo para saber decir a sus parientes y amigos cual es su esperanza y las razones de su fe.
Prof. Felipe Aquino
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