Para jorgemario1964@hotmail.com
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Numéro CCL (250)
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28 de abril 2012
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TENEBROSAS “LUCES”
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Sea que la Fraternidad San Pío X decida o no finalmente pasar por
alto el desacuerdo doctrinal para entrar en un acuerdo puramente
práctico con las autoridades de la Iglesia Conciliar en Roma, las almas
preocupadas por su salvación eterna deben entender tan completamente
como sea posible lo que está en juego. En esta coyuntura uno de mis
amigos me acaba de mandar una admirable síntesis de lo que es el corazón
del asunto: –
“De 2009 a 2011 las llamadas “Discusiones Doctrinales” tuvieron
lugar entre los expertos del Vaticano y cuatro teólogos de la
Fraternidad San Pío X. Estas discusiones dejaron en claro hasta que
punto las autoridades romanas están firmemente adheridas a las
enseñanzas del Vaticano II. Este Concilio se esforzó en reconciliar la
doctrina Católica con el concepto del hombre tal como fue elaborado por
los filósofos de “Las Luces” del siglo XVIII.
“Es así como el Concilio declara que en razón de la dignidad de
su naturaleza, la persona humana tiene el derecho de practicar la
religión de su elección. En consecuencia la sociedad debe proteger la
libertad religiosa y organizar la coexistencia pacífica de las
diferentes religiones. Estas están invitadas a participar en un diálogo
ecuménico, ya que todas poseen su propia parte de verdad.
“En efecto tales principios niegan que Cristo es verdaderamente
Dios y niegan que su Revelación, cuyo depósito está guardado por la
Iglesia, debe ser aceptado por todos los hombres y todas las sociedades.
De tal manera que la doctrina de la libertad religiosa, tal como está
exprimida en el documento Conciliar “Dignitatis Humanae”( # 2),
contradice las enseñanzas de Gregorio XVI en “Mirari Vos”, de Pío IX en
“Quanta Cura”, de León XIII en “Immortale Dei” y de Pío XI en “Quas
Primas”. La doctrina enseñada en la Constitución Dogmática “Lumen
Gentium” (# 8), según la cual la Providencia divina utiliza sectas no
Católicas como medios de salvación, contradice las enseñanzas de Pío IX
en el “Syllabus”, de León XIII en “Satis Cognitum” y de Pío XI en
“Mortalium Animos”.
“Estas doctrinas novedosas que junto con muchas otras contradicen
las enseñanzas formales y unánimes de los Papas antes del Concilio,
pueden solamente ser calificadas, a la luz del dogma Católico, como
heréticas.
“Ya que la unidad de la Iglesia descansa sobre la integridad de
la Fe, es claro que la Fraternidad San Pío X no puede llegar a ningún
tipo de acuerdo - aunque sea solamente “práctico”- con los que sostienen
tales doctrinas”.
Cuando mi amigo acusa al movimiento del siglo XVIII de emancipación
intelectual conocido como el de “Las Luces” de encontrarse en la raíz
del colapso de los hombres de iglesia del siglo XX, apunta esencialmente
a lo mismo que Monseñor Lefebvre decía a algunos de sus sacerdotes,
medio año antes de morir en 1991: “Más uno analiza los documentos del
Vaticano II…más uno se da cuenta que se trata…de una perversión
total del espíritu, de una filosofía totalmente nueva fundada sobre la
filosofía moderna, sobre el subjetivismo…Es una perversión total de la
Revelación, de la Fe, de la filosofía…Es verdaderamente aterrador”.
Entonces, ¿Cómo puede uno someter su mente de nuevo a la realidad de
Dios? Uno podría volver a posesionarse de las Encíclicas papales
mencionadas por mi amigo más arriba, y estudiarlas. Fueron escritas para
los obispos, pero los obispos conciliares no son de fiar. Los laicos de
hoy deben tomar en mano su propia formación – y su propio Rosario.
Kyrie eleison.
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