El cuento del calentamiento
Un apagón contra el calentón (global)
Por Pablo Molina
www.libertaddigital.com
Este sábado, la humanidad entera está convocada a realizar un gesto simbólico para salvar al planeta de la voracidad capitalista. A instancias del equipo calentólogo habitual, todos estamos invitados a apagar durante una hora las luces de nuestras casas, en una especie de ritual destinado a aplacar la ira de la Pachamama que, según los ecologistas no deja de calentarse.
Los datos dicen lo contrario, que la Tierra no ha dejado de enfriarse en la última década como hemos podido comprobar especialmente durante este invierno con sólo asomarnos a la calle, pero ¿qué es la realidad para unas ONG que han hecho del chantaje ideológico su principal fuente de financiación?
El patriarca del calentamiento, con permiso de Su Goricidad, ha dimitido después de demostrarse que había mentido como un salvaje en los supuestos estudios que avalaban la teoría del calentón. Ha nevado en lugares donde no se recordaba la presencia de este fenómeno desde hace décadas, los termómetros han pulverizado a la baja sus registros en más de medio mundo, se congelan mares y ríos por primera vez en muchísimos años, se ha demostrado, en fin, que el calentamiento global es un fraude, y la única reacción de sus promotores ha sido dejar a un lado lo del calentón y volver a hablar genéricamente del “cambio climático”, porque un cambio puede producirse en ambas direcciones y así quedan cubiertas todas las eventualidades.
Además de insultar a la inteligencia de los ciudadanos, los políticos están sangrando nuestros depauperados bolsillos con medidas restrictivas de todo tipo que no sirven más que para llenar el de los que se han erigido en justicieros climáticos en representación de todo el planeta. En la izquierda esta actitud es consecuente con su trayectoria, pero se suponía que los representantes de la derecha liberal y conservadora iban a tener una disposición más respetuosa con sus votantes y una relación menos conflictiva con la realidad. Bueno, pues no. No hay alcalde que no se haya sumado con todo entusiasmo a hacer el chorra este sábado apagando las luces del consistorio, no sea que los progres del municipio lo acusen de asesino de bebés foca. Pero es peor aún, porque de sus declaraciones se extrae la evidencia de que estos tíos realmente creen que la tierra se está calentando a pasos agigantados y que hay que luchar en la misma trinchera de los que hacen todo lo posible para expulsarlos del poder, y no durante una hora, sino todos y cada uno de los días del año.
Pues bien, ante semejante rendición neuronal, adelanto que este sábado, entre las 20:30 y las 21:30, voy a encender todas las luces de casa, el aire acondicionado, la calefacción y voy a conectar de nuevo las luces navideñas, que siempre dan un toque entrañable al conjunto. La Tierra se está enfriando y no quiero que los ancianos del Pirineo se congelen en uno de estos arrebatos antiecológicos de la Pachamama, empeñada en no hacer caso a los dictados de sus defensores de cuota. Eso sí es solidaridad. Están todos ustedes invitados.
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