In diebus resurrectionis,
quomodo quibusdam nondum natus est Christus
En los días de
Pascua. Para algunos Cristo no ha nacido todavía
Todo cuanto se nos dice del Señor es medicina para nuestras almas. Estemos,
pues, muy atentos, no llegue a decirse de nosotros: Hemos tratado a Babilonia y
no se cura. Pensemos qué efecto producen en nosotros esos remedios tan valiosos.
En unos Cristo todavía no ha nacido, en otros no ha muerto, y en otros aún no ha
resucitado. En algunos no ha subido al cielo y en otros todavía no ha enviado el
Espíritu Santo.
¿Es eficaz en
un hombre soberbio la humildad del que a pesar de su condición divina, no se
aferró a su categoría de Dios, se despojó de su rango y tomó la condición de
esclavo? Qué huellas vemos de la modestia de Cristo en aquellos que suspiran
insaciables por las riquezas y honores del mundo? ¿No se dilata vuestro espíritu
al proclamar: nos ha nacido un niño? Cristo no ha nacido para os que rehuyen el
trabajo y temen la muerte, puesto que no aceptan que su victoria consistió en
soportar el dolor y pasar por la muerte.
Cristo no ha
resucitado en aquellos que sienten angustias mortales frente al peso de la vida
y el rigor de la penitencia, y desconocen los gozos del espíritu. Si no se
acortasen esos días, sería imposible perseverar. En otros Cristo resucitó, pero
no subió al cielo: vive todavía con ellos en la tierra en una piadosa inocencia.
Son fervorosos, y oran en la oración y suspiran en la meditación, siempre están
alegres y contentos, y hacen de sus días un continuo aleluya. Conviene
retirarles la leche y enseñarles a comer alimentos sólidos: les conviene que
Cristo los deje solos y carezcan de ese fervor novicio.
¿Serán
capaces de comprenderlo? Al no sentir a Dios creerán no estar en gracia. Esperen
y permanezcan en la ciudad hasta que reciban de lo alto virtudes más sólidas y
los dones del Espíritu Santo. Los Apóstoles, cuando fueron elevados a un grado
superior, y entraron en el camino excepcional del amor, olvidaron sus antiguas
lágrimas, y sólo pensaban en vencer al enemigo común y pisotear a Satanás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario