Nuestra Señora Mediadora de Todas las Gracias
08 de noviembre
Prof. Plinio Corrêa de Oliveira
Honra a esta devoción a Nuestra Señora como un agente de la cooperación en el plan de Dios de la Encarnación de Jesucristo a la Redención. María era el intermediario entre Jesús y San Juan Bautista, él santifica antes de su nacimiento. Ella fue quien pidió a Cristo hacer su primer milagro en las bodas de Canaán, delante de su vida pública que había comenzado.
En 1921 el Papa Benedicto XV instituyó el 08 de noviembre como el día de la fiesta de Nuestra Señora Mediadora de Todas las Gracias. Un texto de San Luis Grignion de Montfort expresa admirablemente esta verdad: "Sólo María halló gracia delante de Dios (Lucas 1:30) y sin la ayuda de cualquier otra criatura. Después de ella, todos los que hallaron gracia ante Dios la encontró sólo a través de ella. María llena eres de gracia, cuando el Arcángel Gabriel le saludó ella ( Lucas 1:28), y estaba llena de gracia hasta rebosar cuando el Espíritu Santo tan misteriosamente cubrió con su sombra (Lucas 1:35). "Día a día, momento a momento, se incrementó tanto esta doble plenitud que alcanzó un inmenso e inconcebible grado de gracia. Tanto es así, que el Todopoderoso hizo de ella el único custodio de sus tesoros y única dispensadora de todas sus gracias, para ennoblecer a ella, exaltan y enriquece todo lo que ella quiera. Ella puede guiarlos por el camino estrecho hacia el Cielo y guiarlos a través de la puerta estrecha a la vida. Ella puede dar un trono real, el cetro y la corona a quien lo desee . Jesús es siempre y en todo el fruto y el Hijo de María, y María está en todas partes como el verdadero árbol que lleva fruto de la vida, la verdadera Madre que lleva ese Hijo. "" (Verdadera Devoción a María, n. 44) Comentarios del Prof. Plinio: Este es uno de los textos más admirables de San Luis Grignion de Montfort que casi prescinde de la necesidad de comentarios. Pero ya que nuestras observaciones son sólo una manera de rendir homenaje a la Virgen, que me deje ir por delante.
Antes de la Anunciación, ella ya estaba llena de gracia, y siempre lo había sido. Pero en un momento dado, por su correspondencia más perfecta de todas las gracias en todo momento, y también por una especial predilección de Dios Nuestro Señor hacia ella, la gracia se incrementó de tal manera en su alma que se convirtió en digna de ser la Madre de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El Espíritu Santo la encontró perfecta para ser su esposa, y la Palabra de Dios fue concebida en su carne humana. St. Luis ofrece la profunda intuición de que en el momento de la Encarnación, la Virgen recibió una nueva plenitud de gracias que se ha añadido a la primera. Ella ya era digna de ser a la vez la Esposa del Espíritu Santo y de la Madre del Verbo Divino. A continuación, un nuevo desborde de gracias tuvo lugar en ella y ella adquirió una super-plenitud de la gracia. Uno puede imaginar la inmensidad de las gracias que recibió durante la gestación de Nuestro Señor Jesucristo como ella lo formó, lo que lleva en su vientre durante nueve meses. Vivió en ella como en un tabernáculo. Uno no puede imaginar las grandes bendiciones que Nuestra Señora recibió en su vida espiritual que viene de este contacto de las almas. Era una especie de don recíproco: mientras en ella se estaba formando su cuerpo, él estaba formando su alma y la hacía aún más perfecta, otorgando inaudita gracias. No sé si hasta los más altos ángeles son capaces de entender las gracias. Ahora bien, ella correspondía perfectamente a todas esas gracias con una fidelidad asombrosa.
Podemos imaginar cómo la Virgen y San José actuaron para con él sabiendo que era Dios: "Ahora, hijo mío, te pido que seas tan amable conmig ¿me puedes ayudar a acomodar estos platos de comida para que podamos comer? " Sólo podemos tener una idea pálida del respeto y adoración con la que iban a mandar a su Hijo Divino. Durante esos 30 años, es imposible imaginar una relación más agradable que la de esas tres personas en Nazaret. Ella aumentó en gracia todos los días durante esos 30 años. Nuestra Señora entonces participó en los tres años de vida pública de Nuestro Señor. Durante estos años su estrecha participación en la vida diaria de nuestro Señor disminuia. Tuvo que sufrir el dolor de la separación. Para esto también era perfectamente fiel. Cuando estaba con él, podía ver todos los beneficios que le estaba dando a la gente, sino que también vio toda la ingratitud y la infidelidad con que fueron recibidos. Ella vio la gloria de Nuestro Señor, sino también su inutilidad para los hombres que se desatendieron. Ella vio la derrota que ya había comenzado, las persecuciones, los intentos de asesinato, y finalmente toda la pasión y muerte más dolorosa de nuestro señor. ¿Quién puede imaginar las ventajas espirituales de su alma que venía de todas las gracias?
Teniendo en cuenta el conjunto de las gracias que recibió, y correspondió a la perfección, San Luis Grignion, con su mirada de águila, dice que recibió más gracia que cualquier otra persona que nunca se hizo ni nunca se hará. Recibió más gracias que el conjunto de la humanidad y, por lo tanto, las gracias que otros reciben son solo una participación de las gracias que recibió y un desbordamiento de ellas. Entendemos, por lo tanto, lo que la Mediación universal de las gracias es. Es la gracia que caen por completo a la única mediadora entre Jesucristo y los hombres, y de ella se desbordan a los hombres. Si esto es así, y sabemos que es así, entonces ¿por qué deberíamos estar tan preocupados por nuestros enemigos, el Diablo,y la tristeza que se apodera de nosotros al considerar los frutos del Concilio Vaticano II? Cuando sabemos que la Virgen está llena de gracia y es la Mediadora de todas las gracias, incluso nuestros pecados llegan a ser menos preocupante, ya que con una sola palabra de ella podemos ser liberados de todo lo malo. Podemos llegar a ser limpio y puro otra vez. Si hemos de estar convencidos de la cantidad inconmensurable y la calidad de las gracias que la Virgen tiene, tendríamos más confianza, más alegría y más esperanza en nuestra vida espiritual. Tal persuasión debe provenir de la super-abundancia de las gracias que la Virgen tiene. Ella es la puerta necesaria que nos lleva a Jesucristo. Cerremos rezando un Memorare pidiéndole se digne establecer en nuestras almas la profunda |